Copa Sudamericana: el golazo de tijera que le valió el título a Athlético Paranaense

Un gol sacado de contexto definió la Copa Sudamericana a favor de Paranaense, que se impuso por 1-0 en la Final Única disputada en el estadio Centenario de Montevideo ante algo más de 10 mil personas. En el conjunto vencedor hubo un argentino: Luis González. Futbolista activo cuando comenzó el torneo, lo terminó del otro lado de la línea de cal y como integrante del cuerpo técnico.

El gol que decidió el partido fue la única jugada espectacular de una final a la que le faltó pimienta, le sobraron buenas intenciones y tuvo apenas un par de futbolistas con ideas. Uno de ellos fue Nikão, quien se inventó una tijera luego de que el arquero de Bragantino repeliera el remate del otro jugador que aportó algo de neuronas: el uruguayo David Terans. Con su marca encima, Nikão remató en el aire y de forma violenta. La pelota surcó toda el área chica y se estrelló contra el palo más lejano del arquero. Golazo, que vale un título internacional, una estrella en la camiseta y casi US$ 7 millones en premios para el vencedor. Además, Paranaense alcanzó a Independiente y Boca con dos títulos en la Sudamericana.

Dos cuestiones llamaron la atención durante el encuentro: la primera, la escasa cantidad de gente en las tribunas. Unos 6 mil hinchas de Paranaense fueron mayoría y cantaron durante casi todo el encuentro. Los de Bragantino, el club brasileño que pertenece al grupo Red Bull, quedaron confinados a un codo. El Centenario, remodelado para las Finales Únicas de Sudamericana y Libertadores, quedó gigante para la cantidad de espectadores que compraron su entrada. El precio de los tickets, caro y en dólares, tampoco ayudó para que el marco estuviera a la altura de lo que se jugaba.

La otra cuestión fue la apatía ofensiva de Bragantino durante todo el encuentro. A pesar de estar en desventaja, sólo fue a buscar el partido en los últimos 20 minutos. El entrenador, Mauricio Barbieri, puso en cancha a los delanteros que tenía en el banco cuando se aproximaba el desenlace. Paranaense ni siquiera tuvo que sufrir para levantar el trofeo. Y eso que Bragantino hubiera hecho historia si vencía: jamás logró un título de esta envergadura en toda su historia. La jugada más clara para igualar llegó recién en el tercer minuto adicionado, y con un cabezazo de Leandrinho (uno de los hombres de reserva) que pasó cerca. Su otra oportunidad también había sido mediante una pelota parada y por intermedio de Léo Ortiz.

El resumen de Bragantino 0 vs. Paranaense 1

En el equipo perdedor jugó Tomás Cuello, un mediocampista argentino con muy buen manejo con pasado en la selección juvenil que saltó de Atlético Tucumán al fútbol brasileño en 2020. Intentó de conectar el medio campo con los atacantes, pero casi siempre falló. Puso más voluntad que juego, como la mayoría de sus compañeros, y fue reemplazado en el segundo tiempo, cuando Bragantino sí estaba decidido a buscar el empate. En esa avalancha de cambios ofensivos también ingresó el venezolano Jan Hurtado, ex futbolista de Boca y Gimnasia (La Plata).

Así, Paranaense se aferró a ese gol de Nikão y al fútbol que aportó David Terans, un uruguayo que fue profeta en la catedral del fútbol uruguayo, para quedarse con el trofeo y heredar el título que en 2020 fue para Defensa y Justicia tras derrotar en Córdoba a Lanús. Bragantino se acordó demasiado tarde de la importancia que tenía el partido. Tanto, que Artur, tal vez su mejor jugador, estuvo desaparecido en acción. Pagó esa inoperancia con la derrota final.

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