El comisario deportivo de la Conmebol que recordó la noche del gas pimienta: qué pasó en aquel Boca-River
El diario boliviano El Deber hace foco en su edición de hoy en Róger Bello. ¿Quién es? Un arquitecto que alcanzó status de comisario deportivo de la Conmebol, incluso de los más importante de esta región. El hombre que cumple funciones dirigenciales desde 1994 siempre estuvo vinculado con el Blooming y aspira a la presidencia de la entidad.
En el repaso de su trayectoria, Bello revisó la fatídica noche del gas pimienta, en mayo de 2015, cuando el Boca-River por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores se suspendió por el gas pimienta. En aquel triste episodio, quedó sindicado como culpable Adrián Napolitano, alias "Panadero", que atacó a los jugadores de River cuando salían de la manga para jugar el segundo tiempo. Fue en complicidad con Federico Blanco, Diego Blas Biglia y Gustavo Florentín.
La entrevista a Bello:
-¿Cómo fue el Boca-River con el gas pimienta del "Panadero"?
-Ese partido ya venía con el antecedente de que River había ganado en Núñez por 1-0 en un choque con mucha fricción, mucha boca, peleas y desafíos para la revancha en la Bombonera. En el primer tiempo y en menos de diez minutos, hay dos tarjetas amarillas para los jugadores de Boca, pero con el 0-0 nos vamos a los camarines. En ese partido debutaba internacionalmente el árbitro Darío Herrera y desarrollaba una buena actuación. Pero en el segundo, apareció un inadaptado, al que llamaban ‘Panadero’; rompió la manga por donde salía River Plate y echó gas pimienta consiguiendo dañar la vista de al menos seis jugadores. Ellos cayeron en la cancha, los auxiliamos, pero en pleno afán y con mucha desesperación, se colocaron agua que los empeoró. Fueron transcurriendo los minutos mientras iba coordinando todo con un jefe policial que me ayudó bastante, muy capaz, con experiencia en este tipo de eventos públicos.
-¿Qué pasó luego?
-Llegamos a pasar los 40 minutos, que es el lapso que tenemos que esperar para tomar una decisión. Decidimos jugar con los tiempos, esperamos a que la gente se retirara de ambas tribunas porque había niños. Esa gente fue la primera en salir de un estadio con capacidad para 43.000 espectadores y que acabó con 12.000 en poco tiempo. Luego pasó la hora y media hasta que se tomó la decisión –conjuntamente con el árbitro Herrera-, de que el partido tenía que ser suspendido porque realmente no habían las condiciones para continuar porque los jugadores estaban muy dañados.
-¿Fue lo más duro que le tocó vivir?
-Fue uno de los partidos. Otro se dio durante la Copa América Centenario en 2016 en Estados Unidos. Chile y Colombia se enfrentaban en Chicago y me tocó hacer de delegado adjunto. Tuvimos una llegada de tormenta de la que nos habían avisado. Teníamos que tomar las previsiones antes de informar a los jugadores para no causarles nerviosismo ni impaciencia. Estuvimos parados como 40 minutos en el entretiempo, aunque sabíamos que lo podíamos retomar. En cierto momento, llamamos a la gente a que se vaya debajo de las graderías. Eran 42.000 personas aunque el estadio contaba con todas las comodidades. Es más, tenían hasta una sala de meteorología donde podíamos ver en qué posición estaba la tormenta y las descargas eléctricas. Se lo sacó adelante.
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