El futuro tiene un desafío: Barcelona

Todo vuelve. El Mundial de Clubes retorna a su sede emblemática, después de que el trofeo se paseara por Emiratos Árabes Unidos y Marruecos; River regresa a Japón, tras cerrar el círculo de 19 años sin levantar la Copa Libertadores. Otra vez los millonarios en la tierra del Sol Naciente, a la que desde mañana le realizarán una visita fugaz para jugar, el martes, frente a Gamba Osaka, por la Suruga Bank. Los desafíos se multiplican desde hace un tiempo en Núñez, las aventuras llenan de expectativa y adrenalina a un club que se acostumbró a ser protagonista y a ganar. Las materias que fueron desaprobadas en el pasado ahora son certificadas con excelencia, desatando festejos en continuado. Y como meta superadora para diciembre, como cierre de un año mágico, River tiene en el horizonte una hipotética definición con Barcelona, esa máquina que revolucionó el fútbol con su juego y éxitos, conducido por la estrella de Messi. Un sueño, si se piensa que hace cuatro años el club escribía, con el descenso, la página más oscura de su rica historia.

Para River será la experiencia de mayor cotización desde el 25 de mayo de 1901, fecha de su fundación. Las dos finales de la Copa Intercontinental, competencia que desde 1960 y hasta 2004 jugaban anualmente el campeón de la Copa Libertadores y el ganador de la Liga de Campeones de la UEFA, no alcanzan la misma trascendencia que la latente oportunidad de medirse con Barcelona, un equipo que dejó un sello para la posteridad. Porque el poderío de Juventus, con Zidane y Del Piero como máximos exponentes del juego de la Vecchia Signora, en 1996, no tuvo la dimensión de lo que representan, en la actualidad, los catalanes en el planeta fútbol. Mucho menos si se analiza que River perdió, aunque hace dos años un informe reveló que aquel plantel italiano consumía EPO, una droga prohibida. Tampoco la conquista frente a Steaua Bucarest, en 1986, con la definición del uruguayo Alzamendi, única vez que los millonarios ganaron el trofeo intercontinental, alcanza para equipar la relevancia de esta nueva cita. Los rumanos habían eliminado, por penales, con una descollante actuación del arquero Helmuth Duckadam, casualmente, a Barcelona, en la final de Europa, en Sevilla.

Una visita que llenará de recuerdos a Marcelo Gallardo, el director técnico que le devolvió la identidad a River, esa que el club extravió y que el hincha, durante un tiempo, dejó de reclamar. El Muñeco también volverá a Japón como integrante de una delegación de camisetas blancas con una banda roja cruzándole el pecho. Regresará a buscar un desquite por aquella derrota con Juventus, aunque esa fría noche en Tokio debió contentarse, con apenas 20 años, a mirar el partido desde el banco de los suplentes; también para tomarse una revancha de la final con Vélez, por la Recopa Sudamericana 1997, en Kobe, cuando tras igualar 1-1, los millonarios cayeron 4-2 por penales, serie en la que el Muñeco falló su remate.

Ahora, pisará el archipiélago como conductor del grupo, con otra mentalidad y otras responsabilidades, porque será él, junto con sus colaboradores Matías Biscay y Hernán Buján y el apoyo del preparador físico Pablo Dolce, quien teja la estrategia para que su River golpee con fuerza al gigante europeo, ése que no solo se descubre a través de Messi. También rompe marcas y desparrama rivales con figuras como Neymar, Luis Suárez, Piqué… En esa lista también está Mascherano, un producto genuino del semillero riverplatense, un apellido que seduce en Núñez, aunque como lo remarcó el presidente D’Onofrio "el deseo está, pero no hay ninguna gestión y nadie habló con él sobre el tema". Sobre jugar ese partido soñado, el máximo dirigente riverplatense comentó: "Jugar la final del Mundial de Clubes con el Barcelona de Messi es el sueño del pibe. Es una ilusión, pero la principal ilusión es ir a ganarla. Gallardo y los jugadores van a ir preparados para ver cómo pueden superar a Barcelona. River en cada partido demuestra que no está dispuesto a perder. En un mano a mano tenemos posibilidades".

Pero Gallardo no se sube a esa ilusión, no se salta casilleros en el calendario. El próximo compromiso es su único objetivo, ese fue el secreto de cómo este grupo construyó el camino que le posibilitó gritar campeón en el torneo Final 2014 y la Superfinal del mismo año, con Ramón Díaz, y reinventarse en la Copa Sudamericana y la Copa Libertadores, ya con el Muñeco en el banco de los suplentes. Napoleón, como fue bautizado por el relator Costa Febre, un apodo que al técnico le llegó a sus oídos y le dibujó una sonrisa, elige desandar los episodios lentamente: hoy, es la Suruga Bank; luego, el campeonato y la defensa de la Sudamericana, y recién en diciembre será el espacio de trazar los finos lineamientos para la gran aventura japonesa. El certamen, con sede en Osaka y Yokohama, empezará el 10 de diciembre, pero River debutará, una semana más tarde, en las semifinales. Ya están clasificados América (Concacaf) y Auckland City (Oceanía), y restan los representantes de Asia, África y el país anfitrión. El encuentro decisivo está pautado para el 20, aunque para que ello suceda millonarios y azulgranas deberán ganar. Lo que parece una obviedad no lo es, ya que dos veces el Mundial de Clubes no tuvo entre sus finalistas a un equipo europeo y a uno sudamericano: en 2010, Inter superó a TP Mazembe (Congo), y en 2013, Bayern Munich derrotó a Raja Casablanca (Marruecos).

River sería el segundo equipo argentino en medirse con Barcelona en el Mundial de Clubes, después de Estudiantes, en 2009, y el tercero que podría jugar la final, tras la experiencia de San Lorenzo con Real Madrid, el año pasado. El Pincha, dirigido por Sabella, maniató al Barcelona de Pep Guardiola y extendió el desarrollo a un tiempo suplementario, donde Messi, a falta de dos minutos, de pecho, inclinó el resultado. Esa fue la primera estrella de los catalanes, logro que repetirían, dos años después, con un contundente 4-0 a Santos. Con esos dos títulos, son los máximos ganadores en el corto historial, que acumula 11 definiciones.

La visita de River a Japón ya empezó a jugarse, tanto como ese posible partido definitorio con Barcelona. En Núñez, el futuro ya llegó.

A la vuelta de Oriente, el contrato de Marcelo Gallardo. Rodolfo D'Onofrio casi confirmó que Gallardo seguirá como DT de River. "Supongo, que la semana que viene, cuando vuelva de Japón, vamos a estar firmando el contrato. Lo económico está encaminado", dijo el presidente de River, en ESPN 107.9. Pese a los rumores que vinculaban a Ramiro Funes Mori con Villarreal, de España, D'Onofrio negó cualquier contacto. Además, según trascendió, en los próximos días el mandamás millonario hablará con Aerolíneas Argentinas sobre la posibilidad de incorporar vuelos especiales para el Mundial de Clubes, en diciembre.

Con San Martín (SJ) juega el lunes 17. River vs. San Martín (SJ) se jugará el lunes 17 de agosto, en vez del domingo 16, por pedido de los millonarios, que regresarán el jueves 13 de Japón, vía Alemania. A la vez, también por la 20» fecha del torneo local, Vélez vs. Rafaela se adelantará: pasará del lunes al domingo.