Hugo Campagnaro, el hombre que de Morón saltó al calcio y de allí a la selección argentina
El defensor cordobés, que esta noche será titular en el equipo albiceleste ante Paraguay, por las Eliminatorias, evita el contacto con la prensa; a fuerza de su rendimiento y dedicación, se ganó un lugar en el equipo de Sabella
- ¿Dónde te gustaría jugar en la Argentina?
- En la selección... ja.
* * *
ASUNCION (De un enviado especial).- Hugo Campagnaro cumple desde hace poco más de un año y medio (debutó con la albiceleste el 29 de febrero de 2012, en el 3 a 1 a Suiza) aquel sueño que le confesaba a LA NACION en 2008, en una de las pocas entrevistas que concedió para un medio argentino.
Este defensor no se caracteriza por hablar seguido con los medios. De hecho, les huye cada vez que puede. Sin embargo, consciente de su actualidad (casi 400 partidos en 12 años en el Calcio, titular en la selección argentina ante Paraguay y con serias chances de formar parte del plantel que irá al Mundial 2014), de a poco comienza a abrir su espectro.
El primer contacto visual le deja al periodista la sensación de el zaguero de Inter tiene un lejano parecido con José Meolans. Los une su origen, ya que ambos son cordobeses. Y de alguna manera, también el agua. Porque si bien está claro que este hombre de 33 años no se dedica a la natación, nadie puede negar que es un remador de la vida. La remó y la viene remando desde que a comienzos de este nuevo milenio dejó el Club Atlético Morón (103 partidos y seis goles) y se fue a Piacenza, de Italia, sin escalas. Y desde antes también.
En un infrecuente diálogo con canchallena.com vía mail (única condición para conceder la entrevista), Hugo Campagnaro, se presenta en sociedad y comparte sus experiencias, sus sueños y sus objetivos.
- ¿Cómo vivís este momento de tu carrera, después de pelearla durante tantos años?
- Con mucha alegría pero también con mucha tranquilidad, porque creo que a muchas de las satisfacciones que me está dando mi carrera me las fui ganando con el trabajo silencioso durante todos estos años. Siento que nadie me regaló nada, que todo en el fútbol me costó mucho sacrificio, y que a la larga los frutos se ven. Por eso estoy tranquilo y ahora sólo trato de disfrutar responsablemente de todo lo que estoy viviendo.
- ¿Qué se siente ser contemporáneo y compartir tu experiencia como integrante de la selección argentina con tipos como Lionel Messi?
- Y bueno, creo que esa es sin dudas una de las cosas que podré contarle con orgullo a mis nietos (risas). Y es de esas cosas que jamás me hubiera imaginado cuando arranqué en los potreros de mi pueblo (N. del A: Hugo es de Coronel Baigorria, Córdoba). Es indudable lo que representa dentro del fútbol y lo que representa también para nosotros, es como que sabemos que jugamos al truco siempre con el as de espadas en la mano. Indudablemente estoy orgulloso de poder formar parte de este grupo donde él es, sin dudas, la cabeza visible.
- ¿Qué es lo que más te sorprende de él?
- ¡Todo! Desde lo que hace en los entrenamientos hasta lo que hace en los partidos, donde en una o dos jugadas te los hace ganar. Creo que eso es algo que sabemos todos porque tenemos la posibilidad de verlo cada vez que juega. En realidad creo que es poco lo que yo pueda decir porque lo que él hace dentro de los campos de juego es algo que podemos ver y disfrutar todos, todo el tiempo.
- ¿Cómo aprovecharon esta semana completa de trabajo, sin interrupciones?
- La verdad que estamos trabajando muy bien, sabemos que son pocos los partidos que quedan de acá a fin de año así que cada compromiso hay que utilizarlo al máximo. Por suerte, al no tener que jugar el viernes, eso nos da más tiempo para los entrenamientos y la convivencia grupal, así que hay que aprovecharlo y disfrutarlo.
- Suele decirse que sin grupo no hay equipo, y sin equipo no se logran los objetivos. ¿Coincidís? ¿Creés que esta semana sirvió justamente para eso?
- Bueno creo que esa es justamente una de las virtudes que más se destacan de este proceso. Los partidos no sólo se ganan durante los noventa minutos, sino que se comienzan a ganar antes…en los entrenamientos, en la convivencia…y la armonía grupal es una condición fundamental para que eso se pueda dar. Por suerte acá nos llevamos muy bien, disfrutamos todos de cada convocatoria y tenemos muchas ganas de lograr cosas importantes con la camiseta de la selección.
- ¿Creés que todavía tenés que demostrarle algo a Sabella en estos últimos partidos, o él ya sabe lo que le podés dar y de acuerdo eso finalmente decidirá si te lleva o no a Brasil?
- Jugar en la selección argentina es una gran responsabilidad donde uno rinde examen todo el tiempo, pero no sólo durante los partidos, sino también en los entrenamientos, en la convivencia grupal. Yo estoy muy orgulloso de formar parte de este proceso y de venir siendo convocado ya hace dos años, pero mentiría si te dijera que creo que tengo el puesto asegurado. Hay excelentes jugadores, la competencia es grande y uno no se puede descuidar. Lo importante es tener continuidad en mi club, hacerlo en buen nivel, y responderle al entrenador de la Selección cada vez que me convoca. Luego será él quien decida lo mejor para el equipo. Hoy por hoy nadie quiere hablar de Brasil, porque falta mucho para eso todavía, y porque primero hay que clasificarse, pero sin dudas que poder formar parte de ese torneo es el sueño máximo de cualquier futbolista.
- Aparentemente vas a jugar de central. ¿Creés que puede ser una chance de jugar y de mostrarle a quienes no siguen mucho tu carrera tus cualidades en tu posición de siempre?
- Mirá, yo en Italia hace siete años que soy central derecho en la defensa de tres que utilizamos con Walter Mazzarri, tanto en Sampdoria como en Napoli, y ahora en el Inter. Pero ocasionalmente he jugado con central izquierdo, también con ese sistema. Pero el entrenador a veces utiliza una defensa de cuatro, según el partido, según el rival, según el resultado..y en la defensa de cuatro yo juego de primer o segundo central. El año pasado, en Napoli, jugamos varios partidos con cuatro en el fondo y siempre jugué de "2" o de "6". Y en el Piacenza, con Beppe Iachini de entrenador, que también utilizaba una defensa de cuatro, siempre jugué de primer central. O sea, conozco los dos sistemas defensivos y todas las posiciones. Cuando empecé mi carrera en Morón, yo jugaba de lateral derecho o de lateral izquierdo, siempre en un esquema de cuatro en el fondo. Y he llegado a jugar también de carrilero, por derecha o por izquierda; de hecho, jugando de carrilero por izquierda, en Napoli, tuve la suerte de hacerle un gol al Milan en el San Siro. Yo sé que muchos periodistas de la Argentina a veces se ven en complicaciones cuando tienen que hablar de mí porque acá sólo jugué en el ascenso, y porque hace doce años que juego en Italia. Y muchos a veces no saben decir cuál es mi posición porque en verdad no me conocen, pero bueno, los entiendo. Lo real y concreto es que con la defensa de tres soy stopper por derecha o eventualmente, por izquierda. Y en defensa de cuatro, soy primer central o eventualmente segundo. Pero yo en la selección juego donde el equipo me necesite. Si lo tengo que hacer de lateral derecho o de lateral izquierdo, lo hago sin problemas y siempre voy a dejar todo en el campo al servicio de esta camiseta.
- ¿Qué queda del pibe que hace poco más de 10 años se jugó y se fue de Morón a Italia, sin escalas?
- Queda poco en realidad; hoy tengo 33 años, llevo doce jugando en Italia, he cambiado mucho, he sumado experiencia, he tenido la posibilidad de competir con los mejores, la verdad que mi carrera me ha dado muchísimas alegrías. Pero obvio que no puedo olvidar de mis seis años en Morón…vine al club siendo muy pibe, para la Sexta División, hice dos años en inferiores y luego a los 18 años tuve la suerte de debutar en primera, de la mano del Ruso (Ricardo) Zielinsky, que me puso en un partido con All Boys. Y luego al poco tiempo salió la chance del Piacenza. Y me fui nomás. Con un bolsito y todas las ilusiones. Había jugado mi último partido contra Estudiantes de Caseros y a los dos o tres meses estaba jugando de titular contra Inter. Fue un cambio muy grande pero yo sabía desde un primer momento que era una oportunidad que no podía desaprovechar, me la tenía que jugar. Y eso hice. Por fortuna puedo decir que llevo doce temporadas allá, casi 400 partidos, y experiencias muy ricas e inolvidables en todos los clubes por los cuales pasé (Piacenza, Sampdoria, Napoli e Inter). Pero la hinchada del Morón siempre estará en mi corazón. Fue el único club donde yo jugué acá en Buenos Aires y eso jamás se olvida.
- ¿Qué le dirías a ese pibe si pudieras hablar con él, en un imaginario viaje al pasado?
- Es muy difícil elegir algo para decir porque en el fútbol, para que te vaya bien, a veces confluyen un montón de circunstancias. Pero yo recuerdo que de chico me decían que aún jugando en la sexta o en la quinta de Morón, yo tenía que enfocarme como si fuera un profesional, ya sea en los entrenamientos o en los partidos…por más que en los partidos de inferiores a veces había sólo diez o veinte personas mirando. "Uno nunca sabe quién te está mirando, en una de esas, dentro de esos diez o veinte está un dirigente o un empresario que te puede dar la oportunidad de tu vida. Y entonces hay que estar preparado", recuerdo que me decían. Y es verdad. De esa época aprendí la rigurosidad para respetar los entrenamientos y tomaba cada partido como "el" partido. Y creo que esos consejos me ayudaron mucho porque cuando me decían "uno nunca sabe cuándo pasa el tren de las oportunidades, pero cuando pase hay que subirse y quedarse arriba" es obvio que tenían razón. Uno a veces cuando es pibe no lo cree, o se bajonea por cualquier cosa, y hay que ser muy fuerte de testa para superar todo. Y fijate que cuando me salió la chance, yo jugaba en la B Metropolitana, y me llevaron a la Serie A del calcio. Y yo no tenía miedo, me tenía fe, me sentía preparado, en el aspecto mental, en el aspecto físico, en el futbolístico. Recuerdo que a los diez o quince días de estar de pretemporada, el técnico de Piacenza, que era Andrea Agostinelli, nos reunió a todos y me dijo delante de ellos "Hugo, te quedás con nosotros". Y así comenzó todo, pero si yo no hubiera tenido la ayuda y los consejos que me dieron cuando jugaba en Morón, quizá a los dos meses me tenía que volver, como recuerdo que auguraban algunos periodistas y algunos dirigentes del club en aquella época. Y después está la suerte, que también es importante…pero hay que ayudarla….si no, no llegás a ningún lado.
Campagnaro debutó en las
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