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Vélez atraviesa un presente más que complicado. Tras la goleada 3-0 sufrida ante Racing de la fecha pasada, el conjunto de Liniers padeció la partida del entrenador Christian Bassedas y debió visitar River en el Monumental con Alberto Fanessi en su rol de técnico interino, a la espera de la asunción de Omar De Felippe. Y fue otra noche negra: perdió 3-0 y los jugadores desataron toda su bronca con el árbitro Fernando Rapallini, que quedó en la mira tras varias polémicas del juego.
El primer enojo llegó con la expulsión de Blas Cáceres, quien golpeó a Andrés D'Alessandro y el árbitro decidió mostrarle la tarjeta roja a los siete minutos de la primera parte. Luego, a los 41, Rapallini sancionó penal de Cristian Nasuti sobre Driussi por una patada del defensor al tobillo del delantero. Allí, los ánimos comenzaron a caldearse un poco más aún, con protestas de todo el equipo.
Pero la historia se volvería peor aún luego de que el línea Sergio Viola anulara el penal que Alan Aguerre le tapó a Lucas Alario por un supuesto adelantamiento del arquero. Luego, el delantero de River marcó el segundo tanto de la goleada por 3-0.
Además de la gran sensación de frustración por la goleada, Vélez sufre un presente poco alentador. Tiene sólo tres puntos, producto de una victoria y cuatro derrotas. Se ubica en el puesto 26° de la tabla de posiciones y en el 23° de la tabla de promedios (1.157). De Felippe asumirá en las próximas horas y tendrá un duro trabajo por delante.
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