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El 25 de abril, Walter Gastón Coyette, aquel jugador que deslumbró en el Mundial de Malasia en 1995 con la camiseta de la selección argentina Sub-20, decidió tomar las riendas de la conducción técnica de Deportivo Morón, equipo que milita en la Primera Nacional, la segunda categoría de más importancia en orden jerárquico dentro del fútbol argentino. Su arribo se debió por la salida de Alejandro “Chano” Orfila, a quien no lo acompañaron los resultados, ni el rendimiento colectivo de sus dirigidos.
La primera prueba que pasó el Gallo, con Coyette al mando, fue cinco días después en la victoria por 3-0 ante San Telmo en el Estadio Nuevo Francisco Urbano. En esos días, el hincha le dio el crédito al DT, que renovó la confianza de varios jugadores que venían alicaídos por la floja campaña del equipo del oeste.
Con el correr de las fechas, el orientador táctico fue evaluando los desempeños y como sucede en las nuevas etapas, algunas decisiones tienen que ver mucho con el gusto de quién está al mando del plantel profesional.
Dentro de la amplia nómina de jugadores, hay algunos nombres que sobresalen, sea por su calidad, trayectoria o la afinidad que mantiene con su público. A sus 42 años, el delantero Damián Akerman sigue en vigencia y los hinchas corean su apellido en todos los partidos de local. En total, su estadía se divide en cinco períodos, y a fuerza de goles, el experimentado atacante ingresó en el corazón de todos los hinchas de Deportivo Morón.
En los últimos días, en una evaluación que realizó junto a sus ayudantes de campo y video analistas, Coyette apartó al histórico centrodelantero durante un entrenamiento y le manifestó que no lo iba a tener en cuenta en su ciclo. El jugador aceptó, pero cuando los fanáticos y los mismos dirigentes se enteraron, los ánimos cambiaron dentro del club.
Al día siguiente de que la noticia recorriera por los pasillos del club, la cuenta oficial de Morón lanzó un comunicado vía Twitter: “Esta tarde, el presidente de nuestra institución, Gabriel Mansilla y el Secretario, Gastón Capurro, en representación de la Comisión Directiva, se reunieron con Damián Akerman y le reiteraron su total apoyo y acompañamiento al jugador, ídolo de nuestro club”.
Y continuó: “En ese marco se le expresó, al igual que en el momento en el que se le renovó el contrato, que se le deja a su criterio la decisión de cuándo retirarse. Por lo tanto, Damián continuará entrenando y cumpliendo lo acordado contractualmente hasta diciembre”. Finalmente, la misiva concluyó con la libertad que tiene el jugador en decidir si quiere un partido homenaje y también ocupar un cargo dirigencial una vez que cuelgue los botines.
Ya con las aguas turbulentas y los dirigentes en una postura clara de apoyo al jugador, Walter Coyette sintió la desprotección hacia su persona, desestabilizándolo en el cargo y por ende, presentando su renuncia indeclinable. A un mes de su llegada, solamente dirigió cinco partidos -cuatro por el torneo doméstico y uno por Copa Argentina- y se sumó a la larga lista de técnicos que pasan por la guillotina del conflictivo fútbol argentino.