Sub 20: Gonzalo Maroni, el último pasajero que ahora sueña con el título del Sudamericano
RANCAGUA, Chile.- Entró por la ventana al campeonato Sudamericano Sub 20 , pero una vez que volvió a la lista de 23 jugadores que viajaron a la sede de Talca, Gonzalo Maroni se mentalizó para demostrar que no desaprovecharía la nueva oportunidad que le regalaba el destino. Fue todo muy eléctrico, veloz. De la desilusión porque se truncaba un sueño, a la felicidad por el presente en el que el cordobés encajó como pieza desequilibrante en un grupo que fue de menor a mayor en la competencia. Escaló peldaños la Argentina, tanto que mañana intentará coronar la campaña con el título, cuando se mida con Brasil, desde las 22.10, en el estadio el Teniente, en el juego de cierre del hexagonal final.
Un clásico más, quizás una señal para el N°10, que resultó gravitante con Uruguay, cuando la selección se impuso en Curicó, por la etapa de grupos, y se reacomodó rumbo al primer objetivo: la clasificación al hexagonal final. Hasta entonces, no solo no era titular: tampoco sumaba minutos. Frente a la celeste, cuando Batista se deshizo del dibujo 4-3-3 que empleó con Paraguay y Ecuador, Maroni tomó el mando, fue figura y con un gol que llevó su sello –remate de media distancia que viajó al ángulo del arquero Bacchia Rodríguez-, la Argentina empezó a descubrir el camino. Dos días después, la victoria sobre Perú rubricó el pase.
El trajín, el calor, la rotación de piezas a la que debía echar mano el cuerpo técnico hizo que el talentoso volante que surgió en Instituto, pasó a Boca y luego se vistió con la camiseta de Talleres, donde está a préstamo sin opción de compra, quitó a Maroni de la formación. Y, como si el destino se encaprichara, la selección volvió a perder sin el cordobés en la cancha. Como si se tratara de un amuleto, retornó con Venezuela –goleada 3-0, la noche de ensueño de Adolfo Gaich, que marcó un hattrick- y esa resultó la plataforma para volver a ser figura nuevamente, al partido siguiente, frente a Uruguay. En una actuación del equipo que tuvo varios jugadores con rendimientos superlativos, Maroni estampó el 2-0 –recogió una pelota que se le escurrió a Gaich y aunque el remate lo devolvió el poste, capturó el rebote y desató el festejo- y tuvo un mano a mano para aumentar la brecha. Finalmente, la victoria 2-1 le dio la doble clasificación a la Argentina: al Mundial de Polonia y a los Juegos Panamericanos de Lima.
"Nos estuvimos rompiendo el alma para ganar y que se nos den los resultados. Tenemos un buen equipo, hay compañerismo. A veces uno se destaca más que otro, pero al partido siguiente es al revés y eso es lo bueno, que todos lo sabemos disfrutar. Después de un inicio con derrota, sumamos tres triunfos seguidos que nos dieron las clasificaciones. El juego lo teníamos, ganamos en actitud y en confianza. Somos 23 leones, si respetamos lo que venimos haciendo será difícil que nos ganen", se despacha quien viajó a Rusia 2018 como sparring y quien meses después se consagró en el torneo de L’Alcudia, con Lionel Scaloni como entrenador.
"Es difícil decirle a un chico de 20 años que no va a estar en la lista. Les dije que solo no iba a participar del próximo certamen, pero que no quedaba fuera de la selección. El impulso de ellos es mantener el nivel, en algún momento la oportunidad va a llegar. Después viene el Panamericano, el Mundial. Tuve que elegir 23 y en esto de elegir siempre que vas a quedar con la almohada pensando si te equivocaste o no", dice Batista, cuando se lo consulta de porqué las ausencias de Maroni, Álvaro Barreal (Vélez) y Maximiliano Lovera (Rosario Central), que quedaron fuera de la nómina en el último corte.
"Estaba caído, era lógico, pero demostró que tiene personalidad. Era uno de los capitanes en juveniles, pero teníamos que elegir y en ese momento entendí que Ezequiel Barco estaba por encima de él. Es un jugador que en los primeros tres o cuatro pasos te hace la diferencia, ahí es cuando se puede perfilar para rematar, para asistir. Tiene buena pegada, visión de juego, llegó al gol…", se extiende el Bocha.
Maroni no lo toma como un desquite. No es la primera vez que le toca recibir palmadas de felicitaciones y al tiempo ser reprobado, le sucedió en Talleres, donde tuvo picos y algunos baches de rendimientos. "Estamos contentos, porque tuvimos poco tiempo de preparación y se logró lo que vinimos a buscar, que era clasificarnos al Mundial. Pero queremos volver a la Argentina muy felices, queremos volver campeones", resalta Gonchi, al que muchos en Boca miraron para que volviera apenas terminada la participación en el torneo Sudamericano, pero que se quedará un tiempito más en Talleres.