El respeto y la cordialidad, con el sabor de lo británico

GLASGOW (De un enviado especial).- Lejos de cualquier rivalidad deportiva, política o de otra índole, el equipo argentino fue recibido con muchos aplausos por el público británico cuando ingresó en la cancha del Emirates Arena. Además, en el momento en el que el locutor mencionó a Juan Martín del Potro, se registró una verdadera ovación y no sólo del grupo de aproximadamente cien hinchas de nuestro país. Según comprobó LA NACION durante los días previos al choque de semifinales de la Copa Davis, los seguidores del tenis en esta región adoran al tandilense. Asimismo, cuando sonó el himno nacional en el estadio seleccionado por Andy Murray y sus compañeros de equipo, fue escuchado con absoluto respeto y hasta aplaudido. Todo un símbolo de caballerosidad y respeto.

Otro signo de la camaradería británica en esta porción de Escocia fue el esfuerzo que hizo el locutor para hablar en español. "A los argentinos les deseamos que tengan muy buenos días aquí en nuestra ciudad", dijo. Automáticamente, recibió una ovación del puñado de seguidores albicelestes.

La previa al match entre Murray y Del Potro tuvo mucho color. La banda The Red Hot Chilli Pipers, que combina sonidos tradicionales escoceses con rock and roll, se lució con un duelo de gaitas y guitarras eléctricas. Otra canción que se escuchó con fuerza en el estadio fue ?Antes y después', de Ciro y los Persas, cuando ingresó Del Potro por segunda vez a la cancha, pero ya para jugar frente al número 2 del mundo. Como cuando hace unas semanas salió al balcón del Palacio Municipal de Tandil tras obtener la medalla plateada de los Juegos Olímpicos, Del Potro volvió a elegir ese tema que tanto lo inspira e impulsa. "¡Qué placer verte otra vez, nos decimos sin hablar, hoy todo vuelve a empezar!", canta Andrés Ciro. El público también tuvo un muy buen comportamiento en el partido que Guido Pella le ganó a Kyle Edmund, el punto determinante, el que provoca una mayúscula esperanza de poder sellar la serie hoy mismo. Acaso, mañana...