Marco Trungelliti: "En los Futures, los arreglos y las apuestas son como barra libre"
Futures y Challengers son los torneos en los que se detectan más irregularidades; entrenadores, una figura bajo sospecha
La red organizada y mafiosa de apuestas y arreglos de partidos de tenis mueve millones de dólares. La Guardia Civil española comunicó, a principios de año, haber detenido a 15 personas de una red criminal dedicada a sobornar a tenistas profesionales. La organización coordinaba apuestas simultáneas y masivas en Futures y Challengers, que son, precisamente, las categorías menores, donde se observan –en todas las regiones– las mayores irregularidades.
"En los Futures, los arreglos y las apuestas son como barra libre. Los apostadores van directo a los jugadores y otros van por los entrenadores", dice Marco Trungelliti , con naturalidad, pero mucha indignación. Y aporta una mirada: "Es una realidad que los premios de los torneos menores son bajos, que muchas veces a cierto nivel no alcanza, pero hay otras maneras legales de ganar plata. ¿Cómo? Jugando Interclubes en Europa. Es verdad que se pierden semanas de torneos ATP, pero es una manera de hacerlo. La tentación por arreglar un partido para los que están con un ranking 300 o 400 es mucha: lo que sacás jugando en un mes de Interclubes lo hacés en 40 minutos de un partido arreglado. Pero ese no es el camino correcto. No".
Los Futures son los torneos donde los protagonistas (también los árbitros, que a veces reciben amenazas) están más desprotegidos; hay menos control. En los últimos tres Futures de 2018 en la Argentina, en Corrientes (29 de octubre a 4 de noviembre, Escobar (5 a 11 de noviembre) y Río Cuarto (12 a 18 de noviembre) se produjeron distintos hechos irregulares, como casi siempre en esa clase de certámenes. Un testigo, que prefirió mantener la reserva, contó un hecho tragicómico que ocurrió en el Corrientes Lawn Tennis: "En un partido un umpire hizo expulsar del club a un extranjero que estaba haciendo espionaje y apuestas ilegales. El partido siguió y, al rato, el mismo árbitro se dio cuenta que desde la terraza de un edificio de pocos pisos que estaba enfrente del club ese mismo apostador estaba con binoculares. La policía lo fue a retirar del lugar y el dueño del departamento dijo que era su amigo, cuando en realidad le había pagado 100 dólares para que lo dejara espiar desde ahí. Increíble".
Otra situación con la misma finalidad ocurrió el año pasado, en un torneo disputado en el Florida Tenis Club. Los organizadores echaron de las instalaciones a dos personas que estaban "pasando resultados" al exterior. Pero estos personajes se quedaron en la calle, desde donde podían ver los partidos en dos canchas y seguir con su "trabajo". "Se hacían un festival. Es muy difícil luchar contra ellos", recuerda, por lo bajo, un testigo del hecho.
Estos personajes que recorren los courts despachando información "al exterior", beneficiados por el delay o la demora de unos diez segundos entre lo que sucede en vivo y lo que se emite por Internet, tanto en imágenes (Live Streaming) como en resultados (Live Score). Esos diez segundos (hace unos años eran 30 y hasta 40’’) pueden resultar ínfimos, pero son una eternidad en el procedimiento de la apuesta.
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