George Clooney: “Siempre fui muy optimista”
"Hola, soy George". Lleva algunos segundos caer en que no es un publicista o un asistente quien llama. Del otro lado de la línea está George Clooney (59), la estrella de Hollywood, que marcó directamente el número para la entrevista telefónica pautada con LA NACION revista. El punto de partida es la nueva película que dirige y protagoniza, Cielo de medianoche, que se estrenará el 23 de este mes, en Netflix.
Tampoco le molesta ocuparse de las tareas hogareñas en su casa de Los Ángeles, donde pasó la cuarentena estos últimos nueve meses con su esposa, Amal, y sus hijos, los mellizos Alexander y Ella. "Estuve lavando los platos y la ropa, limpiando los pisos y cortándole el pelo a los chicos y a mí mismo. Crecí en una familia en la que hacíamos esas cosas con frecuencia, así que no es tan raro volver a hacerlo", asegura.
¿Todos están bien en tu familia?
Sí. Los padres de Amal viven en Londres y los míos en Kentucky, así que es muy difícil, porque no los podemos ver. Lo bueno es que existe FaceTime; lo malo es que ya no son jóvenes y me gustaría poder pasar más tiempo con ellos. Pero todos estamos sanos, por ahora, toco madera. ¿Qué tal estás vos, todos bien en tu familia?
Sí, gracias por preguntar.
Bueno, todavía va a ser difícil por un tiempo. Tenemos que estar preparados para eso y después, con suerte, tal vez para marzo, empecemos a ver algunas posibilidades reales de volver a algún tipo de normalidad. Pero aún falta.
La pregunta, que parece una cortesía obvia para cualquiera, no lo es tanto en el contexto de una entrevista con un personaje de la fama del actor de La gran estafa, Michael Clayton, Dónde estás hermano y Un romance peligroso, entre otros éxitos. Es parte del encanto que lo llevó al estrellato, pero también una muestra de la educación que recibió en su hogar, a la que le atribuye su interés en el trabajo humanitario y la poca importancia que parece darle a la fama.
Para el rol protagónico de Cielo de medianoche, que narra la historia de un científico aislado en una base del Ártico –y que intenta evitar que una tripulación de astronautas regrese a la Tierra y encuentre una misteriosa catástrofe global–, se dejó la barba y bajó varios kilos, logrando un aspecto desmejorado, muy lejano al galán que los medios compararon con Cary Grant. "Leyendo el guion, mucho antes de la pandemia, obviamente, veíamos todo ese daño que nos hacemos unos a otros –dice sobre lo que le atrajo del proyecto–. No se trata de desastres naturales; ya sea un conflicto nuclear o el calentamiento global son causados por el hombre. Si te fijás alrededor del mundo, ves un tipo de ira y de odio infiltrados. Sin dudas está en los Estados Unidos, pero no es mejor en Rusia, Hungría, Filipinas; podés seguir la lista de todos esos lugares donde hay grupos de personas autoritarias muy enojadas. No es difícil imaginar que en 30 años hayamos volado todo por el aire. Sabemos que todo esto es muy frágil, así que tenemos que prestarle más atención. También me gustaba la idea de que el final fuera esperanzador, porque es una forma de decir que vale la pena toda la lucha. Estamos sobreviviendo, pero tenemos que hacerlo mejor.
Tu personaje está al borde de perder toda esperanza. ¿Te conectás personalmente con esta idea de que tu esperanza, en un mal momento, pende de un hilo?
Considero a la esperanza mi sustento. En mi caso, no pende de un hilo. Siempre fui muy optimista. Pero también muy realista. Podés ver la vida y decir, por ejemplo, que toda historia de amor termina en tragedia, porque al final te morís. Esa es una visión realista, pero también lo es que mejoramos con cada generación y siempre estamos buscando formas, como decimos en los Estados Unidos, de lograr una "unión más perfecta", que es un objetivo en el que hemos fallado como país. Pero nuestro movimiento constante todavía es hacia construir el arco de la historia hacia la justicia y la libertad. Soy muy optimista en el largo plazo. En el corto plazo, tengo que ser realista y saber que la forma en la que podemos lograrlo es enterrando los talones, fallando y perdiendo largas luchas. Perdimos la lucha en Darfur durante diez años, pero ahora mismo Omar al Bashir está en la cárcel y siendo juzgado.
Clooney está muy involucrado hace años en la lucha contra el exdictador de Sudán, derrocado en 2019 tras 29 años en el poder. Al Bashir está siendo juzgado actualmente ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra. El actor contó en una conferencia de prensa en 2013 que casi todas sus ganancias por protagonizar los avisos publicitarios de Nespresso eran utilizados para mantener un satélite en la frontera de Sudán. Según los textuales publicados por The Guardian, Clooney explicó que cuando Al Bashir emitió un comunicado quejándose de que lo espiaba y diciendo que seguramente no le gustaría a él que una cámara los siguiera a todos lados, el actor respondió: "Bueno, bienvenido a mi vida, Sr. Criminal de Guerra". El actor remató diciendo que le parecía justo que un criminal de guerra recibiera la misma cantidad de atención que él.
"Si buscás la gratificación instantánea, estás en el negocio equivocado, no es así como funciona –continúa–. Pero creo que si seguís adelante, perdiendo y luchando, eventualmente ganás. Esa es la esperanza que vemos en el movimiento Black Lives Matter, que busca justicia y ecuanimidad económica, jurídica y policial. Si comparamos con 1960, las cosas están inclinándose para el lado correcto, pero de una forma muy lenta y para nada suficiente, así que tenemos mucho trabajo por hacer. Pero soy optimista sobre todas estas cosas, así que cuando hacemos una película como esta y vemos personajes cuya esperanza está pendiendo de un hilo, ese hilo es la cuerda salvavidas que nos mantiene. Lo único que me queda es creer que al final de todo hay un propósito para que sobrevivamos.
La película también habla sobre cómo cada uno decide usar el tiempo que sea que le quede. Sé que tuviste un accidente terrible en moto (en 2018, en Italia) y me preguntaba si a partir de entonces empezaste a pensar más en estos temas.
No, lo loco de este tipo de eventos es que lo que hacen es despertarte en términos de prestar atención a las cosas que realmente importan profundamente en tu vida: tu familia y tus amigos. Con respecto al trabajo, hace tiempo que vengo haciendo varias películas que cuestionan la autoridad y ciertos errores. Michael Clayton cuestionaba las actividades ilícitas corporativas; Amor sin escalas cuestionaba los despidos y la economía; Buenas noches y buena suerte cuestionaba si el cuarto poder podría mantenerse y hacer su trabajo cuando los otros tres poderes estaban fallando. Siempre tuve en mi mente ese tipo de películas; Syriana, con el tema del petróleo, todas estas cuestiones. Siempre disfruté tratar todos los temas relacionados con la corrupción del sistema político. Es parte de cómo soy y cómo me crie. El otro tema es que desde que comenzó la pandemia la película tiene una relevancia muy distinta, porque ahora se trata sobre la comunicación, que está en el corazón del film, la imposibilidad de estar juntos, de volver a casa, de ver a nuestros seres queridos, de conectarnos. Recién habíamos terminado de filmar cuando empezó la pandemia, así que hicimos el montaje y la orquestación desde casa, sin poder ver a parte de nuestras familias y de repente tomó otro sentido. Entendimos que era una meditación sobre comunicarnos entre nosotros y poder estar realmente todos unidos. Ahora esa pérdida es muy dolorosa.
¿Cómo ves la transición del gobierno en los Estados Unidos? Estamos todos sorprendidos. Pensábamos que esas cosas solo pasaban en otros países.
Sí, lo sé. Desde hace un tiempo estamos haciendo nuestra mejor imitación de países del Tercer Mundo. Lo estamos haciendo desde que pusimos a niños en jaulas. Estamos intentando probar que hasta en los Estados Unidos la democracia es algo muy frágil y que puede ser subvertida fácilmente. Pero el tema con la presidencia es que vos no la dejás; la presidencia te deja a vos. Joe Biden será el presidente el 20 de enero y eso es lo importante. Va a haber mucho daño en el camino. Ya hay mucho daño en los Estados Unidos en términos de vidas y pérdidas por la respuesta irresponsable frente al coronavirus. Somos los peores del mundo. Y todo porque él no quería que le dieran mal los números de la economía en un año electoral. Así que estamos pagando por eso. La buena noticia es que están por llegar las vacunas. La mala es que antes de que puedan administrarse y funcionar mucha gente va a morir y es responsabilidad directa de la forma en la que lo manejaron. Mirá a Corea del Sur, es el mejor ejemplo porque tuvieron el primer caso el mismo día que nosotros y tuvieron 400 o 500 muertes. Y Seúl es una ciudad grande y ni siquiera estuvo cerrada del todo. Lo atacaron enseguida. Como cuando nosotros tuvimos al gobierno de Obama y Biden atacando el Ébola, que si no se hubieran ocupado de eso nos podría haber ido mucho peor. Tiene que ver con el liderazgo. Es interesante ver cómo cuando Estados Unidos pierde su capacidad de liderar, incentiva a los Bolsonaro y los Orban del mundo, incentiva ese tipo de comportamiento. Siento que ese comportamiento se va volver mucho menos popular con un presidente diferente.
De todas maneras, cuando estaba viendo Cielo de medianoche pensaba en cómo nos estamos dirigiendo hacia la destrucción del planeta y lo incomprensible que es que los científicos lo están advirtiendo, pero mucha gente no lo cree.
Mirá la historia de la humanidad: siempre hubo grupos que niegan los hechos reales y muchas personas han sido colgadas por decir la verdad. Hay demasiada gente que fue apedreada o quemada por estar en lo cierto. Le lleva un tiempo a la humanidad darse cuenta de qué es lo correcto. Winston Churchill tenía una frase buenísima que decía que los Estados Unidos siempre van a hacer lo correcto una vez que haya agotado todas las otras posibilidades. Creo que eso se puede decir de muchos otros países alrededor del mundo.
De nuevo aparece el optimismo de Clooney que, según él mismo dice, lo empuja a trabajar para ayudar a otros. Es algo que aprendió en su hogar natal en Kentucky, donde también está la clave de su interés por la política y de su vocación por contar historias. Su tía, Rosemary Clooney, fue una famosa cantante y actriz. La madre del actor, Nina, fue reina de belleza y concejala; su padre, Nick, fue periodista y tuvo su propio talk show en la televisión regional. Allí fue donde el pequeño George tuvo sus primeras experiencias frente a cámara, apareciendo como entrevistado, disfrazado de conejo de Pascuas para esa fiesta o de duende irlandés para el día de San Patricio. Ya de adulto, las colaboraciones con su padre, que en 2004 se presentó como candidato por Kentucky del partido Demócrata a la Cámara de Representantes, fueron muy distintas: en 2006, ambos viajaron a Sudán, donde filmaron el documental A Journey to Darfur, que se emitió en la televisión norteamericana y británica.
Luego de un breve primer matrimonio con la actriz Talia Balsam y de muchos años de ser uno de los solteros más codiciados del planeta, Clooney se casó con Amal Alamuddin, con quien tuvo mellizos. La abogada británica de ascendencia libanesa, educada en Oxford y la New York University, tiene una brillante carrera en temas de derechos humanos. Asesora de Kofi Annan cuando fue el enviado de la ONU a Siria, representó a Julian Assange y participó de varias comisiones especiales de Naciones Unidas. La pareja fundó la Clooney Foundation for Justice dedicada a abogar por la justicia a través de la rendición de cuentas para los derechos humanos y abusos alrededor del mundo.
Sobre lo que comentaste de la forma en la que fuiste criado, ¿cuánto de tu interés y disposición hacia el trabajo comunitario tiene que ver con tus padres y cómo toman en cuenta esto con Amal en la educación de sus hijos, ya que ella también es una persona que hace un trabajo fuera de serie?
Ella es la estrella de la familia [se escucha la sonrisa en su voz del otro lado de la línea]. Mis padres me criaron para desafiar a los poderosos y proteger a los que no tienen poder y cuestionar todo. Nos criaron católicos y me pasaba que me echaban del colegio por cuestionar ciertas posturas de la Iglesia. Mi papá estaba orgulloso porque yo decía cosas como "es posible que Santo Tomás fuera el primer periodista y que dudaba porque quería ver los hechos". Entonces me echaban. Me criaron con la enseñanza de que estamos todos juntos en esto, que tenemos que participar y cuidarnos los unos a los otros. Con nuestros hijos, para mi esposa y para mí, ese es el trabajo número uno. Es un poco más complicado, en algún sentido, porque ellos van a crecer bajo un escrutinio que ni Amal ni yo experimentamos cuando estábamos creciendo. Pero esa es nuestra responsabilidad. Ahora tienen tres años y son chicos buenos. Nuestro objetivo es asegurarnos de que entiendan lo afortunados –porque es solamente suerte– que son por haber nacido en estas circunstancias y que esa suerte tiene que ser compartida con aquellos que no lo son tanto.
Desde afuera parece que no te tomaras muy en serio la fama.
Me tomo todo en serio excepto a mí mismo. Creo que el humor es nuestro mayor aliado. Si no tuviera humor, no habría podido superar cuatro años de Donald Trump. Así que es necesario. Pienso que lo peor es tomarse en serio a uno mismo y pensar que tenés todas las respuestas o algo así. Creo que eso es muy aburrido. Es más divertido observar a mi esposa, que para mí es la persona más dotada que conocí en mi vida, y poder ver el trabajo que está haciendo y estar extraordinariamente orgulloso de eso.
La fama de su sentido del humor suele ser alimentada por las historias que sus amigos y compañeros de trabajo cuentan sobre las bromas que le gusta hacer. Por ejemplo, cuando le mandó el guion de La gran estafa a Julia Roberts, quien en ese momento tenía un cachet de 20 millones de dólares, para convencerla de actuar en el film, con un billete de 20 dólares adentro y una nota: "Escuché que estás cobrando 20 por película".
Pero, además del humor, es posible que la actitud relajada de Clooney tenga que ver con que le llevó bastante tiempo y trabajo alcanzar la fama. Pasaron varios años desde que su primo, el actor Miguel Ferrer, lo convenciera de irse a Hollywood. Interpretó pequeños roles en series como Roseanne, The Facts of Life y E/R, una comedia sobre médicos con título similar a la serie que lo lanzaría a la fama. Su papel como el pediatra Doug Ross en ER Emergencias puso de moda a los médicos guapos en TV. Cuando Steven Spielberg dirigió un episodio de la serie, le ofreció un consejo invaluable: "Si dejás de mover tanto la cabeza podés ser una estrella de cine". Poco después, Clooney comenzaba ese camino con películas como Del crepúsculo al amanecer, de Robert Rodriguez; la comedia romántica Un día muy especial y Batman y Robin, de Joel Schumacher, la película más odiada por los fanáticos del superhéroe, cuya infamia es motivo de risa para Clooney. Pero ni aquel tropezón detuvo su ascenso en Hollywood. A partir de Un romance peligroso, coprotagonizada con Jennifer López, comenzó su sociedad con Steven Soderbergh, en carácter de actor y de productor, en películas como Solaris, Intriga en Berlín y la trilogía de La gran estafa, entre otras. Durante las décadas siguientes, Clooney protagonizó films de realizadores destacados como Terence Malik (La delgada línea roja), los hermanos Coen (¿Dónde estás hermano?, El amor cuesta caro, Quémese antes de leerse y ¡Salve César!), Alfonso Cuarón (Gravedad), Jason Reitman (Amor sin escalas), Alexander Payne (Los descendientes) y Jodie Foster (El maestro del dinero).
En 2002, Clooney debutó como director con Confesiones de una mente peligrosa, escrita por Charlie Kaufman. Tres años más tarde llegó su segundo film como director, Buenas noches y buena suerte, al mismo tiempo que se estrenaba Syriana, la película por la cual ganó el Oscar a Mejor Actor de Reparto (unos años después ganaría otro Oscar, como uno de los productores de Argo). Continuó su carrera como director con Jugando sucio, Secretos de estado, Operación monumento, Suburbicon: bienvenidos al paraíso y la reciente serie Catch-22. La dirección y la producción parecen ser ahora sus prioridades laborales y solo actúa en pocos proyectos, como Cielo de medianoche.
En estas semanas, todos los medios comentaron que, en una entrevista, habías confirmado que le regalaste un millón de dólares a cada uno de tus amigosmás cercanos. ¿Qué significa la amistad para vos? ¿Cambió algo desde que estás casado y con hijos, por lo tanto, con menos tiempo seguramente?
No cambió para nada, excepto que ahora tengo más amigos. Los amigos de mi esposa son maravillosos y sus familias, que también son mi familia. Nada cambió y la amistad siempre fue una parte increíblemente importante de mi vida. La razón por la que hice eso fue que no estaba saliendo con nadie en ese momento, e hice mi testamento. Pensé: ¿a quién dejarle mis cosas? A mis amigos y a algunas fundaciones. Pero después, se me cruzó la idea de por qué esperar a que estemos viejos. Entonces lo hice en ese momento y esa fue mi razón. Tengo un grupo de tipos con los que hablo o intercambio mensajes de texto todos los días. Somos 12 o 13 y es una forma de estar en contacto. Te ayuda a mantener la cordura. Es todo para mí y creo que la mayoría de la gente siente lo mismo.
Marca el teléfono, lava los platos y es generoso con sus amigos. Tal vez, Clooney realmente sea como cualquiera de nosotros, excepto por unos cuantos millones de dólares y algunos otros detalles.
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