Loco por vos: una sitcom clásica hecha a la medida del gusto local

Es la jornada final de las grabaciones de Loco por vos, la versión local de Mad About You, aquella serie norteamericana de los 90 que algunos recordarán por haberla visto en Sony en esos tiempos. La pareja que interpretaban Paul Reiser y Helen Hunt en aquella, la reviven Juan Minujín y Julieta Zylberberg en la versión actual y el departamento que habitaban aquel documentalista y aquella relacionista pública en Manhattan, ahora aparece ubicado en el barrio de Belgrano de nuestra Buenos Aires. Pero en las escenas que veremos para esta nota, la acción no transcurre en ese lugar.

Si uno no estuviera informado de lo que pasa realmente creería que lo que ocurre en el set no es la toma de imágenes con las que se darán las puntadas finales de la primera temporada de este programa, que emitirá Telefé, desde la semana que viene, de lunes a jueves, a las 21.15. Lo que uno podría imaginarse es que en el medio del estudio se está celebrando un festejo por el final de las grabaciones. Lo que allí se ve es un salón de fiestas que no parece hecho con cartón pintado. Los pisos del lugar aparentan ser baldosas de verdadero porcelanato. Lo mismo la araña con caireles de cristal. En las mesas, cubiertas con impecable mantelería, la comida no es falsa y los mozos llevan en sus bandejas copas y vasos llenos de bebidas que seguramente no tienen alcohol, pero a la distancia nadie podría afirmarlo. Unas 50 personas llenan el lugar y entre ellos se mezclan los actores que forman parte del elenco de la sitcom, en un clima que se asemeja mucho al de una celebración.

La realidad con que están hechos los decorados y la calidad de la utilería que se usó para las grabaciones es una de las características del trabajo con que se hizo esta versión. Sin utilizar escenarios naturales, además de las locaciones fijas en que transcurre la historia de los protagonistas -que son especialmente los ambientes del departamento en el que viven y el bar que frecuentan los personajes-, para los 66 episodios que tiene esta primera temporada del programa se armaron 83 decorados especiales que parecen reales. Entre los mismos, además del salón de fiestas al que nos referimos antes, figuran una sala cinematográfica, un estudio de televisión, una casa velatoria, un negocio de venta de ropa, una óptica, la habitación de un hospital, un palco de teatro, una habitación de hotel, y la sala de embarque de un aeropuerto.

Casados, con amigos y familia

La historia que cuenta esta sitcom es la de Pablo y Nati, que se conocerion en un festejo de Navidad y se enamoraron a primera vista. Dos meses después, en San Valentín, decidieron irse a vivir juntos y un año más tarde se casaron. Cuando empieza el programa, la pareja lleva unos meses de casados y están entrando en ese período en el que ya no todo es miel y rosas y algunas cuestiones de la convivencia hacen que aparezcan pequeñas asperezas: algo de celos, un poco de competencia entre ellos, las diferencias entre sus costumbres y expectativas no tan confluyentes para ciertas cosas.

Se suma a ello el séquito de parientes y amigos que trae cada uno de su vida por separado. La primera, Vero (Agustina Lecouna), la hermana mayor de Nati, que no puede cortar la dependencia que tiene con ella y siempre aparece metiéndose en medio de la pareja, con el conjunto de complejos y manías que componen su personalidad. Otra es Julia ( Marina Bellati ), la mejor amiga de Nati, una metereta incorregible que viene "acompañada" de otro personaje: Marcos (Damián Dreizik), su marido, un metepatas compulsivo.

Por el lado de Pablo, aparece Tincho ( Fernán Mirás ), un amigo de la infancia, que estudió cine con él y es un soltero empedernido. El ingrediente indeseado que tiene es que su presencia lleva a Pablo a una zona de inmadurez que Nati detesta.

También están Atilio (Manuel Vicente) y Celia (Luz Palazón), el padre y la madre de Nati. Él es carnicero, machista y anticuado. La antítesis de Pablo, al que considera un dominado. Ella es una típica ama de casa del interior, naif para muchas cosas, pero muy controladora y que no pierde oportunidad de ponerse en víctima y decirle a su hija que sueña que sea como ella. Con sus padres, Nati vive a medio camino entre dos sentimientos: los adora, pero sus visitas la estresan de manera insoportable.

Todo este conjunto de personas juega sus escenas en una serie de escenografías fijas que representan ambientes del departamento en el que vive el flamante matrimonio (el dormitorio, la cocina, el living comedor y el palier del edificio con la puerta del departamento del vecino), la oficina de la productora de Pablo y un bar en el que suelen cruzarse los personajes. El denominador común de estas locaciones, al igual que de los escenarios especiales, es la manera en que están realizadas que las hacen aparecer como de lugares reales.

Un trabajo meticuloso

Las jornadas de grabación se dieron a lo largo de unas diez horas, de lunes a viernes. El director Carlos Luna tiene la particularidad de que antes de grabar cada escena, marca los desplazamientos de actores y de cámaras y dice lo que quiere conseguir en ellas. Luego pasa letra con ellos, ensaya y finalmente graba. Pero aún mientras está grabando, sobre todo en las escenas con muchos integrantes, va indicando por un parlante lo que quiere que hagan quienes tienen los papeles principales de esa situación. Del otro lado, del de los artistas, consigue respuestas inmejorables. En el caso de los protagonistas, mientras otros compañeros dicen sus parlamentos, ellos continúan jugando su papel con gestos y sutiles expresiones corporales, que alguna cámara recoge y luego se aprovechan en el armado final con la edición. Un juego que se replica en cada una de las repeticiones que se hacen de cada toma.

Entre los elementos particulares que aparecen en estas grabaciones hay algunos típicos del trabajo en las sitcoms. Como la presencia de reidores que festejan los remates del guión y la de una apuntadora que garantiza que los actores dirán la letra de manera muy ajustada, que sea tal cual fue concebido por los autores. El resultado ebería ser un producto con la calidad que logran quienes inventaron el género. Algo que descubriremos luego del estreno.