Grammy 2022: la consagración de un “desconocido”, Jon Batiste y el apoyo a Ucrania que en el Oscar brilló por su ausencia
Los premios de la Academia de la Grabación de los Estados Unidos dieron un fuerte respaldo a Ucrania, una semana más tarde de la tibieza de los Oscar; una ceremonia marcada por los grandes shows y la consagración de un cultor de la música norteamericana de raíz
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La 64a. entrega de los Premios Grammy se llevó a cabo en el MGM Grand Arena de Las Vegas. Los premios más importantes de la industria de la música contaron con la participación de Justin Bieber, Billie Eilish, Olivia Rodrigo, Lil Nas X, Taylor Swift, Lady Gaga y, desde su casa y con 95 años, Tony Bennett. Todos grandes candidatos a quedarse con la estatuilla a Álbum del año, que finalmente quedó en manos del más nominado, Jon Batiste.
Jon Batiste fue el artista más nominado de la jornada con menciones en once categorías y finalmente se impuso en cinco: Mejor álbum, Mejor video musical, Mejor composición instrumental, Mejor interpretación American Roots y Mejor canción American Roots.
María Becerra fue la gran protagonista argentina de la noche, con una participación en vivo. Fue la segunda aparición consecutiva de un artista local, luego de que Gustavo Santaolalla tocara el año pasado como parte del homenaje que la Academia le rindió a Marvin Gaye. La cantante se presentó junto al colombiano J Balvin para interpretar la canción “Qué más pues?” su colaboración juntos.
Con la conducción de Trevor Noah, el primer show de la ceremonia estuvo a cargo de Bruno Mars con Anderson .Paak, que juntos forman el proyecto Silk Sonic, una búsqueda por retomar el soul y el funk clásico de los 60 y 70 con un sonido moderno y algún tamiz pop. En su performance incluyeron temas de su disco An Evening With Silk Sonic con una clara estética de los años de gloria del funk y guiños infaltables a James Brown con su clásico “Get up”. Minutos más tarde el dúo se llevaría el premio a Canción del año por “Leave The Door Open”, el primer single que sacaron en conjunto. Acto seguido, Olivia Rodrigo aportó la cuota de despliegue pop con “Drivers License”, el tema con el que lanzó su carrera solista luego de su paso por Disney. La cantante se quedó, casi como un premio obvio, con la categoría Mejor artista nuevo, gracias a su disco debut Sour.
Luego de la actuación de Olivia Rodrigo finalmente fue el turno de María Becerra junto a J Balvin con “Qué más pues?”, el tema que a pocos días de su lanzamiento superó las 10 millones de reproducciones en Spotify y convirtió a Becerra en la artista argentina más escuchada del año. Sobre el escenario de Las Vegas comenzaron los dos a contraluz con pantallas de fondo saturando las visuales y luego J Balvin se desprendió con su versión de “In Da Getto”, en colaboración con Skrillex, ya con una corte de bailarines enmascarados y una escalera de luces. Ambos temas pertenecen a José, el disco de J Balvin nominado como mejor álbum de música urbana, una de las nuevas categorías de los Grammy y que terminó por llevarse Bad Bunny con El Último Tour del Mundo. Un par de horas antes, en la alfombra roja, J Balvin decía que con la argentina habían ensayado “mil veces” para dar una buena performance. “Hay que representar a los latinos”, completaba. La argentina, de 22 años, también tuvo su entrevista en la aflombra roja.
“Estoy feliz y súper orgullosa de estar acá y de poder llevar el nombre de mi país a los Grammy”, dijo. “También estoy muy agradecida con José, que me convocó a cantar con él”. Como un signo de los tiempos, la colaboración entre ambos se inició a través de una charla en privado por Instagram primero y por WhatsApp después. J Balvin le mostró la canción a capela primero y luego le sumaron el resto de la producción. “Pero era hermosa desde el principio”, contó María Becerra.
El hip hop también tuvo sus momentos de relevancia. Por el lado de las performances, Lil Nas X aportó su mirada queer pop del género, en esa mezcla que también incluye algo de country, mientras que Nas, un clásico bien de la vieja escuela, descolló con una big band que tenía a Robert Glasper en piano. En lo que refiere a estatuillas, Kanye West, ausente en la ceremonia, se llevó premios gracias a Donda, el disco dedicado a su madre, aunque la categoría mejor disco de rap tuvo como ganador a Tyler, The Creator. Kendrick Lamar, por su parte, sumó un premio a su colección gracias a su colaboración con Baby Keem en la canción “Family Ties”.
Así como en la entrega de los Oscar no hubo referencia la guerra en Ucrania, los Grammys sí decidieron dejar su mensaje. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, apareció en un video en el que habló de la situación de su país, de los niños que murieron, de los músicos que animaron gente en hospitales. El primer mandatario ucraniano dijo que la guerra “es lo más opuesto a la música”. Y agregó: “Nuestros músicos le cantan a nuestros heridos en su lecho de muerte. Llenen el silencio con su música, cuenten nuestra historia en las noticias, en cualquier plataforma, de cualquier forma, menos con silencio”. Luego, John Legend, solo, sentado al piano, cantó “Free”. A él se le sumaron luego las cantantes ucranianas Siuzanna Iglidan y Mika Newton. Con esa canción encabezó el homenaje que varios artistas convocados por la Academia de la Grabación de los Estados Unidos le rindieron a Ucrania.
En el género rock, cada vez con menos lugar en la parte del evento que se televisa, los grandes ganadores fueron los Foo Fighters, que cancelaron su participación luego de la reciente muerte de su baterista Taylor Hawkins, quien fue homenajeado de manera extensa en el segmento In Memoriam de la gala. “Es el mejor baterista del mundo”, se lo escuchó decir a Dave Grohl en una entrevista que fue usada como archivo para abrir el segmento, que incluyó fragmentos de la canción “My Hero”. Hawkins también fue homenajeado por Billie Eilish, que subió al escenario con una remera con la cara del baterista para entregar una de las performances más intensas y logradas de la noche. El grupo liderado por Dave Grohl, cuyo último show en vivo hasta el momento fue en Argentina como cierre de Lollapalooza, se llevó estatuillas en las categorías Mejor álbum de rock, Mejor canción de rock y Mejor performance de rock.
Muchos de los nominados y ganadores tuvieron su momento arriba del escenario para brillar. Lady Gaga en plan diva de jazz lady crooner, repasó algunos standards que forman parte de Love for Sale, el segundo disco que grabó en colaboración con Tony Bennett. H.E.R., con Travis Barker y Lenny Kravitz, le puso la cuota rockera a la ceremonia. Y Joe Batiste dio el show más largo de la noche con mucho cambio de vestimenta y escenografía. Tal vez como premonición de lo que finalmente sucedería: se adjudicación con la estatuilla de Mejor Álbum del Año, la más importante de la ceremonia, gracias su disco We Are, el más nominado de la noche.
“Es más que entretenimiento para mí, es una práctica espiritual”, dijo Jon Batiste sobre su música. “Las artes tienen una especia de radar que encuentra a las personas cuando más la necesitan. Esto es para artistas reales, para músicos reales: sean ustedes mismos”. Aunque tal vez no tan conocido para el público argentino, Batiste es un talento con muchísimo recorrido en la escena. De formación jazzera, trabajó con artistas de la talla de Stevie Wonder, Prince, Lenny Kravitz, Ed Sheeran y Willie Nelson. Actualmente es el líder de la banda residente del late night show de Stephen Colbert y es el director creativo del Museo Nacional del Jazz en Harlem.
El premio a Mejor Álbum del Año no solo es merecido por la calidad de disco sino que también funciona como un reconocimiento a la dedicación y la ética de trabajo de Jon Batiste. El músico de 35 años, que se destaca como pianista y cantante, viene de una familia de mucha trayectoria, casi una dinastía musical con un árbol genealógico que da cuenta de más de 25 músicos desarrollados nada menos que en Nueva Orleáns, la cuna del jazz en Estados Unidos. Su contacto con la música le llegó desde bien temprano, cuando a los 8 años empezó a tocar la percusión en bandas familiares hasta que finalmente se asentó en el piano por recomendación de su madre. Todo ese pasado musical fue debidamente mencionado por Batiste al recibir su premio. Una celebración de la música en su carácter más social y emocional, algo en lo que la industria no siempre repara.
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