Desde infancias traumáticas hasta distanciamientos que provocaron un profundo dolor, los siguientes hijos de celebridades atravesaron situaciones angustiantes que, en algunos casos, nunca pudieron perdonar
Crecer de golpe. Ese es el común denominador que tienen los relatos de figuras del mundo del espectáculo que fueron, a temprana edad, expuestos a situaciones muy duras por sus propios padres. En esta nota, un repaso por cómo muchas familias de Hollywood se desintegraron como consecuencias de esos hechos, y cómo otros vínculos se reconvirtieron con el tiempo.
*Drew Barrymore y la “pesadilla” que vivió al lado de su madre
Cuando Drew Barrymore estaba en pleno rodaje de E.T.: el extraterrestre a sus 6 años, un día se acercó a su director, Steven Spielberg, y le pidió si podía ser su padre. El realizador, sorprendido pero también conmocionado por lo que la pequeña Drew le estaba diciendo, reafirmó lo que sospechaba: que la actriz que daba vida a la querible Gertie en el film estaba navegando una historia familiar convulsionada, como de adulta lo confirmaría. En ese momento, su padre, el actor John Drew Barrymore, se comportaba de manera violenta en su hogar y de esos episodios también era víctima su hija. Por otro lado, su madre, Jaid, no solo no la resguardaba de esas situaciones sino que se comportaba de manera negligente, y controlaba sus pasos en la industria de Hollywood, ya que oficiaba de manager.
Como forma de rebelarse ante esa cotidianidad, a los 10 años, Barrymore comenzó a fumar marihuana y a los 12 ya era adicta a la cocaína. “Ella se quedaba despierta toda la noche, iba a lugares que no tenía que conocer a esa edad, le robaron su niñez”, le contó Spielberg a Vulture, y añadió: “Sentía que no podía ayudarla porque no era su papá, solo podía ser una especie de consigliere”. En efecto, el director se convirtió en su padrino y, como la propia actriz y conductora lo ha expresado, en una suerte de figura salvadora.
“Tuve suerte”, le expresó Barrymore a Dax Shepherd en su podcast, Armchair Expert. “Él cambió mi vida. También fue alguien que, si bien no me di cuenta hasta que era más grande, fue muy paternal. Le horrorizaba que me pintara los labios de rojo o que hiciera Playboy. En ese momento me envió una nota que decía: ‘¡Cúbrete!”, recordó la actriz entre risas. Respecto al vínculo con su madre, este tardó en recomponerse, pero Barrymore manifestó que le perdonó muchos episodios que prefirió resguardar. “Mi papá era una persona incapaz de comportarse como un ser humano, y eso debió haber sido muy difícil de manejar para mi mamá, por eso la perdono, y también lo perdoné a él (John Barrymore murió en 2004), lo que más me costó fue perdonarme a mí misma”, reveló Drew, en relación a cómo atentó contra su salud física y mental.
En un reciente video, la protagonista de Como si fuera la primera vez contó que recibió un mensaje de su madre, quien le manifestó lo orgullosa que estaba de ella. “Cuando tu madre te dice que te ama, no importa lo grande que sea tu misión en la vida, te volvés una niña otra vez”, dijo, emocionada por las palabras de Jaid, quien internó a su hija a los 13 en un centro de rehabilitación, lo que Drew calificó de “pesadilla psiquiátrica”. “Yo irritaba a todas las chicas y les decía, ‘¡Escuchen, a la mierda este lugar, a esta gente no le importás, vamos a mostrárselo!”, contó, en una charla con Howard Stern.
Con el tiempo y mucha terapia, reconoció que allí le salvaron la vida. “De una manera enfermiza fue lo mejor que me puso pasar. Creo que mi mamá creó un monstruo y ella no sabía qué hacer con el monstruo. Este fue su último suspiro y realmente estaba fuera de control y la perdono por tomar esta decisión. Probablemente sintió que no tenía a dónde acudir”, reflexionó la actriz, quien en esa etapa tormentosa se emancipó legalmente de sus padres. Asimismo, en unas recientes declaraciones, Barrymore habló sobre lo complejo que es procesar lo sucedido teniendo que enfrentar a su mamá.
Sus palabras fueron sacadas de contexto, con titulares como “Drew Barrymore le desea la muerte a su madre”, lo que generó un enojo en la conductora. “¿Cómo se atreven a poner esas palabras en mi boca? He sido vulnerable y he tratado de comprender una relación muy difícil y dolorosa, mientras admitía que resulta aun más difícil hacerlo mientras esa persona sigue viva. Quienes tenemos que desentrañarlo en tiempo real no podemos esperar. No tergiversen mis palabras ni digan que yo deseo que mi madre estuviese muerta. Nunca he dicho eso. Jamás lo diría. De hecho, lo que sí diré es que no quiero vivir una existencia en la que le desearía eso a alguien. Porque eso es enfermizo”, aclaró.
*Angelina Jolie tardó en perdonar a su padre, Jon Voight
Otro vínculo turbulento de Hollywood es el que tienen hasta la actualidad John Voight y Angelina Jolie. Si bien ahora las aguas se calmaron, por muchos años Jolie no pudo perdonar a su padre por situaciones que vivió en su infancia y por actitudes que tuvo cuando ella ya era una estrella de Hollywood. El protagonista de El campeón se casó con la actriz Marcheline Bertrand en 1971 y tuvieron dos hijos, Angelina, y James Haven. Sin embargo, nunca logró una vida familiar armónica porque engañaba de manera constante a su esposa, lo que terminó afectando la relación con sus hijos, con quienes empezó a perder el contacto en su vida adulta.
La propia Jolie declaró que su padre nunca estaba presente, que era poco cariñoso con ella y su hermano, a diferencia de su madre, a quien la actriz y directora siempre menciona en sus entrevistas y discursos, destacando su bondad y altruismo, todo aquello que la motivó a ella a dedicarse a su trabajo humanitario. En el año 2000, cuando Jolie ganó el Oscar a mejor actriz de reparto por Inocencia…Interrumpida, mencionó a su padre en sus agradecimientos, lo que parecía ser una prueba de que entre ellos la relación había logrado recomponerse. Sin embargo, el vínculo dio un nuevo giro dos años más tarde, cuando Voight habló públicamente de su hija en diálogo con Access Hollywood.
El actor declaró que estaba “muy preocupado” por la salud mental de Angelina, quien venía de afrontar el divorcio de Billy Bob Thornton, y además aludió a cómo tuvo una niñez problemática, con comportamientos que sentía que estaba repitiendo en su vida adulta. Sus dichos enfurecieron a Jolie, quien en 2001 había estrenado la primera entrega de Lara Croft: Tomb Raider, largometraje en el que compartió pantalla con su padre, algo que había sido muy importante para ella. Tras escucharlo hablar de su infancia y de su estado de salud, Jolie cortó lazos por muchos años.
“No quiero hacer públicas las razones de mi mala relación con mi padre. Sólo diré que, como cada chico, mi hermano Jamie y yo hubiéramos querido tener una relación cálida y amorosa con nuestro papá. Y después de todos estos años, entendí que no es sano para mí tenerlo cerca. Especialmente ahora que soy responsable de mi propio hijo”, le manifestaba Jolie a la revista Premiere en 2004, en relación a la llegada a su vida de Maddox.
“No estoy enojada con él”, aclaró en ese momento. “No creo que la familia de alguien esté determinada por la sangre. Mi hijo es adoptado, las familias se ganan. Así que cuando yo tuve mi última discusión con mi padre, lo que fue mi última desilusión, me di cuenta de que se había terminado”. En 2007, la actriz recibió la dura noticia de la muerte de su madre, acontecimiento que cambió su perspectiva de la vida y que, de manera progresiva, la fue acercando nuevamente a su padre, con quien también tuvo discusiones por estar en veredas opuestas en cuestiones políticas. Por lo tanto, si bien Angelina no tendrá con Voight ese lazo tan especial que tenía con su madre, ambos están intentando tener una relación libre de conflictos, si bien la actriz no olvida cómo fueron sus años formativos. “Con James no tuvimos un papá. Era un hombre complicado, a quien trataba de entender y a quien siempre quise amar”, recordó.
*Robert Downey Jr., entre la admiración y los traumas
La infancia y adolescencia de Robert Downey Jr. es reminiscente a la de su colega, Drew Barrymore. El actor, hijo de Elsie Ann y el cineasta Robert Downey Sr., creció observando el caos que creaba su padre en su casa cuando se abocaba a los rodajes de esas películas tan importantes para la contracultura californiana de los 60 y 70, como Chafed Elbows, Putney Swope, y Pound. Mientras él era solo un niño, su papá invitaba al reducido equipo de producción no solo para rodar las secuencias de sus largometrajes en los que primaba el absurdo sino también para consumir drogas sin advertir que el pequeño Robert podía estar observando esas situaciones.
Por lo tanto, fue cuestión de tiempo hasta que ese niño empezó a consumir con su padre, con quien además lo unía una relación profesional (el protagonista de Iron Man formó parte de Up the Academy, Rented Lips, films dirigidos por Downey Sr.). Como contaría el intérprete décadas más tarde, su papá le permitía, a sus 6 años, fumar marihuana con él. Con los años, esos encuentros se volvieron cada vez más frecuentes y relevantes para el actor por lo que implicaban para su papá.
“Mi padre no sabía cómo expresarme amor, la única manera en la que pudo hacerlo fue a través de esos momentos en los que consumíamos juntos, era su forma de manifestar lo mucho que me quería y por eso yo también seguía consumiendo a su lado”, declaró Robert, quien en su adolescencia lidió con una adicción a la cocaína, batalla que también peleó su primer hijo, Indio, fruto de su matrimonio con Deborah Falconer, quien le pidió el divorcio cuando ya no podía lidiar con una adicción que lo llevó a la cárcel. La ruptura le abrió los ojos al actor, quien también había sido expulsado de Hollywood por su comportamiento errático y un arresto que se volvió mediático.
“Lo primero que tenía que hacer era salir de la cueva. Muchas personas salen pero no cambian, entonces lo que hay que hacer es salir y reconocer que estás negando de manera agresiva tu destino”, le manifestó el actor a Vanity Fair sobre ese momento oscuro, y también aludió a las adicciones de su hijo, quien fue arrestado en 2014 por tenencia de cocaína. “¿Podés ayudar a alguien a salir del bosque? Sí, sí podés: siempre y cuando no te pierdas al buscarlo”. En 2003, Downey Jr. conoció a Susan Levin, una exitosa productora, la persona que le cambió la vida.
“Fue el 4 de julio de 2003. Paré en un Burger King, tiré las drogas que tenía en el océano, y me dije a mí mismo que había terminado con eso para siempre”, recordó el actor. De acuerdo a las declaraciones de ambos, se complementaron siempre gracias a sus diferencias. Mientras Downey Jr. nació en el seno de la industria y sucumbió a las adicciones a muy temprana edad, Susan creció en una típica casa suburbana de Chicago y nunca fumó ni un cigarrillo. “Antes de Robert, la adicción era como algo extranjero para mí, me consideraba una completa ignorante respecto a los efectos que podía tener en las personas, pero sabía que él no podía recaer”, remarcó la mujer que fundó junto a su marido la productora Team Downey, que financió, entre otros proyectos, el documental de Netflix, “Sr.”, que focaliza en la relación entre Robert y su padre.
Dirigido por Chris Smith, la producción de 2022 es un testamento de cómo un hijo perdona a un padre, quien, poco antes de fallecer, le pide perdón por la oscuridad en la que lo sumió. Robert Downey Sr. murió el 7 de julio de 2021 por complicaciones de la enfermedad de Parkinson que padecía y en el documental vemos cómo su hijo pudo despedirse sin rencores, más bien enfrentando el pasado sin olvidar que su papá también fue una figura admirada por él, quien le despertó su pasión por el arte.
*Anthony Hopkins y el desprecio por su hija, Abigail
Por muchos años, la hija de Anthony Hopkins fue todo un enigma. “No quiero hablar de eso”, declaró en una oportunidad el actor cuando se le preguntó sobre Abigail, la joven que tuvo fruto de su primer matrimonio con la actriz Petronella Baker, con quien se casó en 1966 y se divorció en 1972. Sin embargo, hubo un momento en que Abigail no quiso permanecer callada y habló de cómo fue crecer con un padre que sentía desprecio por ella. Según su testimonio, cuando Hopkins se convirtió en un artista de renombre (en el mundo teatral también comenzó a brillar en la década del 60 con una puesta de Julio César), no supo cómo amalgamar su vida familiar con esa carrera destinada a perdurar.
“Empezó a ausentarse de la casa cuando yo era niña y en mi adolescencia tampoco aparecía demasiado”, recordó Abigail. “Hubo peleas muy fuertes que no olvidaré jamás. Cuando estaba en casa, no me gustaba cómo trataba a mamá, eso es algo que jamás se lo voy a perdonar”, apuntó la hija del actor, quien abandonó el hogar familiar para casarse con su segunda esposa, Jennifer Lynton.
En su vida adulta, Abigail intentó contactarlo, y su padre solo aceptaba verla en algunas ocasiones, como cuando fueron juntos a un evento de la industria, una de las pocas veces en las que posaron ante las cámaras. Luego, llegó el silencio. El dolor por el destrato hizo que Abigail se recluya, hasta que un día sintió que era hora de romper ese hermetismo y narró cómo fue crecer con Hopkins como padre. Cuando ella nació, el matrimonio con su madre ya estaba a punto de disolverse.
El actor salía frecuentemente y en ese momento empezó a volverse adicto al alcohol. Según contó un allegado a la familia, luego de que su mujer diera a luz, Hopkins solía dormirse en los aeropuertos, perdía vuelos y debía ser buscado por su asistente, Lynton, de quien se terminó enamorando cuando su hija tenía cuatro años. En ese contexto, Abigail desarrolló un cuadro depresivo. “Estuve muy cerca de quitarme la vida. Lo que nos hizo fue imperdonable”, expresó la mujer, quien actualmente es cantante y se presenta en diferentes escenarios con su guitarra.
En cuanto a Hopkins, prefiere no nombrarla, pero sí intenta dar un mensaje de esperanza para quienes luchan contra diferentes adicciones. “Soy un alcohólico en recuperación y sé que allí afuera hay gente luchando con este tema (...) Sé amable contigo mismo. Sé amable. Mantente fuera de los círculos de toxicidad con la gente que te ofende. Vive tu vida. Siéntete orgulloso de tu vida”, aconsejó y definió los momentos de oscuridad que padeció como “desesperantes”. En mayo de 2018, el actor le concedió una entrevista a Radio Times en la que le consultaron nuevamente por Abigail y su respuesta fue muy dura. “La gente rompe relaciones. Las familias se rompen y, ya se sabe, tenés que seguir con tu vida. La gente hace elecciones. No me importa que sea en una u otra dirección”, expresó el actor. Por otro lado, reconoció que “no tiene ni idea” de si es abuelo, pero que tampoco le importa serlo o lo que esté viviendo Abigail.
“Ella está en algún lugar de Inglaterra. Tenemos una relación fría. La vida es fría. Creo que somos dos extraños. A los hijos no les gustan sus padres. No tienen que quererse entre ellos. Supongo que soy egoísta, no fui un buen marido y tampoco me comporté como un buen padre (…) No soy un ‘bonachón’, soy un viejo pecador, como todo el mundo”, aseguró. Abigail, por su parte, habló con The Telegraph, e hizo hincapié en el dolor que le ocasionó el rechazo de su papá. “Los problemas con mi padre, sus asuntos, destruyeron mi salud mental a lo largo del tiempo, me guardé tantas cosas en mi niñez que un día exploté, eran muchas emociones y mi cabeza se fue a cualquier parte, me destruyó. Estuve muy cerca de morir, fue el peor momento de mi vida porque no solo estaba dañada mi cabeza sino también mi cuerpo, y la razón fue que mi padre no tenía una relación conmigo y eso me enojaba, había mucha angustia dentro mío”, manifestó, y aseguró que logró seguir con su vida, aceptando que su padre no quiere verla.
*Ryan y Tatum O’Neal: un vínculo tortuoso que se volvió mediático
Tatum O’Neal una vez expresó que atravesó la vida “completamente sola”. Así lo manifestó en su autobiografía, A Paper Life, cuyo título es una referencia a la película de Peter Bogdanovich en la que trabajó junto a su padre, Ryan O’Neal, Luna de papel. Por su gran interpretación, a los 10 años, Tatum se convertía en la actriz más joven en recibir un Oscar, legado que se mantiene vigente en la actualidad. Sin embargo, esa noche que debió haber sido feliz fue un ejemplo más de la conducta repudiable de su padre, quien estaba celoso de la atención que había recibido su pequeña hija y por eso no acudió a la ceremonia.
Tatum nació el 5 de noviembre de 1963 en Los Ángeles, California, y empezó a trabajar desde chica, incentivada por su padre Ryan y por su madre, la también actriz Joanna Moore, quienes se casaron el mismo año en que nació Tatum, y se divorciaron cuatro años después, para angustia de su pequeña hija y de su hermano, Griffin, quien también se dedicó a la actuación. Cuando se produjo la ruptura, Moore sucumbió al alcohol y a las drogas y debió ser mantenida económicamente por su propia hija, quien ya había emergido como una de las actrices juveniles mejor pagas de Hollywood. Al poco tiempo, la actriz perdió la custodia de sus hijos, quienes empezaron a vivir con su papá, el inicio de una etapa pesadillesca.
“En los medios siempre actuaba de buen padre, pero en sus ojos yo leía otra cosa: resentimiento”, escribió Tatum en sus memorias, donde también aludió a los episodios de abuso que sufrió viviendo en la casa de Ryan. A sus 12 años, un amigo de su padre entraba y salía del hogar sin impedimentos. Con el tiempo, la joven supo que se trataba del dealer de drogas de Ryan quien, de acuerdo a la acusación de la actriz, abusó sexualmente de ella. Su padre, en tanto, negó sus dichos. En cuanto a su madre, Tatum también mencionó algunas negligencias como dejarla a ella y a su hermano sin comida, sin ropa limpia y sin zapatos, además de presentarles a sus parejas ocasionales, quienes los maltrataban.
En una ocasión, el hermano de una pareja de Joanna abusó sexualmente de Tatum. “Fue el primero de muchos”, contó la joven. “Su adicción hizo que nos abandonara, nos dejó en la nada, nos obligó a sobrevivir solos y a vivir momentos traumáticos. Con el tiempo pude entender lo que le sucedía y, antes de su muerte, logré perdonarla”, declaró. Joanna falleció en 1997 tras una larga batalla contra un cáncer de pulmón.
Sin embargo, le costó mucho más perdonar a su padre: “Me expuso a las drogas y también a sus escapadas sexuales”, contó Tatum, quien reveló que su padre la forzaba a consumir drogas desde pequeña. Con el tiempo, y tras varios desencuentros, Ryan O’Neal hizo un mea culpa. “Podría haber ayudado a mi hija. No tuvo a nadie después de la muerte de su madre. Ella no me quería y dijo que la abandoné y lo hice. Estamos comenzando de nuevo y sin mirar atrás”, manifestó el actor de Love Story, quien ahora comparte momentos con Tatum y sus hijos, que quedan registrados en las redes sociales.
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