Natalia Tena: de Game of Thrones y Harry Potter a la película argentina Sangre
Si alguna enseñanza ha dejado la pandemia hasta ahora es que el mundo es uno solo. Más allá de las distancias y las diferentes costumbres, la cuarentena une lo que parecía irreconciliable. "En el mundo de antes", dice la actriz Natalia Tena desde Londres y todos saben inmediatamente a qué se refiere. Al tiempo previo a la aparición del Covid-19 en el que ella, como otros, viajaba por el mundo, podía organizar un recital con su banda o decidir que ya era hora de soltar las amarras del barco en el que vive en uno de los canales del río Tamesis. Pero ya se sabe lo que pasó, lo que pasa, así que ahora la actriz conocida por sus papeles en Game of Thrones y la saga de Harry Potter lo que hace es añorar lo que fue y ojalá vuelva a ser. Su visita a Buenos Aires, por ejemplo, para filmar la película Sangre, del director Juan Schnittman, estrenada hoy en la plataforma Cine.Ar.
Un film que, curiosamente dado el domicilio de una de sus protagonistas, transcurre en gran parte entre barcos, puertos y que tiene escenas fundamentales para la trama rodadas en el Tigre. "Fueron tres o cuatros días de rodaje ahí. Íbamos al set en barco. Era una maravilla, la pasé genial, hice muchas fotos. Es diferente al canal de Londres, claro, está el agua enfrente de mí ahora, pero acá tengo de un lado la acera y del otro el canal, pero allí eran islas. Acá no es tan épico, es todo más urbano. La verdad que en Tigre el único problema fueron los mosquitos. Yo creo que tengo la sangre dulce", dice la actriz a LA NACION en un castellano perfecto con marcado acento español.
Para quienes vieron a Tena como la valiente Osha en la serie de HBO o a la intrépida Tonks en los films de Harry Potter, tal vez su aparición como Gabriela, la seductora española afincada en la Argentina que encarna en Sangre, pueda resultar un poco desconcertante. Para ella, nacida en Londres de padres españoles, en cambio, todo resultó de lo más natural y familiar.
"Lo pasé muy bien filmando en la Argentina. La ciudad me encantó. Además mi primo que también es actor, Chema Tena, vivió allí ocho años y se volvió a Madrid, pero justo cuando yo estaba ahí rodando él también estaba en Buenos Aires. Así que me encontré con mi primo, pasé tiempo en familia, me hizo unas parrillas maravillosas, comí, bebí con gente super maja", recuerda Tena desde el cada vez más frío Londres preinvernal.
Esos encuentros y salidas en los tiempos libres que le dejaba el rodaje equilibraban la intensidad de la historia que cuenta la película, un thriller erótico en el que Juan Barberini interpreta a Fernando, un marino mercante involucrado en un apasionado y obsesivo romance con Gabriela. Entre ambos construyen una complicada trama en la que el deseo se transforma en un destructivo huracán que arrasa con todo a su paso. "Es intensa la historia, pero cuando lo estábamos haciendo encontrábamos momentos de liviandad. Fue muy fuerte ver la película terminada porque la interpretación de Juan le da tanta vida a lo que le pasa al personaje, a su obsesión con el mío. Recién cuando vi la película terminada, porque yo iba y venía del rodaje, pude captar todo el despliegue de esa relación tan extraña, ese amor tan obsesivo que tienen los dos", detalla la actriz que en principio estaba un poco preocupada por el tono erótico de alguna de sus escenas.
"Juan Schnitman, el director de Sangre, es amigo de Carlos Marques-Marcet, un realizador catalán con el que trabajé en las películas 10.000 km y Anchor and Hope y para mí Carlos es mi familia así que cuando me recomendó que me encontrara con Juan cuando fui a la Argentina para participar de Comic-Con le hice caso. Y en una cena maravillosa me habló del proyecto y me pareció guay, quería leer el guion, pero ya me interesó lo que me contó. Una vez que leí el guion, me frenó un poco porque es muy erótico. Había muchas escenas de sexo, eso me preocupaba, pero lo charlé con Juan, él me explicó su idea y la verdad es que ahora viendo el film terminado, claro, hay muchas escenas eróticas pero resulta muy distinto que leerlas. En realidad se trata de un ballet entre esas dos personas que tiene lógica y sentido en la película", cuenta Tena a la que algunos habrán podido reconocer, o tal vez no, en The Mandalorian.
Siguiendo su costumbre de participar de las producciones más populares del momento la actriz aparece, bajo lo que parecen kilos de maquillaje, en el sexto episodio de la primera temporada de la serie de Disney+ interpretando a la mercenaria no humana Xi’an. "Parece complicado el tema del maquillaje, pero la verdad es que no lo fue. Hice una serie en los Estados Unidos, Wisdom of the Crowd, y el maquillaje natural, de persona, llevaba el mismo tiempo que hacerme el de Mandalorian. La clave es que para ese personaje me ahorraba los 45 minutos o más que lleva hacer el pelo porque te ponen un gorro y listo", dice la actriz que desembarcó en Hollywood por primera vez para asistir a la premier de la tercera temporada de Game of Thrones. Una primera visita que no fue especialmente exitosa.
"Todos me decían que tenía que ir, que probara. Cuando fui a Los Ángeles para la premier de la tercera temporada de Game of Thrones llegué y dije: "Odio esta ciudad". Era la primera vez que me pasaba algo así, de llamar a mi novio llorando porque quería volver. No me gustó nada. La segunda vez no me gustó, pero no la odié y la tercera vez me enamoré. Tal vez porque compartía casa con un amigo mío durante el pilot season y vivía en una casa con gente normal, no actores. Ahí ya tenía una tribu y la ciudad me encantó a pesar del tráfico y que yo no conduzco, pero me terminó por encantar la ciudad. Ahora si tengo un trabajo en L.A. me da ganas de ir y nunca me imaginé que eso podía pasar. Lo que no haría de nuevo es ir para hacer audiciones como la otra vez", recuerda Tena.
Esa "temporada de pilotos" que menciona, la época del año en la que actores de todo el mundo llegan a Hollywood para audicionar para la TV implicó para ella un proceso demasiado arduo. "Ir a los meetings y todo eso es una movida que no sé, me lo tendría que pensar mucho porque mentalmente no la pasas bien. Es muy estresante y solitario. Hay que estar preparado para eso porque se abren las puertas, como me sucedió a mí con Juego de tronos, pero no se abren de par en par. Es un proceso duro y una de las cosas que noté allí es que cuando se trata de las actrices la gente de casting tiene mucho menos imaginación que para los actores. Como mujer tienes que ir preparada con el look del personaje, y yo no soy maquilladora y ni tengo vestuario en mi casa. Mientras que un actor con que vaya limpio y vestido ya está", cuenta Tena que sí, cuando menciona a Game of Thrones lo hace por el título con el que se vio la serie en España. Puristas del universo de George R. R. Martin, abstenerse.
Con la música a cuestas
Más allá de sus viajes Tena reconoce a Londres como su lugar en el mundo. "Es dónde nací. Claro que cuando estuve en Barcelona para el rodaje de 10.000 km me encantó y cuando volví a Inglaterra lloraba y me preguntaba por qué no vivía allí. "¿Qué hago en este país con la lluvia y el frío? Pero es mi casa", dice y es el lugar también donde formó su banda musical, Molotov Jukebox, un proyecto que su vida como artista itinerante y la pandemia pusieron en pausa.
"Estuve viajando mucho y era muy difícil sostener la banda con todo eso. Cuando me fui a Los Ángeles pensando que iba a vivir allí seis años, frené todo. Fueron seis meses al final porque cancelaron el programa, pero de ahí me fui para hacer Origin en Sudáfrica. Una experiencia maravillosa, todo desde el equipo al lugar me encantaron, pero no renovaron la serie. Yo me habría quedado feliz allí dos años. Bueno, sin pandemia, claro. Habíamos decidido entonces que este era el año para retomar, teníamos invitaciones a festivales de música, la posibilidad de tocar en el cincuenta aniversario de Glastonbury y en marzo se canceló todo. Lo único que hicimos, vía streaming, fue un show en un festival organizado para luchar contra la violencia doméstica que en Inglaterra por lo menos subió notablemente durante la pandemia. Pero más allá de eso, nuestra música es de bailar, de la energía que nos da la gente, así que para mí hacer un show con toda la gente sentada, no vale la pena. Esperaremos a que el público pueda bailar, saltar, divertirse juntos y sin miedos", promete la actriz ya imaginando el mundo que viene después de la pandemia.
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