Nam, primer pelotón: una serie que dejó huella, pero que jamás encontró el éxito
Durante los años ochenta, la televisión norteamericana comenzó a abordar el drama de la guerra de Vietnam y esta fue una de las ficciones más emblemáticas de esa época
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A través del cine, las series y otras tantas plataformas, numerosas ficciones se ocuparon de retratar la guerra de Vietnam. El paso del tiempo le permitió a muchos autores criticar ferozmente el sinsentido de ese conflicto bélico, a través de piezas hoy consagradas como Apocalypse Now!, entre muchas otras. Y como parte de esa corriente crítica, en 1987 debutó Nam, primer pelotón, una serie que duró poco en pantalla, pero que dejó una marca que muchos aun recuerdan.
Bajo el ala de Pelotón
Los guionistas L. Travis Clark y Steve Duncan no tenían demasiada experiencia en televisión, cuando se sentaron a escribir una idea basada en la guerra de Vietnam. El productor Zev Braun consideró que la premisa tenía potencial, y que el contexto para un producto de esa línea, era el ideal. En 1986, el film Pelotón de Oliver Stone, se había convertido en un éxito de taquilla, y en uno de los grandes mimados de los premios Oscar. Por ese motivo, cuando la señal CBS recibió la oferta de poner al aire ese proyecto, no lo dudó demasiado.

La intención de Clark y Duncan, era realizar una ficción que pudiera reflexionar sobre Vietnam, presentando una versión cruda de lo que sucedió allí. Claro que la televisión no es el cine, y a la dupla creativa le fue muy difícil encontrar el tono preciso de la historia, agregando dosis de acción, pero a través de personajes que sufrían esa brutal guerra.
Con la intención de construir un retrato fiel, la producción se puso en contacto con las Fuerzas Armadas de ese país, y pidió la presencia de asesores que pudieran guiar a los escritores, directores y actores, en lo referido a cuestiones militares. El departamento de Defensa de Estados Unidos aceptó la colaboración, pero a cambio de eso exigió un férreo control sobre el contenido, otorgándose el privilegio de vetar ideas o escenas que no fueran de su agrado.
Zev Braun fue ambiguo en su respuesta, aceptó la colaboración de las fuerzas militares, pero aseguró: “Nuestro objetivo es mostrar la realidad de la guerra, y por ese motivo no vamos a acceder a realizar ningún tipo de cambio si eso modifica la esencia de la historia que queremos contar”.

Firmes en su búsqueda de contar el drama de Vietnam, el equipo de guionistas comenzó a escribir los primeros episodios, tomando como base distintos hechos reales acontecidos en ese período. Debido a eso, es que los miles de soldados desaparecidos en acción, fueron un tema recurrente dentro de la serie. Con todo listo, el equipo comenzó a filmar y en septiembre de 1987, Nam, primer pelotón llegó a la televisión.
Una propuesta atípica
Nam, primer pelotón (Tour of Duty en inglés) no se parecía a nada que estuviera en la pantalla chica. Las escenas de acción no eran su principal ingrediente, tampoco había espectáculo gratuito a partir de la violencia, y los personajes eran hombres amargados ante el conflicto bélico.

A lo largo de los capítulos, cuestiones como el racismo, el suicidio, el abuso de drogas o la muerte de civiles, eran habituales dentro de la historia. Se trataba de un registro francamente pesimista, que si bien en el cine era mucho más común, para la televisión era una novedad (una idea similar llegaría recién en 2008, con Generation Kill).
En Nam, primer pelotón, la trama transcurre en 1967, y hace foco en un grupo del que forman parte Zeke Anderson (Terence Knox), Myron Goldman (Stephen Caffrey), y Danny Percell (Tony Becker), entre otros soldados. En cada misión, ellos descubrían poco a poco el lado más salvaje de la guerra, y cómo afectaba esa realidad a las vidas civiles del país asiático.
Durante la primera temporada, el pelotón cumplía misiones en las que debía localizar distintos objetivos. Pero ese planteo duró poco, ya que el público de la época no parecía interesarse por esta propuesta. Para bien o para mal, Nam, primer pelotón incluso fue asociada con Nacido para matar, ya que ambas ficciones usaron la canción “Paint It, Black”, de The Rolling Stones.

Gracias a eso, muchos espectadores distraídos pensaban que la serie era un spin off de la película de Stanley Kubrick. Mientras tanto, para la ficción la situación no era sencilla, el rating caía y con tal de sobrevivir, era necesario implementar algún tipo de cambio.
Un injusto adiós
El comienzo de la segunda temporada en 1988, marcó un cambio de eje. La acción se trasladó a una base de la Fuerza aérea, y con esa excusa nuevos personajes entraron en escena, como una joven periodista interpretada por Kim Delaney. Que una mujer fuera la nueva incorporación, no era algo casual.
Nam, primer pelotón, presentaba un elenco mayoritariamente masculino, motivo por el cual el público femenino le dio la espalda a esa propuesta. Debido a eso es que sumaron nuevas actrices, forzando historias románticas que no terminaban de funcionar en el marco de un trama que pretendía retratar la brutalidad de la guerra. Pero el rating seguía bajando, y había que hacer algo.
Por otra parte, el canal CBS no terminaba de encontrar el mejor horario y día para Nam. Inicialmente, pusieron a esa serie a competir contra El show de Bill Cosby y Lazos familiares, dos verdaderos pesos pesados de los ochenta. Para colmo, una huelga de guionistas obligó a la producción a acortar la segunda temporada, que tuvo apenas 16 episodios, contra los 21 del primer año. A pesar de tener viento en contra, la tercera temporada de Nam llegó en 1989, pero ese alivio duró poco. La cancelación se hizo efectiva en abril de 1990, cuando esta ficción alcanzaba su capítulo número 58.

El canal CBS le bajó el pulgar a un show que nunca terminó de despegar en materia de rating. Se trataba de una ficción muy costosa (cada episodio salía poco menos de un millón y medio), y ni los televidentes ni la crítica parecían entusiasmarse demasiado con la propuesta. Claro que como suele suceder, el tiempo reivindicó a ese título. El registro amargo en la mayoría de sus historias, la angustia que sentían los personajes frente a la guerra, y la búsqueda por no glorificar la violencia, hizo de Nam, primer pelotón, un producto muy distinto, que desafortunadamente no supo encontrar su público. Sin embargo, persistió y aún persiste como una serie que en muchos aspectos, supo estar adelantada a su tiempo.
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