La ley que cambió para siempre: guía para entender por qué ahora es más difícil volverse ciudadano americano
La administración Donald Trump endureció ciertos estándares a la hora de permitir la naturalización; cuáles son los nuevos obstáculos y controles
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Durante años, obtener la ciudadanía estadounidense significó atravesar un proceso exigente, pero predecible: demostrar residencia legal, aprobar un examen cívico y jurar lealtad al país. Sin embargo, desde 2025, el panorama cambió por completo. Una serie de medidas impulsadas por la administración Donald Trump transformó la naturalización en un procedimiento más riguroso, con nuevos filtros ideológicos, revisiones vecinales y una prueba de civismo más compleja.
Conseguir la ciudadanía en Estados Unidos: un proceso con más obstáculos y controles
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (Uscis, por sus siglas en inglés) justificó los cambios como una forma de garantizar que solo los inmigrantes “plenamente calificados” alcancen el estatus de ciudadano.

Joseph Edlow, director de la agencia, fue tajante de acuerdo con The New York Times: “Estamos declarando la guerra a cualquiera que quiera naturalizarse sin comprender lo que significa realmente ser ciudadano estadounidense”.
Las nuevas reglas introdujeron una serie de obstáculos adicionales. Entre ellas, una prueba de civismo más difícil, controles más estrictos sobre las redes sociales y la posibilidad de que agentes de inmigración investiguen directamente en los vecindarios para evaluar el “carácter moral” de los aspirantes. Según The New York Times, el gobierno busca revivir antiguos estándares de verificación que fueron eliminados hace más de tres décadas.
Un nuevo estándar para ser ciudadano de Estados Unidos: “Buen carácter moral”
Uno de los principales cambios es la redefinición del requisito de Good Moral Character (buen carácter moral), uno de los pilares legales de la ciudadanía estadounidense desde hace más de un siglo. El 15 de agosto de 2025, el Uscis publicó un memorando titulado “Restablecer un estándar de evaluación de carácter moral riguroso, holístico y completo para los extranjeros que solicitan la naturalización”.
El documento estableció que los oficiales deben aplicar un enfoque “holístico y riguroso” al evaluar la conducta del solicitante. Ya no basta con no tener antecedentes penales. A partir de ahora, los funcionarios deben examinar si el inmigrante exhibe “atributos positivos” que demuestren una integración social activa.

Entre los factores que el Uscis pidió tener en cuenta se destacan:
- Participación sostenida en actividades comunitarias.
- Responsabilidad familiar y cuidado de hijos o dependientes.
- Nivel educativo alcanzado.
- Historial laboral estable y cumplimiento fiscal.
- Lazos prolongados y legales con la comunidad estadounidense.
El nuevo marco también amplió los motivos que pueden descalificar a una persona. Además de los delitos graves ya establecidos, se considerarán faltas como el abuso de sustancias, la conducción temeraria, las infracciones recurrentes de tránsito o actitudes “contrarias al comportamiento medio de los ciudadanos de su comunidad”.
El memo enfatizó que los oficiales deben evaluar la “historia completa” de cada solicitante. Según el texto, la ciudadanía debe verse “no como un simple beneficio administrativo, sino como una transformación legal y moral que exige carácter y lealtad”.
Antiamericanismo y redes sociales, bajo la lupa del Uscis
El 19 de agosto, el Uscis emitió otro comunicado oficial que endureció aún más los criterios. Allí, la agencia anunció que los oficiales comenzarían a revisar los historiales en redes sociales de los solicitantes y a considerar como un “factor abrumadoramente negativo” cualquier muestra de “actividad antiestadounidense”.

Según aclaró, ese análisis incluye toda vinculación o apoyo a “organizaciones terroristas, grupos antisemitas o movimientos que promuevan ideologías antiamericanas”. El portavoz del Uscis, Matthew Tragesser, afirmó: “Los beneficios de Estados Unidos no deben concederse a quienes desprecian al país y promueven ideologías contrarias a él. Vivir y trabajar en Estados Unidos es un privilegio, no un derecho”.
Esta política también se aplicará a otros beneficios migratorios, como solicitudes de parole humanitario, visados de inversión o admisiones bajo discreción administrativa. Según la agencia, la intención es que “el cumplimiento de las leyes y el respeto a los valores nacionales” sean condiciones esenciales en cualquier decisión favorable.
Una nueva versión del examen de ciudadanía
El tercer eje de la reforma recae sobre la prueba de civismo, requisito final para obtener la ciudadanía. El pasado 18 de septiembre, The New York Times informó que el gobierno reinstauró una versión más exigente del examen, que fue eliminada durante la administración Joe Biden.

El test, obligatorio para quienes presentaron su solicitud a partir del 20 de octubre, paso de diez a 20 preguntas, de las cuales el solicitante debe responder correctamente al menos 12. Además, el banco de posibles preguntas se amplió de 100 a 128 e incorporó temas más complejos sobre historia, política y valores estadounidenses.
El Uscis argumentó que la medida busca asegurar que los nuevos ciudadanos estén “plenamente asimilados y preparados para contribuir a la grandeza de Estados Unidos”. Según Tragesser, estos cambios son “los primeros de muchos” dentro de una política más amplia para endurecer los caminos hacia la naturalización.
El propio Edlow había declarado en julio pasado que el examen “no era suficientemente difícil”. “Es muy fácil memorizar las respuestas. No estamos respetando el espíritu de la ley”, consideró.
De acuerdo con The New York Times, esta no es la primera vez que una administración republicana modifica el examen. Durante el primer mandato de Trump, se introdujo una versión más compleja en 2020, que fue revertida en 2021. La versión actual repite parte de ese formato, pero con un criterio más flexible: el solicitante podrá detener la evaluación una vez que alcance las 12 respuestas correctas.
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