Evan Levine, cardiólogo en Nueva York, reveló los hábitos claves para sumar “hasta 10 de vida”
Las recomendaciones del especialista se centran en hábitos diarios, prevención cardiovascular y control de factores de riesgo frecuentes
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Las enfermedades cardíacas constituyen la principal causa de muerte en Estados Unidos. Este escenario se explica por una combinación de factores, como la alimentación, el tabaquismo, el sedentarismo, la edad y antecedentes familiares, entre otros. Sin embargo, el cardiólogo Evan Levine sostiene que esto puede modificarse con diez buenos hábitos que ayudarían aumentar la esperanza de vida.
Los hábitos que más influyen en la esperanza de vida, según un cardiólogo de Nueva York
“A partir de los 30 años, diez consejos sencillos que pueden añadir diez años a tu vida”, anunció el Dr. Levine, cardiólogo del Hospital Mount Sinai de Nueva York, en un video compartido en sus redes sociales. El especialista parte de un diagnóstico claro: gran parte de las enfermedades cardiovasculares están relacionadas con hábitos adquiridos a lo largo del tiempo.

Para evitar el desarrollo de patologías crónicas, el cardiólogo recomendó diez puntos claves:
- Nunca fumar ni estar cerca de personas que fumen: según el especialista, el tabaco contiene decenas de carcinógenos conocidos y aumenta el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos, enfermedades vasculares, aneurismas aórticos y presión arterial alta.
- Evitar el alcohol: “Son cancerígenos. Suben la presión arterial”, señaló. Lo ideal, según explicó, es restringirlo completamente o limitarse a unas pocas copas a la semana.
- No consumir comida rápida: estas comidas tienen calorías tóxicas y densas que resultan perjudiciales para el organismo.
- Evitar todas las drogas y estimulantes: esto incluye la marihuana. Además, el cardiólogo aconsejó limitar el uso de medicamentos para el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) a las dosis más bajas posibles.
- Realizar cualquier tipo de ejercicio: “Caminar es genial. Al menos 7000 pasos al día”, sugirió el Dr. Levine. No es necesario realizar entrenamientos intensos para obtener beneficios. Caminar de forma regular puede mejorar la salud cardiovascular y metabólica.
- Controlar la presión arterial: la meta ideal es mantener una lectura de 120/80 o menos.
- Monitorear el colesterol: si el nivel de LDL (colesterol malo) es superior a 190, debe tratarse con una estatina. En otros casos, según el especialista, se puede gestionar con dieta y ejercicio.
- Eliminar refrescos y bebidas azucaradas: se deben evitar productos como las gaseosas por su alto contenido de azúcar tóxica.
- Reducir el estrés y las personas estresantes: “Evita a esos narcisistas, por muy atractivos que sean”, señaló. Según recomendó el Dr. Levine, es fundamental construir una base sólida de amigos.
- Establecer un hábito de sueño saludable: dormir bien es el último pilar para una vida más larga.

Qué dice la ciencia sobre el impacto de los hábitos saludables en la longevidad
Las recomendaciones del cardiólogo coinciden con resultados observados en estudios poblacionales de gran escala. Investigaciones realizadas con participantes en Estados Unidos analizaron la relación entre ciertos hábitos y la esperanza de vida. Para eso, compararon a quienes adoptaban conductas saludables con quienes no lo hacían.
Estos análisis tomaron en cuenta factores como una alimentación equilibrada, la ausencia de tabaquismo, la práctica regular de actividad física, el consumo moderado o nulo de alcohol y el mantenimiento de un peso corporal adecuado. Los resultados mostraron diferencias significativas en la longevidad entre ambos grupos.
Según estas estimaciones, las personas que incorporaron de manera sostenida estos hábitos alcanzaron una expectativa de vida considerablemente mayor que aquellas que no adoptaron ninguno de ellos. Además, cada uno de los factores analizados se asoció con una reducción del riesgo de muerte por enfermedades cardíacas y cáncer.

La prevención cardiovascular, la clave para una vida más larga
Desde la perspectiva del Dr. Levine, el abordaje preventivo debe comenzar antes de que aparezcan los primeros síntomas. Por ese motivo, insistió en que los controles médicos periódicos y el monitoreo de indicadores como la presión arterial y el colesterol no deben postergarse hasta la vejez. La detección temprana permite intervenir cuando los cambios aún son reversibles.
El cardiólogo sostuvo que, a partir de los 30 años, el cuerpo empieza a mostrar los efectos acumulados del estilo de vida. Por eso, consideró que ese momento es clave para introducir ajustes que puedan traducirse en una mayor esperanza de vida y en mejores condiciones de salud durante el envejecimiento.
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