Profundo orgullo. Ese es el sentimiento esencial que surge al recorrer las páginas de este 2018 en LA NACION. La investigación de Diego Cabot sobre los cuadernos de las coimas tuvo un doble impacto tan genuino como certero. Por un lado, puertas afuera se desató una espiral en la que quedaron en evidencia diez años de recaudación ilegal, 112 funcionarios y empresarios mencionados, 205 días de investigación y más de 43 compañías involucradas. Por otro, la Redacción tuvo como pocas veces la oportunidad de vibrar en todas sus plataformas, con pasión y renovada entrega. El periodismo está más vivo que nunca, titularon varios de nuestros colegas. La investigación sobre los cuadernos de las coimas llegó a más de 200 medios del mundo y tuvo un impacto sin precedente en la democracia argentina. Pero también en la forma en la que trabajamos.
Las imágenes vienen a mi mente una y otra vez. Como la de aquel día en que Diego supo que tenía en sus manos "todo o nada", como él mismo destacó. Aquel lunes, la lluvia torrencial iluminaba las ventanas del segundo piso y el sonido del triángulo que habitualmente convoca a la reunión de tapa de las 15 fue interrumpido. Abrí la bolsa negra que puso sobre mi escritorio y allí estaban: un anotador, seis cuadernos espiralados y uno azul de tapa dura. También, un juego de facturas de una marroquinería de Once. Prolijos. Cuidados. Escritos de puño y letra con detalles impensados. Recorrimos juntos las páginas. Me mostró algunos nombres y lugares. Patentes, direcciones y un entramado con el que todo periodista sueña toparse al momento de buscar la verdad. Me contó cómo los había obtenido y la responsabilidad que sentía por chequear toda esa información. Juntos trazamos la estrategia de allí en más. Enero es un mes atípico, con gran parte del equipo de vacaciones. Los diálogos telefónicos por este tema quedaron desactivados entre nosotros y solo charlaríamos de los avances personalmente. La confidencialidad era clave y por eso el juego quedaría limitado también internamente.
El equipo de investigación lo conformarían dos periodistas del Máster que LA NACION lleva adelante con la Universidad Torcuato Di Tella. La estrategia de citar a los empresarios en los lugares escritos en los cuadernos dio sus frutos. Varios se quebraban y otros amenazaban con que la investigación no llegaría a ningún lado. El silencio interno y externo se mantuvo. A medida que pasaban los días, más eran los datos confirmados y mayor la cantidad de certezas. Listaron nombres, direcciones, cargos, empresas, montos y dominios de autos. Chequearon cada uno de ellos y llegaron a varias conclusiones. La base de datos tenía el detalle de cada movimiento registrado en diez años de anotaciones. El 10 de abril, Cabot declaró durante cinco horas en una oficina de Tribunales. Ahí comenzaba una nueva historia.
Pero no fue la única. Este año Hugo Alconada Mon, prosecretario de Redacción de LA NACION, ganó el Premio Maria Moors Cabot de 2018 de la prestigiosa Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia. "Conocido por sus informes justos, su espíritu colaborativo y sus contribuciones que ayudaron a exponer uno de los mayores escándalos de corrupción jamás vistos en América Latina, el trabajo del periodista de investigación Hugo Alconada ha contribuido a una mayor comprensión de las Américas en la era digital", argumentó el jurado.
"Alconada fue socio fundador en una red pionera de reporteros de investigación latinoamericanos, conocida como REPI, que expuso las prácticas corruptas de la empresa brasileña Odebrecht, que obtuvo contratos públicos y un trato favorable en varios países de la región. Esa investigación en curso desenterró pruebas contra diversos altos funcionarios públicos, incluidos ex-presidentes, presidentes y un vicepresidente", agregó el fallo. También se destacó el "espíritu generoso" de Alconada Mon, que "lo ha llevado a asociarse con otros medios en su propio país y a enseñar y ser mentor de muchos reporteros más jóvenes". Según el jurado,Alconada Mon"se ganó el respeto de sus colegas y del público gracias a su feroz independencia" y "se hizo famoso en el momento en que la extrema polarización política de la Argentina empujó a la mayoría de los medios de comunicación a escoger bandos".
Miembro del equipo que difundió Wikileaks; del equipo del International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ), que ganó los premios Pulitzer (2017), Periodismo en Profundidad de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP, 2017) y George Polk Award (2018) por las investigaciones Panama Papers y Paradise Papers, Alconada Mon además obtuvo los premios Adepa (2000, 2012 y 2016), Pedro Joaquín Chamorro (Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, 2009) y Transparencia Internacional-IPYS (2011 y 2014; menciones de honor 2009, 2010, 2013 y 2016). Además, obtuvo la distinción Grupo de Diarios de América (GDA, 2012) y Cruz del Sur (2013), y fue finalista del Daniel Pearl Award por una de las mejores cinco investigaciones del mundo del bienio 2008-2009.
Solo dos ejemplos de logros de nuestros periodistas en un año en el que vivimos días que nunca olvidaremos.
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