“Quería rescatar a mi hijo de una red de trata”, dijo Laurta antes de la audiencia donde le dictaron 120 días de prisión preventiva
Su abogado adelantó que pedirá que se lo declare inimputable
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La jueza de Garantías N° 4 de Concordia, Gabriela Seró, dispuso 120 días de prisión preventiva para Pablo Laurta, acusado del homicidio del remisero Martín Sebastián Palacio. En la audiencia, su defensor oficial adelantó que pedirá la declaración de inimputabilidad.
Ayer, Laurta había sido imputado por homicidio criminis causa, figura que implica que la víctima fue asesinada para garantizar la impunidad de otros delitos: el robo del Toyota Corolla y el dinero del chofer y el doble femicidio que cometió el uruguayo el sábado pasado en Córdoba.

“Quería rescatar a mi hijo de una red de trata”, dijo Laurta en las escaleras de los tribunales de Concordia, Entre Ríos, tras ser notificado de la prisión preventiva que le dictaron por el homicidio del remisero y antes de ser trasladado a Córdoba para continuar el proceso por los femicidios de Luna Giardina, expareja y madre de su hijo, y de su exsuegra Mariel Zamudio.
Con una capucha que le cubría la cabeza y escoltado por policías de Entre Ríos, Laurta intentó justificar con un argumento delirante el motivo que lo llevó a asesinar a ambas mujeres.

Para la Justicia cordobesa, la mañana del 11 de octubre Laurta irrumpió en la vivienda de las víctimas, en el barrio Villa Serrana, las sorprendió, las mató a balazos y secuestró a su hijo de 6 años para llevarlo a Uruguay.
Cuando faltaban 55 minutos para que cruzara el río Uruguay, fue detenido en el hotel Berlín en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, el domingo pasado.
En la resolución en la que se dictó la prisión preventiva contra Laurta por el homicidio del remisero, la magistrada ordenó la extracción de muestras de sangre, elementos pilosos [cabellos] y uñas del imputado para cotejar el ADN que eventualmente se encuentre con el perfil genético de Palacio.

Además, en la misma audiencia, el fiscal Ignacio Telenta se mostró a favor de que el acusado sea trasladado desde la ciudad entrerriana de Gualeguaychú a Córdoba para cumplir con la solicitud del Juzgado de Control en Violencia de Género y Familiar N° 2, de la Primera Circunscripción Judicial, de esa ciudad, por el doble femicidio.
La Justicia de Córdoba había solicitado la captura nacional e internacional de Laurta al considerarlo presunto responsable de “homicidio calificado por el vínculo y por violencia de género”.
Un disparo o un golpe
Si bien la autopsia determinó que el desmembramiento del cuerpo hallado en la zona de Estación Yeruá fue post mortem, una serie de elementos incorporados en el expediente abonaron la presunción de que existió una muerte violenta y que la víctima sería el remisero Palacio.
Para saber cuál fue la mecánica de la muerte falta encontrar las otras partes del cuerpo que fue descuartizado, aunque los investigadores presumen que Palacio habría sido asesinado de un balazo o de un fuerte golpe en la cabeza.
Las pruebas que fundaron la imputación contra Laurta fueron las grabaciones de las cámaras de seguridad de la estación terminal de ómnibus de Concordia del 7 de octubre a las 19.54, cuando se registró el momento en que el acusado abordaba el Toyota Corolla blanco de Palacio y las imágenes de la estación de servicio de San Salvador, en Entre Ríos, a las 3 del 8 de octubre.

En esa última grabación quedó registrado el momento en que Laurta, sin Palacio, carga combustible al Toyota Corolla blanco. Mientras que un testigo y otra cámara de seguridad, en Córdoba, registró cuando Laurta incendió el vehículo que le robó a Palacio, el 9 de octubre.
Además, el celular del remisero se activó por última vez el 7 de octubre a la noche en una antena que realiza el servicio de telefonía móvil en la zona de Concordia y Estación Yeruá. A partir del momento en que la familia de Palacio perdió contacto con el remisero, radicó una denuncia por averiguación de paradero y consignó que el chofer había sido contratado por un pasajero con las características de Laurta.
La estrategia de la defensa
José Legarreta, abogado defensor de Pablo Laurta sostuvo que el acusado de matar al remisero Palacio, en Entre Ríos, y a su expareja y a la exsuegra, en Córdoba, “se mostró colaborativo y no se opuso a la decisión de la fiscalía”.
Además, con respecto a la posibilidad de que Laurta pueda solicitar que se lo declare inimputable por un presunta patología psiquiátrica que le impediría conducir sus actos, el defensor oficial sostuvo: “No descarto que haya vivido una situación de psicosis”.
Según el inciso 1° del artículo 34 del Código Penal, no será punible quien “no haya podido en el momento del hecho, ya sea por insuficiencia de sus facultades, por alteraciones morbosas de las mismas o por su estado de inconsciencia, error o ignorancia de hecho no imputables, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones”.
No obstante, para que el acusado de un delito pueda ser declarado no punible de acuerdo a lo que fija dicha norma deberá someterse a una serie de peritajes psiquiátricos y psicológicos cuyas conclusiones serán revisadas por un tribunal.
A partir de las pruebas incorporadas en los sumarios que se instruyen en Córdoba, por los dos femicidios y en Entre Ríos, por el asesinato del remisero, resulta muy difícil que se decrete la no punibilidad de Laurta.
Uno de los elementos que avalaron la presunción sobre que Laurta conducía sus acciones en los momentos que cometió los tres asesinatos, fue la planificación.
Practicó canotaje para cruzar el río Uruguay por un paso ilegal, engañó al remisero Palacio con la contratación de un viaje que tenía como destino Rafaela, pero que en realidad terminaría en Córdoba; mató al chofer y lo descuartizó para evitar que identificaran el cuerpo y pudieran relacionarlo con la víctima; hecho que frustraría el ataque contra su expareja y el secuestro de su hijo.
Además, incendió el Toyota Corolla blanco de Palacio para borrar rastros y, después de matar a Giardina y Zamudio, secuestró a su hijo. Debido a que el niño no tenía el DNI no pudo abordar un ómnibus en la terminal de Córdoba y, sobre la marcha, modificó su plan de escape y contrató a un taxista para que lo llevara desde dicha ciudad hasta Gualeguaychú, donde fue detenido.
“Creo que no me mató porque estaba su hijo. Si hubiera estado solo, sin su hijo y evaluaba que era un obstáculo, seguro que yo habría sido la cuarta víctima”, expresó el taxista que, en un viaje que duró ocho horas, recorrió casi 650 kilómetros desde Córdoba hasta Gualeguaychú, en Entre Ríos.
En cambio, luego de la audiencia de notificación de la prisión preventiva para Laurta, la fiscal de Concordia a cargo de la investigación del homicidio de Palacio, expuso una opinión opuesta a la del defensor y descartó que no sea punible.
Según Daniela Montangie, la representante del Ministerio Público de Entre Ríos consideró que Laurta es “una persona que tiene capacidad de comprender y está ubicado en tiempo y espacio; eso está determinado".
Además, la fiscal señaló que se pudo determinar el móvil del homicidio del remisero: “El acusado lo mató con la intención de robar el auto”.
Montangie agregó que, “aún no se pudo confirmar al 100% los restos hallados correspondan a Palacio porque resta encontrar partes del cuerpo”.
En la investigación realizada por la fiscal de Concordia se determinó que Laurta llegó a la Argentina el 4 de octubre pasado. Cruzó, de forma clandestina, en una canoa el río Uruguay desde el paraje Corralito, en las adyacencias de la ciudad uruguaya de Salto.
El 4 de octubre a las 6.41 abordó el ómnibus que lo trasladó desde Puerto Yeruá hasta Concordia. Pagó en efectivo, vestía pantalón marrón, campera gris oscura, tenía el cabello recogido, lentes y dos mochilas. Llegó a las 7.57 a Concordia.
Desde la terminal se dirigió a un hotel situado en Eva Perón al 1400. Allí se quedó tres noches y realizó varias llamadas. En una de las comunicaciones, a través de WhatsApp acordó con Palacio pagarle $ 1.500.000 por un viaje a Rafaela.
Cuando el remisero le preguntó si luego de Rafaela seguirían rumbo a Posadas, en Misiones, tal como lo había sugerido Laurta en una conversación anterior, el acusado dijo que ese viaje se postergó para otra oportunidad.
El 7 de octubre, a las 19.54, una cámara de seguridad de la terminal de ómnibus de Concordia grabó el momento en que Laurta puso las mochilas en el baúl del Toyota Corolla blanco y abordó el automóvil de Palacio.
Fue la última imagen con vida del chofer. Su celular registró la última actividad a las 23. A la madrugada, la cámara de seguridad de una estación de servicio de San Salvador, en Entre Ríos, grabó otra vez el paso del Toyota Corolla blanco, aunque ya no conducía Palacio. Según el playero, el conductor del vehículo tenía las características físicas de Laurta.
No se mostró violento. Pero parecía apurado. Cargó $ 25.000 de nafta y se fue. Antes, entre las 20.54 y las 2.57, Laurta habría matado a Palacio, descuartizado el cuerpo y descartado los restos en el camino.
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