Procesaron a 13 narcos por traficar cocaína oculta en bolsas de arroz
El juez federal Torres embargó por tres millones de pesos los bienes de cada uno de los acusados, vinculados con el cartel colombiano del Valle del Norte
El sospechoso, portugués, entró en un locutorio y llamó por teléfono a Gabriel Zilli, un oncólogo de Rosario. El médico le dio una buena noticia: "Quedó impresionado. No lo reconoció. Le pedí que identificara el auto que tenía la falla en el motor y no encontró nada; yo le tuve que decir cuál era".
En realidad, ese portugués, identificado por fuentes judiciales como Fernando Martins Frutuoso, de 57 años, y Zilli, de 56, no hablaban de problemas en un auto. Para la Justicia hay pruebas de que se referían a un cargamento de droga de entre 30 y 40 kilos de cocaína ocultos en 46 toneladas de arroz que estaban siendo preparadas para ser exportadas a Europa tras una escala en Guinea-Bissau, en África.
Esa conversación telefónica fue el 8 de septiembre. Pero la satisfacción de Martins Frutuoso y de Zilli porque el "especialista" no había descubierto la droga se iba a desvanecer nueve días después, cuando la Aduana y la Gendarmería Nacional, por orden del juez federal Sergio Torres, allanaron el depósito fiscal de Rosario donde estaban el arroz y la cocaína. Entonces, el plan criminal quedó al descubierto.
Se trata, según la investigación judicial, de una organización narcocriminal que no sólo se dedicaba a traficar cocaína en grandes cantidades. También reclutaba personas para usarlas como "mulas" y llevar droga en menor escala a ciudades como Bangkok, en Tailandia.
Después del procedimiento en el depósito fiscal hubo una serie de allanamientos en Rosario, Mendoza, Tucumán, la ciudad de Buenos Aires y Nordelta, la "ciudad-pueblo" de Tigre, para dar el golpe final a una célula local del ex poderoso cartel colombiano del Valle del Norte, que desde hace un par de años operaba en la Argentina.
En las últimas horas, el juez Torres procesó con prisión preventiva por el delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad comercio a 13 personas, a las que les embargó sus bienes hasta cubrir la suma de 3.000.000 de pesos a cada uno. Otros 11 sospechosos, entre los que se encontrarían los presuntos líderes, identificados como los hermanos Erman y Williams Triana Peña, colombianos, tienen pedido de captura nacional e internacional.
"Las medidas concretadas hasta el momento han permitido conocer que la agrupación de corte delictivo presentaría un alto grado de organización y división de roles, como así también un marcado verticalismo entre sus integrantes", afirmó el juez federal Torres en su resolución, a la que accedió LA NACION.
La causa, conocida como "narcoarroz", tiene vinculaciones con otros resonantes expedientes judiciales, como el llamado Luis XV, en el que se descubrió cocaína oculta en muebles de estilo que tenían como destino Europa, y Carbón Blanco, el tráfico de más de una tonelada de cocaína a Portugal oculta en carbón vegetal.
La trama colombiana
Si bien los procedimientos se desencadenaron tras el descubrimiento de la droga oculta en el arroz, en realidad se trata de una investigación de casi dos años, donde el juez Torres, su secretaria Verónica Bresciani y su equipo de trabajo estaban detrás de los sospechosos. Pero todo se precipitó el mes pasado, cuando la Aduana descubrió que la organización narcocriminal estaba por sacar la droga en el cargamento de arroz.
"En los eslabones superiores de la cadena de distribución detectada en este país, que respondería a las directivas de la organización central antes indicada [el ex cartel del Norte del Valle], se encontrarían quienes tendrían como función principal la administración de los recursos, tanto materiales como personales, impartiendo las directivas necesarias para la concreción de las actividades de relevancia para la banda y también fiscalizando las funciones desplegadas por quienes se subordinan a ellos. Se dedicarían principalmente al manejo del flujo de dinero obtenido como consecuencia del tráfico, solventando así las actividades de los demás integrantes para mantener la estructura de la organización", explicó el juez Torres.
La mayoría de las comunicaciones las hacían por WhatsApp o por el chat interno de Blackberry, que es de difícil intervención, según explicaron fuentes judiciales.
Zilli forma parte de la lista de procesados con prisión preventiva. En cambio, Martins Frutuoso se fue de la Argentina antes de que se descubriera la droga y ahora pesa sobre él un pedido de captura internacional.
Otro de los procesados es el abogado argentino Guillermo Heisinger, ex subsecretario de Coordinación del Ministerio del Interior en la presidencia de Carlos Menem.
"De acuerdo con la profusa investigación desplegada, se puede posicionar al imputado en los niveles jerárquicos más altos, encontrándose subordinado principalmente a las directivas emanadas de los hermanos Triana Peña", expresó el magistrado en la resolución.
De Santa Cruz de la Sierra a pistas en Chaco
- En la lista de sospechosos con pedido de captura nacional e internacional no sólo figuran los hermanos Erman y Williams Triana Peña. En su resolución, el juez federal Sergio Torres acusó también a Edilberto Vargas Fernández y a su esposa, Diana Suárez Heredia.
- La hipótesis de los investigadores es que la droga era adquirida en cercanías de la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, donde residía la esposa de Vargas Fernández. Y entraba al país en avionetas que aterrizaban en pistas clandestinas en Chaco. Se cree que Suárez Heredia estaba construyendo una casa en aquella ciudad.
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