Después de los excesos típicos de las fiestas, una nutricionista explicó en LN+ por qué no conviene hacer ayunos ni dietas extremas; qué alimentos elegir y cómo ayudar al cuerpo a recuperar el equilibrio de manera natural
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Después de las comidas abundantes típicas de Navidad, muchas personas buscan “compensar” los excesos. La nutricionista Nadia Hrycyk indicó en LN+ que no existen soluciones mágicas ni atajos extremos, al tiempo que remarcó que no es recomendable recurrir a ayunos ni a prácticas restrictivas de un día para el otro.
Según la especialista, el objetivo después de una comida pesada debe ser equilibrar, no castigar al organismo. “Si al día siguiente me levanto tarde, puedo saltear el desayuno y almorzar directamente, pero si desayuno, que sea liviano”, señaló.
La clave está en escuchar al cuerpo y retomar una alimentación más simple, sin culpas. “A veces son comidas propias de esta época; lo importante es ver cómo me siento”, sostuvo.
Hrycyk explicó que, si en las celebraciones predominan platos con crema, mayonesa o preparaciones muy grasosas, conviene compensar con alimentos frescos y verdes, que facilitan la digestión y alivian la carga del sistema digestivo.

Hidratación: el punto más importante
Uno de los pilares para ayudar al cuerpo después de los excesos es la hidratación, especialmente en días de calor. “Tenemos que estar súper hidratados”, insistió la nutricionista, y fue clara: “La única bebida que hidrata es el agua”.
Si bien el mate o las infusiones con hierbas digestivas pueden ayudar a sentirse mejor, aclaró que son diuréticas: “Ayudan, pero lo eliminamos por la orina, no hidratan”.
También recomendó evitar jugos industrializados por su contenido de colorantes y conservantes. Como alternativa, sugirió saborizar el agua para el tereré de manera natural, con hierbas o rodajas de frutas, sin agregados artificiales.
Alimentos que ayudan a la digestión
Hrycyk destacó el rol de los alimentos ricos en potasio, que pueden colaborar con el proceso digestivo y la sensación de liviandad. Entre las opciones, mencionó el licuado de banana, aunque recomendó evitar la leche para no sobrecargar el hígado.

Otra buena alternativa es la naranja, preferentemente consumida en gajos o licuada con pulpa, para aprovechar la fruta entera. También resaltó el aporte del pepino y el limón, que ayudan a hidratar y a evitar la retención de líquidos.
Como recomendación puntual, sugirió una cucharadita de bicarbonato de sodio en un litro de agua, para ayudar a la digestión y equilibrar la acidez del estómago. “Está bueno hacerlo hoy para ayudar al cuerpo, pero no como un hábito”, aclaró.
Volver al equilibrio, sin extremos
La nutricionista reiteró que no se trata de eliminar alimentos, sino de hacer pequeños ajustes: retirar el exceso de crema o mayonesa de los platos, sumar verduras y elegir preparaciones más simples durante algunos días. “Lo importante es equilibrar y escuchar al cuerpo”, concluyó.






