Polémica por la eliminación de los cupos por género en el Salón Nacional de Artes Visuales
La medida, publicada en el Boletín Oficial con la firma del secretario de Cultura, establece que dejan de tener vigencia los cambios impulsados en 2018 y 2022
8 minutos de lectura'

Por decisión del secretario de Cultura Leonardo Cifelli, el Gobierno derogó el artículo 3° del reglamento general del Salón Nacional de Artes Visuales (SNAV), que establecía el respeto por “la participación igualitaria en cuanto a género, tanto en la elección de los jurados, y la selección y la premiación de las obras, como en la nominación y otorgamiento de los Premios Nacionales a la Trayectoria Artística”, según se lee en la resolución 18/2025 publicada este miércoles en el Boletín Oficial con la firma de Cifelli. Los cupos femeninos y travesti-trans prescriben en el fragor de la “batalla cultural”.
“Se considera apropiado evaluar una obra o seleccionar a los miembros de un jurado según criterios objetivos, tales como la calidad, la originalidad, el mérito creativo y el impacto del trabajo -remarca la resolución-. Esto con el fin de garantizar una auténtica apreciación del talento y la diversidad en el ámbito artístico, soslayando caer en discriminaciones positivas que desvirtúen el propósito de reconocer el arte por su excelencia”.
El SNAV se creó en 1911 para promover la producción de artistas argentinos y, a la vez, la formación del público. A partir de la edición de 1914 y hasta la de 1943, se denominó Salón Nacional de Bellas Artes, y entre 1944 y 1999, Salón Nacional de Artes Plásticas. Desde la edición de 2000 se llama Salón Nacional de Artes Visuales. Las primeras ediciones tenían solo dos categorías: Pintura y Escultura. Este año, con la inclusión de Diseño, son diez: Artes del Fuego, Dibujo, Escultura, Fotografía, Gráfica, Instalaciones y Medios Alternativos, Pintura, Textil y Espacio no Disciplinario.
En esta edición, se entregarán tres premios adquisición (que pasarán a enriquecer la colección del Palais de Glace). El primero, de tres millones de pesos; el segundo, de dos millones y el tercero, de un millón y medio. Además, en cada una de las diez categorías habrá tres premios no adquisición, por un millón de pesos para el primer lugar, $ 800.000 para el segundo y $ 600.000 para el tercero. Se otorgarán pensiones vitalicias a los artistas galardonados con el Premio Nacional a la Trayectoria Artística. En total, se distribuirán 31 millones de pesos. Más información en este enlace.
La medida, que deroga cambios hechos en el articulado en 2018 y en 2022, durante el gobierno de Cambiemos y de Unión por la Patria, respectivamente, se tomó de manera inconsulta, según pudo saber LA NACION, sin considerar la opinión de historiadores del arte ni investigadores, mucho menos asociaciones de artistas y activistas. Los “autores intelectuales” son el secretario de Cultura y Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.
La convocatoria para el 112° SNAV, que debía haberse lanzado el año pasado, se hizo días atrás con enmiendas y “dentro del contexto de una política de austeridad y disminución de costos” que lleva adelante el Gobierno. Los cambios rigen a partir de hoy, con la publicación de la resolución en el Boletín Oficial. Este año, debería hacerse también la convocatoria correspondiente a 2025 del SNAV. En la resolución se informa que el “servicio jurídico permanente” de la Secretaría de Cultura interviene en la “readecuación” de las bases del certamen.
“Se resolvió eliminar las limitaciones vinculadas al género, incluidas en los últimos años, como requisito para participar en todas las categorías -explicaron desde la Secretaría de Cultura-. Rige para todo. A partir de esta edición no habrá cupos máximos ni mínimos para hombres, mujeres, personas no binarias, travestis-trans en ninguna etapa del certamen. Todas las personas deberán demostrar su capacidad para ser premiados o elegidos como jurados más allá de su identidad de género”.
En 2018, por las demandas de agrupaciones feministas, se había establecido un cupo de participación femenina no menor a un 50 por ciento, y desde 2022, existía un cupo del 5 por ciento para la comunidad no binaria y travesti-trans en todas las instancias del certamen.
La investigadora e historiadora del arte Andrea Giunta recuerda que entre 1911 y 2015 solo cuatro artistas mujeres habían recibido el Gran Premio de Honor. “En mi libro Feminismo y arte latinoamericano hay un capítulo de estadísticas donde se prueba eso, una larga investigación que hice sobre el Salón Nacional desde 1911 con la asistencia de Belén Coluccio -señala-. En 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri, incluyeron esa cláusula y realmente fue efectiva, ya que permitió que la obra de muchas artistas mujeres, escasamente representadas en todos los museos nacionales, entraran al patrimonio nacional. Es increíble que estemos de nuevo con esto. Para el feminismo el cupo nunca fue un objetivo sino una estrategia, quizás ahora se haya naturalizado una distribución que antes era radicalmente desigual”.
“Entre la comunidad de artistas no se sentía la discriminación de género -dice la artista Matilde Marín a LA NACION-. Pero siempre se consideraba más a los artistas varones en categorías como pintura o escultura. Pienso que hubo un conflicto entre lo tradicional y las formas contemporáneas, que se comenzó a zanjar cuando se incorporaron nuevas disciplinas. Estoy a favor de que se reconozcan a los nuevos géneros y que tengan su espacio. El Salón Nacional siempre tiene cambios y más cambios, pero habría que ponerse a mirar el reglamento del que existe en Colombia, que es de nivel internacional, e impulsar una discusión pública para las reformas. Debería ser algo democrático”.
Para la artista Marina De Caro, de Nosotras Proponemos, “las estrategias estéticas, poéticas y narrativas hegemónicas durante siglos estuvieron enfocadas en la producción de las masculinidades, convirtiéndolas en la norma que modeló los juicios de valor”. “Habíamos logrado con el cupo abrirnos a otras voces -afirma-. Se logró saldar la deuda con los artistas de todo el territorio nacional, con las artistas mujeres, con la comunidad marrón y todas las disidencias. Quitar los cupos es maltrato y violencia hacia la comunidad artística y hacia toda la sociedad. Un acto de autoritarismo y censura”.
El exministro de Cultura de Cambiemos, Pablo Avelluto, también se manifestó en contra de la medida. “Me parecía bien que se le diera visibilidad a estos sectores para que participen -sostiene-. Eso no implicaba que tuviera que ser premiado un trans o un integrante de cualquier minoría. Siempre el talento y la creatividad debe ser lo que esté primero en la decisión de los jurados. Era un aliento a la participación de grupos normalmente discriminados y humillados en el campo de las artes visuales. La perspectiva de género del gobierno actual, como en tantas otras cosas, es profundamente reaccionaria”.

A la historiadora del arte y vicepresidenta de la Academia Nacional de Bellas Artes, Marta Penhos, le parece “por lo menos desprolijo modificar un reglamento emitido en diciembre de 2024 y después de todo un año en que no hubo salón”. “Por otra parte, la historia de los salones nacionales demuestra que la paridad de género nunca fue alcanzada, que los méritos innegables de muchas artistas no fueron suficientes para que obtuvieran los máximos reconocimientos y que introducir un cupo es una vía, quizás no permanente pero sí necesaria, para promover el arte más allá de que quienes lo hacen sean hombres, mujeres, no binarios, etcétera -sostiene-. Hace veinticinco años estudiamos con un equipo de investigación la historia del SNAV y publicamos un libro que coordinamos con Diana Weschler, Tras los pasos de la norma, que es una buena fuente para comprobar lo que digo”.
El cupo travesti trans se efectivizó en 2022 durante el gobierno de Alberto Fernández, por iniciativa de la exdirectora del Palais de Glace, la historiadora del arte Feda Baeza, y la ensayista y activista Marlene Wayar.
Para Baeza, la eliminación de los cupos transcurre “en un horizonte en el que en el SNAV se redujo una cantidad de premios y sobre el telón de fondo del desfinanciamiento”. “Es un retroceso muy fuerte de logros de varias gestiones -dice-. La eliminación del cupo travesti-trans y no binario es otro golpe más que se lee en la avanzada de este gobierno de ultraderecha sobre la comunidad. Se había intentado dar espacios de representatividad a comunidades relegadas como la nuestra en la que el Estado reparaba lo que había hecho”. Por último, destaca que la eliminación de los cupos también da marcha atrás con la política de federalización del SNAV. “Se vuelve a reconcentrar todo en la ciudad de Buenos Aires, de modo inequitativo, porque aprovecha un recurso de todo el país y lo destina a una pequeña región”, concluye.
Desde la Secretaría de Cultura insistieron en que la eliminación del “cupo federal” no implica que los jurados nacionales serán todos porteños y que podían ganar artistas de cualquier región del país. “Todas las personas deberán demostrar su capacidad para ser premiados en base al mérito, sin privilegios ni discriminación alguna”, remarcaron.
Otras noticias de Arte y Cultura
- 1
Personalidades de la cultura piden que se garantice la libertad de protesta en vísperas de la manifestación de mañana
- 2
¿Cuánto cuesta alquilar el Palacio Libertad, Tecnópolis, el jardín de un museo o el Planetario?
- 3
7 recomendados de arte y cultura para esta semana
- 4
De los “nenúfares criollos” al humor político: un menú para todos los gustos en el aniversario del Recoleta