Champions League. La insólita intervención del VAR que le impidió a Chelsea un golazo en el Bernabéu

Una obra maestra del fútbol en la Casa Blanca. Real Madrid, el más ganador de la historia de la Champions, se impuso por 3 a 1 en Londres, una semana atrás, con una electrizante Karim Benzemá. Tenía todo servido, todo a disposición el conjunto español, en el desquite, en su casa, con su gente. Sin embargo, Chelsea es el campeón. Un equipo magnífico, que se impuso por 3 a 2..., pero no le alcanzó. Real Madrid está en las semifinales y espera al ganador del choque entre Atlético de Madrid y Manchester City.

Real Madrid logró el pase pese a perder en un partido sensacional en el Santiago Bernabéu, gracias a la victoria lograda hace una semana en Inglaterra. Pese a que la eliminatoria parecía sentenciada, Chelsea fue capaz de darle la vuelta, pero el gigante se llevó la clasificación con un tanto del francés Karim Benzema (¿es el jugador más determinante de la actualidad?) en la primera parte de la prórroga. Eso sí: hubo una polémica mayúscula.

El defensor del título estaba 2-0, con fútbol y goles. Mount (un bombazo) y Rudiger (un cabezazo) establecieron la diferencia del gigante británico, ante un dormido Madrid. Insólitamente dormido. Hasta que Marcos Alonso avanzó por el sector izquierdo, levantó la cabeza y dispuso un centro, con su pierna hábil, la izquierda. El balón quedó en suspenso y un segundo después, a su disposición otra vez, luego de un rebote. Y se animó: lanzó un pelotazo al ángulo. Un 3 a 0 sensacional, increíble.

El gol anulado a Chelsea

Sin embargo, Szymon Marciniak, el árbitro, escuchó el llamado del VAR luego de marcar el círculo central. Era gol, pero... La pelota, cuando regresó del rebote, chocó de modo imperceptible en sus manos. No hubo movimiento violento, ni desmedido, ni amplió el volumen. Fue menos que un roce. Sin embargo, el tanto fue anulado.

Thomas Tuchel, el técnico de Chelsea, no paró de reírse. Carlo Ancelotti aplaudió con entusiasmo. El partido siguió, a todo ritmo. Werner alcanzó, al rato, el tercero, el que merecía Chelsea y la tecnología le privó. Real Madrid se despertó y encontró el descuento: el 1-3 lo selló Rodrygo. Más tarde, apareció el símbolo de esta era, un número 9 estelar. Benzemá lo hizo posible. Podía pasar cualquier cosa en el alargue: fue el mismo resultado que en el primer encuentro.

Y pasó el Madrid. Quedó afuera el campeón, que dispuso de tres remates directos para llegar a los penales en el tramo final.

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