Terremoto político y mediático en Italia: se venden La Repubblica y La Stampa, dos de los principales diarios opositores
El grupo de la familia Agnelli, dueño de los medios, negocia con un magnate griego conservador y afín a Trump, mientras Meloni ironiza sobre la operación y ataca en público a sus periodistas
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ROMA.– El mapa mediático italiano, y también el político, viven un terremoto con la posible venta de dos históricos diarios, La Repubblica y La Stampa, segundo y tercero más vendidos del país tras el Corriere della Sera, y que en este momento son los dos principales periódicos progresistas de oposición al Gobierno de Giorgia Meloni. La Repubblica y otros medios del grupo GEDI, como la edición italiana del Huffington Post y tres emisoras de radio (M20, Deejay y Capital), pueden acabar en manos del grupo Antenna, dirigido por el empresario griego Theodore Kyriakou, conservador y afín a Donald Trump, y socio en Grecia del príncipe saudí Mohamed Bin Salmán, que con su fondo PIF participa en un 30% en Antenna Greece BV.
El magnate, en cambio, declaró que no está interesado en La Stampa, que se vendería por otro lado, antes o después de la transacción, aunque no está claro a quién. Los dos diarios son las cabeceras más conocidas del grupo GEDI, propiedad de la familia Agnelli, dueña histórica de Fiat, a través de la sociedad Exor (que también posee el 43% de The Economist), y presidido por John Elkann Agnelli. En total, tiene 1300 empleados que ahora temen una reducción de plantilla y un cambio de línea editorial.
Kyriakou, que hasta ahora en Italia era un desconocido, fue uno de los invitados en la exclusiva cena de Estado que Trump celebró en Qatar el pasado mayo. En Washington es miembro del think tank Atlantic Council, que organizó un evento el pasado septiembre en el que participó la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en videoconferencia.

La posibilidad de un cambio de línea de ambos diarios, muy críticos con Trump y también con Rusia, ha llevado incluso este lunes a intervenir a la embajada rusa en Italia, que se alegró de la venta y espera que con los nuevos propietarios dejen de ser “megáfonos de una desenfrenada propaganda antirrusa”.
El grupo Antenna, no cotizado en Bolsa, dijo en un comunicado que el grupo “siempre ha mostrado respeto por la independencia periodística y el pluralismo”, pero los temores de que el panorama mediático italiano se transforme profundamente son patentes. El terremoto también es sentimental, tanto para el mundo progresista italiano, como en particular para Turín, la región de Piamonte y todo el noroeste del país, pues La Stampa es un símbolo de su identidad desde hace más de 150 años.
No obstante, en los últimos años era evidente que GEDI, que compró el grupo en 2019, lo iba desmontando poco a poco y no conseguía aliviar sus pérdidas. Entre continuos recortes y bandazos de línea editorial en La Repubblica que le hicieron perder lectores, fue especialmente traumática la venta del semanario L’Espresso, otro símbolo del grupo. También fue muy significativa la de GEDI Digital, el área audiovisual de los portales de los diarios. La Repubblica tiene en este momento tres millones de usuarios únicos en web y La Stampa, 1,1, mientras en la edición en papel la difusión de ambos está en torno a las 50.000 copias.
Tras meses de rumores, Elkann confirmó el miércoles a los trabajadores que firmó un preacuerdo exclusivo para una venta de 140 millones de euros con Kyriakou. Este empresario de 51 años, de familia de armadores y con intereses navales e inmobiliarios, está presente con su grupo Antenna en medios de Grecia, Chipre, Turquía, varios países del Este, Australia y Estados Unidos, sobre todo en el sector audiovisual. En total, posee 37 canales. Es más, si se culmina la venta, La Repubblica y La Stampa serían sus primeros periódicos. De ahí que cunda la sospecha de que en realidad su interés está en las tres radios del grupo, las únicas empresas que dan beneficios, como primer paso para intentar luego entrar en el sector televisivo italiano. Algunas informaciones señalan que el desembarco en Italia también apunta a la compra de Sky Italia, en números rojos de 258 millones de euros en 2024.
Cláusula social de salvaguardia
De momento, se ha ampliado dos meses la negociación para la firma, hasta finales de enero, más que nada para no anunciar la venta antes del 18 de enero, cuando La Repubblica cumple 50 años y está prevista la celebración de un aniversario que va camino de convertirse en un funeral. El diario, con sede en Roma y fundado por Eugenio Scalfari, es una institución del periodismo italiano y referente de la izquierda. Durante los años de Silvio Berlusconi se convirtió en el principal medio de oposición y denuncia de escándalos. También lo fue entonces La Stampa, que pese a ser propiedad de una familia industrial, siempre se ha destacado por la defensa de derechos sociales y ha reflejado una cultura liberal.
El principal reclamo de los trabajadores en este momento es que el grupo GEDI exija al comprador la llamada cláusula social de salvaguardia, que en la legislación italiana permite incluir en la venta una serie de garantías para la plantilla. En este caso, sería mantener el número de empleados, la línea editorial y el compromiso de no revender luego los medios en un periodo breve.
“Son una serie de garantías que nos preocupan muchísimo, sobre todo porque el vendedor, John Elkann, hasta ahora no se ha preocupado de ello. En las reuniones que hemos tenido con la empresa nos dijeron que es algo que tendremos que negociar después con el comprador”, explica al teléfono Alessandra Ziniti, miembro del comité de redacción de La Repubblica. “Pero haremos todas las movilizaciones posibles e imaginables para que Elkann, ahora que deja el mundo editorial, no lo haga escapando con el dinero, sino pensando en las familias de 1300 trabajadores”, concluye. La plantilla espera una respuesta de la empresa en un plazo de 48 horas.

El Gobierno se reunió con el personal y apoyó su reclamo de garantías, aunque su margen de influencia es escaso. Por otro lado, varias informaciones señalan que antes de hacer este movimiento, el magnate griego se aseguró de contar con el visto bueno de Meloni.
En todo caso, el Ejecutivo sí pidió transparencia en la operación para garantizar que no intervienen actores ajenos a la UE, en referencia clara a Bin Salmán. El grupo Antenna confirmó que hará la compra con capital propio y el príncipe saudí, acusado por EE.UU. del asesinato de un periodista del Washington Post, no participará en la adquisición.
Las redacciones de los diarios emprendieron ya una serie de días de huelga, enfrentadas con Elkann, a quien acusan de haber ocultado la operación durante meses. En el caso de La Stampa, diario de familia de los Agnelli, el golpe es aún más simbólico para la ciudad, que lo vive como una traición. Estos días se suceden numerosas cartas de lectores indignados y entristecidos. Ha intervenido incluso el arzobispo, Roberto Repole, para mostrarse contrario a la operación.
Un polémico video
También dolió mucho que ante los rumores de que también estaba en venta la Juventus, otra joya de la familia, Elkann apareciera el sábado en un vídeo con una camiseta del club para rechazarlo: “La Juve, su historia, sus valores, no están en venta”. “Vale para el fútbol, pero no para nuestro diario y sus más de 150 años de historia. Historia que se puede vender tranquilamente, sin siquiera preocuparse de a quién (...).
🚨🗣️| John Elkann: “JUVENTUS IS NOT FOR SALE.” ⚪️⚫️
— JuveFC (@juvefcdotcom) December 13, 2025
🎥 @juventusfc pic.twitter.com/yuWSdQvvM8
La Stampa forma parte desde 1926 de la misma familia y del mismo gran grupo industrial que se va disgregando poco a poco, destruyendo valor y valores”, ha dicho este lunes el comité de redacción del diario.
Los Agnelli compraron La Repubblica en 2019 a su histórico propietario, Carlo De Benedetti (que a continuación fundó otro diario, Domani, al que emigró parte de la redacción), pero la crisis del sector y una gestión muy criticada han llevado finalmente a la familia a desprenderse de todo el conglomerado mediático. Para La Stampa será particularmente dañino, tras años de sinergias: “Estamos en un grupo con muchas actividades entrelazadas, y toda la parte digital, de vídeo, de redes sociales, de podcast, está en una estructura centralizada, y si nos separamos las perderemos, cuando son una parte decisiva del futuro del sector”, explica Paolo Barone, del comité de redacción.
Toda la clase política italiana se solidarizó con los periodistas afectados y pidió al Gobierno que garantice la independencia de los diarios y el pluralismo mediático. Ahora bien, pese al momento que viven los dos diarios, Giorgia Meloni se desmelenó la noche del domingo, en la fiesta de las juventudes de su partido, con ataques a La Repubblica y a algunos de sus periodistas: “Hoy el PD [Partido Democrático] se indigna porque los Elkann quieren vender el grupo GEDI y no habría garantías para los trabajadores, pero cuando cerraban las fábricas de Stellantis [marca de automóviles propiedad de la misma familia] y eran los trabajadores quienes perdían el puesto de trabajo, todos mudos, también [Maurizio] Landini [líder del primer sindicato italiano, CGIL] que daba entrevistas a La Repubblica y sobre el tema silbaba”.
El comité de redacción del diario ha rechazado estas acusaciones como “completamente falsas”. Además, Meloni cargó contra el columnista Michele Serra, por criticar la fiesta de las juventudes de su partido. Lo definió como un símbolo “de la izquierda aislada y rabiosa” y sin “espesor moral, cultural, político”.
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