La cadena francesa Sofitel desembarca en Puerto Madero con una inversión millonaria para levantar su primera torre exclusiva de viviendas; el proyecto promete vistas al Obelisco y finalización para 2030
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La reconocida cadena francesa Sofitel eligió Puerto Madero para desarrollar su primera construcción dedicado exclusivamente a la vivienda a nivel global. La torre ocupará el último terreno habilitado para altura en la zona y modificará el horizonte urbano gracias a su ubicación estratégica frente a un corredor tradicional porteño.
Un hito global en Puerto Madero
El proyecto se ubicará en el dique cuatro, específicamente en la intersección de Juana Manso y Trinidad Guevara. Puerto Madero se convierte así en el escenario para el lanzamiento mundial de las residencias con la marca Sofitel. Aunque la compañía avanza con planes similares en Cartagena y Dubái, la torre porteña inaugurará este modelo de negocio. Philippe Trapp, vicepresidente Regional de Operaciones de la marca, destaca la motivación detrás de la elección: “Este país tiene un modelo de resiliencia único en el mundo”.
El terreno posee una característica singular: sus 75 metros de ancho coinciden con la medida de la avenida Corrientes, una particularidad que garantiza una conexión visual directa con el centro porteño. Marcos Juejati, presidente de la desarrolladora, detalla el impacto urbano de la ubicación: “Está alineado a Corrientes y podrá verse desde toda la ciudad”.
La iniciativa introduce un producto inédito en el mercado local. Juejati explica la estrategia detrás de la alianza: “Realizamos un estudio y detectamos que los argentinos perciben a la marca Sofitel como la mejor marca de lujo hotelero. Un lujo discreto, estilo europeo, más sofisticado”.
Diseño estratégico y vistas panorámicas
El estudio BMA, con el arquitecto Rodolfo Miani a la cabeza, lidera el diseño del proyecto. La estructura presentará una inclinación de 22 grados, una decisión que responde a una sugerencia de un arquitecto argentino, antiguo colaborador de Norman Foster en Londres, quien se sumó al equipo para perfeccionar la propuesta. La inclinación asegura mejores vistas y evita obstrucciones futuras. Miani define el reto: “Desde lo arquitectónico, representa un desafío para un lote único con vistas privilegiadas y una accesibilidad destacada”.
La distribución interna prioriza la amplitud y la conexión con el entorno. Los departamentos más grandes son pasantes, con áreas que miran tanto a la Ciudad como al río, y las plantas carecen de columnas. Las unidades no cuentan con balcones tradicionales, sino con patios en altura de dimensiones generosas que inician en los ocho metros. La variación de las plantas cada tres pisos permite que estos espacios descubiertos no tengan techo inmediato.
El acceso al edificio se realizará a través de un lobby de 18 metros de altura. Los primeros cinco niveles se destinarán exclusivamente a espacios comunes. Esta configuración eleva el primer piso de residencias a una altura equivalente a un sexto piso convencional, lo que garantiza visuales despejadas incluso en las unidades más bajas.
Servicios de hotelería para residentes
La propuesta de valor se centra en ofrecer una experiencia de hotel cinco estrellas en una vivienda permanente. El edificio destinará 3000 metros cuadrados a amenities. El centro de bienestar ocupa un lugar central en el diseño: a mitad de la torre, en los pisos 19, 20 y 21, se proyecta un wellness center con vistas panorámicas.
La lista de servicios incluye una pileta semiolímpica y una innovación para el mercado local: guest suites. Estas unidades permitirán a los propietarios hospedar invitados dentro del complejo con total privacidad. Trapp subraya la naturaleza del servicio: “Es un emprendimiento que combina el art de vivre francés con la cultura local en una de las zonas más exclusivas de la ciudad”.
El modelo de branded residences implica una gestión integral por parte de la cadena hotelera. La marca se ocupará de la administración del consorcio de por vida y del mantenimiento de la propiedad. Juejati resalta la importancia de este punto: “Que sea una marca hotelera no es menor porque se ocupará de la administración del edificio de por vida, lo que da la seguridad de que será bien mantenido”. Además, los propietarios recibirán una tarjeta de pertenencia para acceder a beneficios en otras locaciones de la cadena alrededor del mundo.

Cifras y plazos del negocio
La comercialización oficial del proyecto comenzará a fines de marzo del próximo año. El valor del metro cuadrado parte de los US$10.000 y los departamentos se venderán en pozo desde los US$700.000.
La desarrolladora adquirió el predio en 2018 tras ganar una licitación pública de la Corporación Antiguo Puerto Madero por US$57,1 millones. El lote linda con el campo de deportes del Colegio Nacional de Buenos Aires y las Torres del Yacht.
El emprendimiento consolida la presencia de Accor en la región, donde ya opera hoteles en Cardales, Recoleta y Montevideo. Guilherme Cesari, Vicepresidente de Desarrollo de Marcas de Lujo y Lifestyle para el grupo en Sudamérica, concluye sobre el aporte de la firma: “La marca aporta estándares de servicio de lujo incluyendo asistencia de concierge y un restaurante de alta gama”.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA a partir de un artículo firmado por Carla Quiroga.







