Las razones del gobierno de Javier Milei para “descongelar” las relaciones con Gran Bretaña
El Presidente anunció sus intenciones de viajar a Londres el año próximo; el gobierno británico relativiza gestiones para liberar el veto a la compra de armamento
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Otro paso firme en el alineamiento con Donald Trump, esta vez con un viejo aliado de la principal potencia mundial. Un imán para futuras inversiones mineras y petroleras, atentas al buen clima bilateral. Una cercanía que se traduzca en liberar al país del veto británico para comprar armamento a terceros países, como Francia y Estados Unidos.
Estas son solo algunas de las razones que el gobierno de Javier Milei esgrime como válidas para acelerar el deshielo del vínculo con Gran Bretaña. Un vínculo atravesado por el conflicto bélico por las islas Malvinas, en 1982, y que el Gobierno busca encapsular para avanzar en las áreas que tiene como objetivos.
“Hay canales de contacto y negociación que pueden ir en paralelo, sin renunciar a nuestro derecho de recuperar Malvinas”, afirmó a LA NACION una alta fuente del Ministerio de Defensa, que desde hace pocos días encabeza el militar Carlos Presti. La declaración se dio horas después de conocido el artículo del medio The Telegraph, en el que se incluyen declaraciones del presidente Milei dando por hecho que viajará a Londres “en marzo o abril” próximo, y que ambos países “ya trabajan” para levantar el veto británico sobre las compras de armamento que haga la Argentina, y que contengan algún componente de origen inglés.
“Los vetos y restricciones tienen que levantarse”, afirmó a LA NACION una alta fuente oficial, al tanto de los tropiezos de la Armada al intentar utilizar los aviones cazas Super Étendard, comprados a Francia en 2019 y que no pudieron utilizarse, ya que sus asientos eyectables son de fabricación británica. También hay en carpeta la compra de tres submarinos Scorpene a Francia, otra razón por la cual los mandos militares aprueban avances en las negociaciones con Gran Bretaña.

La geopolítica, en este caso, también juega. En la reciente compra de los aviones F16 no hubo impedimentos, ya que el gobierno de Trump gestionó ante Gran Bretaña para que no pusiera obstáculos. Su principal interés, según fuentes oficiales, era evitar que Argentina terminara comprando los aviones chinos JF-17, reconocen las fuentes oficiales.
Oficialmente, el Foreign Office relativizó el artículo del diario británico, al afirmar a este diario: “No hay conversaciones específicas con Argentina sobre que el Reino Unido flexibilice sus controles de exportación de armas. De manera más amplia, esperamos profundizar nuestra cooperación con Argentina en áreas que incluyen comercio, ciencia y cultura”, afirmaron las fuentes a LA NACION. No negaron, de todos modos, que el Presidente pueda viajar el año próximo a Londres, un camino que comenzó el entonces presidente Carlos Menem, allá en 1998, cuando se reunió con el primer ministro británico Tony Blair, y que curiosamente continuaron otros presidentes peronistas: Néstor Kirchner, en 2003; Cristina Kirchner, en 2009; y Alberto Fernández, en 2021.
El descongelamiento del vínculo lleva, por cierto, varios años. En septiembre del año pasado, meses después del encuentro de Milei con el ex primer ministro David Cameron en la cumbre de Davos, se habló de un “nuevo comienzo” en el vínculo bilateral, escenificado por la reunión y el “acuerdo de cooperación” por ahora informal que suscribieron, en New York, la entonces canciller Diana Mondino y su par británico, David Lammy. Se incluyeron en aquel acuerdo el retorno del vuelo a las Malvinas con escala en Córdoba y el chárter para familiares, realizado a fines del año pasado.
Más cerca en el tiempo, en septiembre pasado, el sucesor de Mondino, Gerardo Werthein, recibió en tiempo récord las credenciales del diplomático de carrera y empresario David Cairns como nuevo embajador en el país. Como contrapartida, Argentina propuso a Gran Bretaña al experimentado diplomático Luis María Kreckler, aún cónsul en San Pablo, como nuevo embajador en Londres, aunque su pliego aún no fue aprobado por el gobierno del laborista Keir Starmer.
En mayo pasado, había estado en Buenos Aires Fabian Hamilton, veterano dirigente laborista, miembro del parlamento y trade envoy (enviado de comercio) para el Cono Sur, para sostener reuniones con sus pares del gobierno argentino y empresarios locales. Para Gran Bretaña, los puntos de interés pasan por rubros como la minería, la industria farmacéutica, los servicios financieros y legales, y algunos productos de consumo como el whisky.
¿Y el reclamo por las islas Malvinas? “Me comprometo a que, durante nuestro gobierno, podremos tener una hoja de ruta clara para que las Malvinas vuelvan a manos argentinas”, expresó el Presidente el 2 de abril pasado, frente al monumento en recordación de los caídos argentinos en la guerra entre ambos países, desde abril a junio de 1982. La idea esbozada por Milei en aquel acto-que Argentina “vuelva a ser potencia” y que, a partir de allí, los pobladores de Malvinas “quieran ser argentinos”-fue respaldada por la administración libertaria, aunque motivó distintas y duras críticas desde la oposición política. Un dato agregado: la nota en The Telegraph llega el mismo día en que en Malvinas se desarrolla la elección de las nuevas autoridades la isla, más de 43 años después de la guerra por la recuperación de la soberanía de las islas, iniciada por el gobierno de facto, y que terminara en aplastante derrota.
Con la colaboración de Mariano de Vedia







