El calvario de una exnadadora abusada durante años por su entrenador: "Era un blanco fácil"
Sarah Ehekircher dejó atrás el silencio y decidió contar los abusos que sufrió a lo largo de su vida por parte de su entrenador. Tras presentar una denuncia formal, la exnadadora estadounidense publicó un columna en un diario inglés donde reveló las violaciones de su coach. Producto del calvario que vivió tuvo abortos e intentó suicidarse.
Hace unos días, la exdeportista de 51 años, realizó una demanda civil en la Corte Superior del Condado de Orange, en Califronia contra su exentrenador, Scott MacFarland, casi 35 años desde que fue agredida sexualmente por primera vez, según publicó el portal Republic World. "Comenzó a prepararme para una relación sexual cuando tenía 16 años. Era joven y no tenía madre, lo que me convirtió en un blanco fácil", indicó Ehekircher, quien apuntó contra la institución USA Swimming. "No era ningún secreto lo que estaba pasando entre el entrenador MacFarland y yo", dijo al respecto.
You know you’ve hit a nerve, @sreidreporter when @swimswamnews, and @SwimmingWorld make up their own version of facts, stearing readers away from the "great" Shubear..wake up @goldmedalmel@jaredanderson&— Sarah K Ehekircher (@truthandkarma11) August 20, 2020
La víctima decidió contar su calvario en una extensa nota publicada en The Guardian. Según relata, su madre falleció cuando tenía 13 años y su padre comenzó a beber, por lo que comenzó a distanciarse de él. La pasión y el talento de Ehekircher en las piletas inició cuando tenía solo cinco a seis años, y luego continuó durante sus años en la secundaria. "Todo en lo que podía pensar era en ir a los Juegos Olímpicos. Ese es el cuento de hadas que los entrenadores venden a los niños que sueñan con convertirse en nadadores", explicó y agregó que que los entrenadores utilizan eso para que los niños accedan a hacer todo lo que les piden. "Lo sé porque me pasó a mí".
Echada de su casa
Ehekircher detalla que su padre la echó de la casa debido a que tenía bajas calificaciones. "Nadar era algo que me encantaba hacer y quería ir a los Juegos Olímpicos. Fue lo único positivo en mi vida en ese momento", añade. Por este motivo, se mudó a lo de una amiga por unos días, pero a medida que pasaban las semanas, su padre no le pidió que volviera. "Sin ningún otro lugar adonde ir, el entrenador MacFarland me pidió a mí, una estudiante de tercer año de secundaria que apenas tenía 17 años, que me mudara a su apartamento de una habitación",continúa. MacFarland tenía 30 años.
Los primeros abusos fueron emocionales y psicológicos. Antes de comer la obligaba a pesarse, le medía los brazos y le decía que era débil.También la hacía entrenar dos horas en una bicicleta fija luego del entrenamiento. "El objetivo era acabar con la confianza en mí misma. Eso hizo que fuera más fácil para él abusarme más tarde", sostuvo. Al poco tiempo de mudarse, MacFarland la violó mientras estaba en una competencia de natación en Irvine, California. "No di mi consentimiento".
https://t.co/S1DzV3yVEb&— Sarah K Ehekircher (@truthandkarma11) August 25, 2020
En la columna, Ehekircher aclara que no lo denunció porque tenía miedo y no tenía a donde ir, dado que su abusador era quien ponía un techo sobre su cabeza, pagaba la comida y su ropa. "Me pagó para viajar para hacer algo que amaba hacer, que era la parte más importante de mi vida. Sabía que no era normal incluso en 1986, pero era como si tuviera el síndrome de Estocolmo. Además, ¿qué opción tenía yo?", describe.
Abortos e intento de suicido
Ehekircher consiguió una beca de natación para estudiar en la Universidad de Arkansas y en ese momento MacFarland le dijo que solo podía regresar en las vacaciones si pesaba menos de 57 kilos. Era su primer año de la universidad y Ehekircher estaba embarazada producto de las violaciones. "Me vi obligada a decírselo a mi entrenador universitario, quien me llevó de regreso a Colorado para que pudiera tener un aborto. En ocho meses, terminaría con un segundo embarazo de él. Los abortos fueron una parte dolorosa y traumática de mi vida",asegura. En 1999, Ehekircher debió ser hospitalizada tras un intento de suicidio.
Ehekircher denuncia que los abusos que sufrió -que iniciaron en 1986 y continuaron durante la década del 90- eran conocidos en el entorno. "Se consideraba normal. USA Swimming no hizo nada para disuadir a los entrenadores de tener relaciones sexuales con sus atletas. Muchos entrenadores vieron el acceso sin restricciones a niñas prepúberes y adolescentes con poca ropa como una ventaja del trabajo", advierte.
En 2004 Ehekircher decidió contarle explícitamente sobre las violaciones a John Leonard,miembro del grupo de trabajo sobre abusos sexuales de USA Swimming. "En lugar de ayudarme o denunciar mi abuso a las autoridades, me dijeron que no era 'único', que sucede todo el tiempo, que debería simplemente superarlo y seguir adelante".
Ehekircher había perdido las esperanzas de que se hiciera justicia, hasta que en 2010 conoció otros casos similares de abusos en la natación. Eso la motivó a denunciar a su calvario frente a USA Swimming, que convocó una audiencia ante una junta de revisión donde MacFarland admitió tener una relación sexual con ella. Sin embargo, dijo que la joven tenía 18 años la primera vez que sucedió."Dado que no había una regla que prohibiera las relaciones entre el entrenador y el nadador hasta 2013, y dado que mi ´defensor´ designado trabajaba para el estudio de abogados de USA Swimming en ese momento, no fue una sorpresa que mis acusaciones no se consideraran creíbles, y ya era demasiado tarde para acudir a los tribunales civiles", explica.
"Mi entrenador de natación me había explotado, abusado y traicionado, y ahora también USA Swimming, no una sino dos veces", completa.
Sin embargo, el estado de California enmendó su estatuto de limitaciones para los casos de abuso sexual y, a partir de este año las víctimas tendrán tres años para presentar reclamos que anteriormente estaban prescritos. "La semana pasada, mi abogado Jon Little y yo presentamos una demanda en el Condado de Orange por las violaciones que sufrí cuando era una niña de 17 años por mi entrenador registrado de USA Swimmingen una competencia autorizada por USA Swimming, así como en varios otros lugares en todo el Estados Unidos. Y además, que USA Swimming sabía de víctimas anteriores y posteriores de MacFarland y las encubrió, en lugar de tomar medidas para detenerlo y protegerme a mí y a otros nadadores", detalla la exnadadora.
Para completar su columna, Ehekircher hizo un llamado de advertencia: "Mi historia es una de muchas.La gran mayoría de los atletas maltratados no se encuentran en el nivel olímpico, lo que significa que sus historias no trascienden a los medios ni tienen la fuerza para obligar a estas organizaciones a generar cambios significativos. Pero a medida que los entrenadores depredadores y las instituciones que los protegen están aprendiendo, no seremos silenciados para siempre".
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