El desagradable favor que Darío Barassi le pidió a una productora: “Yo no lo veo, pero lo siento”
Durante la edición del jueves, el conductor de 100 argentinos dicen interrumpió el programa para realizar una inesperada -y algo asquerosa- actividad

Como todas las tardes, Darío Barassi le dio la bienvenida a la audiencia de 100 argentinos dicen (eltrece) con una enorme sonrisa en el rostro. Agradeció al público por estar presente y aseguró, una vez más, que estaba muy feliz de poder pasar otra jornada dentro del estudio. Sin embargo, luego de saludar a las familias que competirían ese día, se distrajo con un detalle muy particular y esa breve pausa culminó con un extraña secuencia.
El ciclo de juegos comenzó el año con la conducción de una seguidilla de personajes que acudieron a ocupar el lugar de Barassi. Mientras tanto, él se encontraba en una licencia de dos meses con el fin de poder descansar y, de paso, utilizar el tiempo libre a dedicarse a otros proyectos. Las celebridades que fueron convocadas para dirigir el popular show fueron bien recibidas por la audiencia pero, de todas formas, el regreso de Darío fue aplaudido por todos los fanáticos del canal.

Una vez más, las tardes estuvieron cargadas de insólitos momentos y cómicas chicanas entre el actor, los participantes y los productores del programa. La edición del jueves no fue una excepción y, a pocos minutos de haber iniciado, el conductor desvió la atención, tanto del público como de los presentes, hacia un extraño detalle: su nariz.
Luego de entrar al estudio, explicó que llevaba puesta una gorra -accesorio que rara vez elije usar- porque tenía el pelo muy largo y manifestó que necesitaba visitar la peluquería con urgencia. Una vez realizada la aclaración, se dispuso a presentar a los concursantes. Pasadas las introducciones necesarias, se detuvo de manera súbita y dijo: “¿Sigue estando el pelo?”. Al mismo tiempo que realizaba la inesperada pregunta, estiró los labios con el fin de que la cámara pudiese enfocar con mayor facilidad sus fosas nasales.
Frente a la confusión de los presentes, agregó: “Porque me marcó Luli (quien se encuentra detrás de cámara) que tengo un pelo bastante poderoso”. A medida que comentaba el origen de su preocupación, se acercó lentamente al camarógrafo e inclinó la cabeza hacia atrás, en un nuevo intento de que los televidentes pudiesen detectar el vello facial.
Para ponerle un fin a las molestias que le causaba ese pequeño detalle, le pidió a La Colo -una de las productoras, con quien suele protagonizar cómicos cruces- que le alcanzara una pincita de depilar esterilizada y así removerle el pelo en cuestión. “Yo no lo veo, pero lo siento”, expresó y, con un toque de humor, detalló: “Son esos pelos que te sacás de acá (la nariz) pero te duelen acá (el trasero).
Lejos de terminarse ahí, el suceso se extendió por un par de minutos. Una vez que la productora le alcanzó el objeto necesario y le arrancó el vello, Darío lo sostuvo con firmeza entre el pulgar y el índice de su mano y lo trasladó alrededor del estudio. Sorprendido porque era una extensa cana, comentó con una sonrisa: “¿Quien quiere un pelo canoso y con moco de Barassi? Sería un lindo acto de amor”. Como los presentes rechazaron la propuesta, decidió guardarlo y continuó con el siguiente juego como si nada hubiese pasado.
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