A pesar de que algunos locales de música cerraron definitivamente sus puertas desde el comienzo de la pandemia, la industria de los shows, que fue una de las más castigadas desde marzo de 2020, está mostrando claros signos de reactivación
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Tarde de sol en la Costa Atlántica. A falta de lona, sombrilla y el churrero que pasa por delante con su carro hay un recital en la playa. No es una postal de otro tiempo, es una imagen de octubre de este año. Soledad Pastorutti cantó al aire libre, desde un escenario montado al pie de la carabela de Santa Teresita. El show, libre y gratuito, para celebrar el Día de la Madre, fue una de tantas muestras del regreso de la música en vivo con público presencial. Los escenarios se están reactivando rápidamente para la escena musical, le están poniendo luz a esta industria cultural ensombrecida durante un año y medio. Y si bien se trata de una actividad que no es tan fácil de mensurar, como sucede con el cine o el teatro, hay hechos y número que dan cuenta de esta situación.
El combo de datos no es una cajita feliz pero, al menos, combina varios factores que podrían mostrar en esta reactivación algo sostenido. Si no se vuelve atrás por nuevas olas de Covid-19, el gran aumento en el porcentaje de vacunados, la baja de casos de personas infectadas y de fallecimientos y la flexibilización en las reglamentaciones -el dato fundamental es el aumento del porcentaje de aforo, según la jurisdicción, entre el 50 y el 100 por ciento- es un encadenamiento de hechos positivos.
“Estamos viendo que los espectadores están respondiendo bien; están acompañando las ampliaciones de aforo. Los shows están funcionando bien, además en buen momento se aplica el programa Impulsar 2. El Ministerio de Cultura de La Nación inyecta fondos para que los artistas puedan realizar sus presentaciones en los meses venideros. Nos tiene a todos muy entusiasmados con la idea de poder volver a la normalidad que estábamos acostumbrados”, explica Gerardo Rojas, presidente de la Asociación Civil de Managers Musicales Argentinos (Acmma). “Seguimos trabajando y a la espera de las habilitaciones de los micros de gira para poder recorrer el extenso territorio que tenemos. La ampliación de aforo y los festivales que se están reactivando para la temporada necesitan estos servicios desde el arco artístico, bien regulados. El trabajo que nos toca combinar con el Estado y, por otro lado, el trabajo con nuestros artistas, viene bien”, resume.
Hasta el último lunes estuvo vigente la convocatoria de fomento impulsada por el Instituto Nacional de la Música y el Ministerio de Cultura de La Nación. Se otorgaron 1080 subsidios. Con 90 millones de pesos destinados a reactivar la industria musical, el 60 por ciento de ese monto fue destinado a la música en vivo y el 40 restante a las grabaciones. “El incentivo es para todo lo relacionado con el sector. En el caso de la música en vivo puede ser destinado a pasajes para giras, prensa, técnicos escénicos, músicos contratados que no formen parte de un grupo estable, entre otras cosas”. explica Diego Boris, titular del Instituto Nacional de la Música (Inamu).
La otra cara de esta situación es lo que el coronavirus deja atrás. De un relevamiento realizado por Inamu se estableció que desde el comienzo de la pandemia cerraron el 12 por ciento de los locales de música en vivo. Y desde que se flexibilizaron las reglamentaciones, el 80 por cierto ya está trabajando nuevamente. Entre los que cerraron sus puertas, hay casos emblemáticos y recientes, como el del local de jazz Notorious y Café Vinilo, que la última semana anunció su cierre definitivo en la casona de la calle Gorriti para renacer en otra sala, más chica, tan pronto como se pueda.
“Dentro del circuito de música, desde el comienzo de la pandemia cerraron locales en todo el país por diferentes motivos, como familiares o por la situación económica –dice Boris-. Para bien nos sorprende que ya haya un ochenta por cierto de entre los que pudieron sostenerse que ya están funcionando. Hay algunos que diversificaron su actividad. Mientras que antes ofrecían solo música en vivo ahora también incluyen oferta gastronómica y otro tipo de actividades durante la semana. La situación es diversa en cuanto a los aforos. Pero lo que se trata es de que vuelvan todos a su normalidad. Todo esto en un contexto de mucho esfuerzo. Me refiero a que ese ochenta por cierto que está funcionado lo hace con mucho esfuerzo”.
Las opiniones son alentadoras. Noel Yolis, gerenta de programación y contenidos de Ciudad Cultural Konex dice que las últimas modificaciones en el protocolo fueron fundamentales para la actividad. “Principalmente porque nos permitieron ampliar la capacidad con la que veníamos trabajando: ya estamos al 100% en la sala cubierta, que tuvimos que equipar con ventilación mecánica, y en el patio, nuestra sala principal al aire libre, ya estamos trabajando con una capacidad de 1000 personas, que es casi el doble de lo que teníamos con las burbujas. En breve esperamos poder tener también el 100% de la capacidad en el patio, sería lógico que suceda eso”, explica. A ese espacio del Abasto volvieron los rituales rítmicos de la Bomba de Tiempo. En noviembre, del 3 al 7, se realizará el 6º Festival Konex de Música Clásica: 2021 “Tchaikovsky y la Escuela Rusa”.
“Tanto del lado del público como de los artistas y de las salas, creo que esta última apertura se vivió como una especie de liberación: ahora sí empezamos a sentir que dejamos lo peor de la pandemia en el pasado y empezamos un camino de regreso a cierta ‘normalidad’. La gente fue muy respetuosa y muy comprensiva también, ante todos los cambios que tuvimos que hacer de manera imprevista, y en los shows se bailó todo. En nuestro caso, ya teníamos casi completamente cerrada la programación de octubre y noviembre, por lo que no sufrió grandes modificaciones, pero sí nos permite encarar de otra manera el verano, la temporada más importante para nosotros”, completa.
Suena el teléfono
El verano es clave, no solo para un multiespacio capitalino. Varios festivales tradicionales cordobeses dieron a conocer parte de su programación durante la primera semana de octubre, cosa que no sucedía ni siquiera en los años prepandémicos de “normalidad”. Adrián Canedo, que tiene una agencia de representación y managment desde hace más de dos décadas, y con artistas de los más diversos estilos, aporta algunos datos al respecto.
“Nos agarró por sorpresa. Como si en los últimos diez días se hubiera apretado un botón para que comenzara la demanda de contrataciones. También el agregado de funciones de shows que nosotros producimos. En las vacaciones de invierno también se notó un poco. Con Canticuénticos pensamos probar con cuatro funciones en el teatro Astral y terminamos haciendo 16. La sensación es que la gente está con avidez de conciertos en vivo. Argentina es una plaza en la que la gente asiste y disfruta mucho de los conciertos en vivo de todo género. Las últimas dos semanas tenemos una demanda fuerte del Interior. Y lo que observo es que los artistas están con un nivel de entrega de energía muy grande. El concierto de Miguel Mateos en el Gran Rex (donde festejó sus cuatro décadas de carrera) fue una prueba muy acabada de esto. Y también se nota en el feedback de la gente”.
Varios teatros porteños, especialmente los céntricos, son los receptores de muchos grupos y solistas que retomaron la actividad con público o dejaron en suspenso las presentaciones de sus nuevos discos. Al menos en las salas de la avenida Corrientes, la mayoría de las propuestas musicales agendadas tres o cuatro meses atrás no tuvieron que ser reprogramadas, como sucedió varias veces desde el comienzo de la pandemia. Y a éstas se sumaron otras agregadas desde el cambio en los protocolos.
Al mismo tiempo, hay una especie de primavera festivalera que permite ver acuerdos cerrados que años atrás no se terminaban de definir hasta mediados de diciembre. Como si las pretensiones de los artistas, especialmente los de mayor convocatoria de público, no fueran tan altas. Como si el valor de cachet estuviera en un segundo plano. Como si lo más importante fuera subir al escenario y tocar, aun cuando el factor económico es relevante luego de una pausa de más de un año (más allá de que hubo algunos meses en los que las restricciones se flexibilizaron o que el streaming ayudó a generar algo de dinero).
Canedo acuerda con este punto de vista. “Sí, eso es verdad. Tanto los que organizan los festivales, como los artistas y nosotros, desde nuestra visión de managers, es que la rueda gire. Hay que empezar. Hay que poner primera y comenzar a trabajar. También con la certeza de que hay avidez del público. En un gran porcentaje, durante el último año y medio los artistas no hicieron nada, o casi nada. Los streamings tuvieron un furor de tres meses. Nada más. Hay realidades diferentes entre los artistas. Algunos pudieron aguantar la pandemia y otros no tanto, pero más allá de esto, la vida de muchos es estar arriba de un escenario, de un avión o de un micro. Que eso se detenga de un día para el otro fue algo bastante difícil de digerir y creo que hay un denominador común en todo el universo artístico: volver a hacer lo que ellos hacen. Con los artistas que yo produzco y que viene del exterior, por ejemplo, ya tenemos fechas agendadas para abril y mayo del año que viene”, completa.
Escena estatal
Casi en el mismo ritmo que la escena privada, las salas estatales van ampliando su oferta en la medida que los protocolos se flexibilizan. El teatro Colón retomó la programación de su temporada de lírica, de conciertos y ballet, incluso con la llegada de figuras extrajeras, como la soprano rusa Olga Peretyatko. El CCK tiene preparado un gran homenaje a Charly García, este sábado, y una agenda ampliada de actividades musicales para lo que resta del mes, que incluyen el Festival Guitarras del Mundo o la integral de obras para órgano de Bach. El Teatro Argentino, de La Plata, tiene programación hasta diciembre, con entrada gratuita (previa reserva online) de conciertos sinfónicos y corales, galas líricas, funciones de ballet, espectáculos infantiles y obras de teatro contemporáneo a cargo del TACEC. Este fin de semana la Orquesta Estable tiene programado conciertos con la batuta de Lucía Zicos y para noviembre y diciembre se agendaron funciones para toda la familia del Carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns. Por su parte, el Ballet Estable hará reposiciones de Llamas de París, Diana y Acteón y Baile de graduados.
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