Cumelén Country Club. La historia del paraíso en la Patagonia que fue creado para resistir una expropiación de Perón
En 1950, amenazado por las confiscaciones de tierras que se repetían en la región (y en gran parte del país), Exequiel Bustillo dividió su estancia e invitó a sus amigos a invertir en un novedoso modelo de urbanización
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El día que Exequiel Bustillo se enteró de que el gobierno de Juan Domingo Perón había expropiado las tierras de la familia Lynch en la península de Quetrihué, comprendió que su estancia estaba en peligro. Intuía que, en cuestión de tiempo, sería desposeído de su amada Cumelén. Primero, en un acto reflejo, puso la propiedad a la venta. Pero luego encontró una forma más ingeniosa para permanecer en el lugar e impedir la enajenación: fraccionar la tierra. Pensó que si multiplicaba la cantidad de propietarios, multiplicaría también la resistencia. Y acertó. Así, en pocas palabras, nació Cumelén Country Club.
El sueño de Bustillo
Carlos “Yayo” De Mendieta es historiador. En su libro “Una aldea de montaña”, publicado en 2002, desanda la historia de su ciudad, Villa La Angostura. Y destaca el rol de Exequiel Bustillo, protagonista de aquellos años fundacionales.
“Bustillo llegó a la región en 1931 invitado por su amigo de la infancia, Luis Ortiz Basualdo -comienza De Mendieta-. Ortiz Basualdo tenía una estancia en Huemul, entre Bariloche y Villa La Angostura. Cuando conoció el lugar, Bustillo quedó fascinado. Fue amor a primera vista: ese mismo año compró 625 hectáreas que pertenecían a don Jorge Newbery, tío del prócer de la aviación argentina. Poco después compró otro pedazo de tierra que pertenecía al norteamericano Elbert Weeks, primo hermano de Newbery, que no había cumplido con el compromiso de inversión necesario para lograr la titularidad de las tierras. En esos tiempos, había dos maneras de adquirir tierras: por pago contado o a través de un contrato firmado donde el comprador se comprometía a realizar inversiones que luego eran fiscalizadas por la Dirección de Tierras y Colonias”.
Cuando regresó a Buenos Aires, Exequiel Bustillo comenzó a pensar qué nombre le pondría a su estancia. En su libro “El despertar de Bariloche”, cuenta que tuvo su momento de inspiración mientras consultaba un diccionario araucano en la biblioteca del Jockey Club. Ahí descubrió que Cumelén es el equivalente a la expresión francesa “sans Souci”, que significa “sin preocupación”. Y pensó que era perfecto: además de la buena eufonía, sintió que ese vocablo expresaba fielmente su propósito.
-¿Qué sucede después de que Bustillo compra la propiedad en 1931, Yayo?
-Ese mismo año comienza la construcción del casco de la estancia, un proyecto de su hermano, Alejandro Bustillo. Al mismo tiempo, Exequiel nombra de encargado de la propiedad a un inmigrante italiano llamado Carmelo Di Tomasso, que se trasladó con su mujer y su bebé hasta el lugar. Él fue quien hizo los primeros trabajos de movimientos de tierra, colocación de alambrados y cercos de madera, hizo la primera huerta y construyó el gallinero. Di Tomasso estuvo en Cumelén hasta 1937, después se fue a trabajar como jardinero al hotel Llao-Llao. Exequiel Bustillo visitaba la propiedad dos o tres veces al año, pero como aún no tenía su vivienda construida se hospedaba en el Hotel Correntoso de Primo Capraro o en Puerto Manzano, propiedad del inglés Ernesto Jewell.
Exequiel Bustillo inauguró su casa en enero de 1934, aunque recién completó las ampliaciones un par de años después. En esa época la construcción en la villa traía emparejado un gran desafío de logística: los materiales se compraban en Bariloche y luego debían ser transportados hasta La Angostura en lancha. La primera vivienda constaba de tres dormitorios, un baño y dependencias de servicio. También tenía un muelle, un garage y un jardín lleno de flores que ocupaba el tiempo de la mujer de Bustillo.
Como el deseo de Exequiel Bustillo era que toda la zona progresara, impulsó otras obras más allá de los límites de Cumelén: promovió la instalación de una oficina radiotelegráfica en Correntoso y otra de mayor potencia en Bariloche, y también recaudó fondos para la construcción de caminos. “Por toda su tarea en la región, en septiembre de 1934 lo nombraron primer presidente de la recién creada Dirección de Parques Nacionales”, cuenta De Mendieta.
Durante los 10 años que estuvo en el cargo, entre 1934 y 1944, Bustillo se propuso posicionar a la Patagonia como uno de los principales destinos turísticos del país. Para lograrlo, además de su astucia y perseverancia, contó con la ayuda de su hermano, el arquitecto Alejandro Bustillo que, por encargo suyo, diseñó la Catedral de San Carlos de Bariloche y el hotel Llao Llao, entre otros edificios en la región.
“Invitaba a sus amigos de Buenos Aires a invertir en el lugar y construir sus viviendas de veraneo. En ese tiempo adquirieron terrenos los Pinedo, Elizalde, Lanari, Surra Canals, García Merou, Serantes, Demaría”, detalla De Mendieta.
La gestión de Exequiel Bustillo atravesó los gobiernos de Agustín Pedro Justo, Roberto Marcelino Ortiz y Ramón Castillo.
El primer country club de la Patagonia
-¿Qué sucedió cuando Juan Domingo Perón llegó al poder?
-Comienzan las expropiaciones en la región. A la familia Pinedo, a los Lynch... también se expropió la estancia “La Primavera” de la familia Larriviére. Fue entonces cuando Bustillo comprendió que él también podía sufrir la enajenación de su querida estancia, Cumelén. Lo primero que hizo fue ponerla en venta, pero no era lo que él quería realmente. La idea de perder ese lugar lo atormentaba.
-¿Y qué hizo entonces?
-Se juntó con Amaro Detry y su cuñado, Carlos Facio. Inspirados en la historia del Club de Campo Tortugas, fundado en 1930 y reconocido como el primer country club de la Argentina, resolvieron que la mejor forma para evitar la expropiación era fraccionar la tierra y crear una comunidad deportiva: fundar un country club. Para formalizar la propuesta, crearon una sociedad anónima con capital suficiente para comprar la propiedad y construir espacios que permitiesen el desarrollo de distintas actividades deportivas.
En 1950, Cumelén S.A. adquirió las primeras 52 hectáreas. En ellas, estaban comprendidas las obras realizadas por Alejandro Bustillo. Había solo dos viviendas: la casa de Exequiel Bustillo y otra que había construido su cuñado, Carlos Pacheco Santamaría.
El arquitecto Ernesto de Estrada fue el encargado de realizar la división de la tierra, de la que resultaron 60 lotes. La venta de los terrenos se realizó en dos etapas. Los primeros 30 compradores recibieron título de “socios fundadores”, obtuvieron parcelas con superficies excepcionales de 3.000 metros cuadrados y se convirtieron, en el acto, en accionistas de Cumelén S.A.
En la segunda etapa, los 30 lotes restantes salieron a la venta con el valor de mercado, bastante más elevado, y las acciones de la Sociedad Anónima, imprescindibles para gozar de las instalaciones del Country Club, se vendieron por separado.
-¿Quiénes fueron los integrantes de este grupo que se convirtieron en los primeros compradores de Cumelén Country Club?
-Fueron Jorge Tanoira, Carlos Facio, Jorge Lavista, Carlos Lavista, Jorge Garaycochea, Noemí Tanoira de Irribarren, Guillermo y Oscar Kraft... Luego se abrió la venta de lotes a amigos y familiares.
-¿Qué sucedió con Exequiel Bustillo?
-La señora de Detry, Elena “Helen” Kemp, a quien llegué a entrevistar, me contó fue muy doloroso para Bustillo vender la propiedad al grupo de amigos y por eso no quiso volver durante varios años. Con el dinero de la venta se compró un campo en Maipú, provincia de Buenos Aires. Recién regreso a Cumelén en 1966 cuando el Monseñor Nevares, Obispo de Neuquen, bautiza la Bahía de Cumelén, con el nombre de Exequiel Bustillo.
Cumelén y Villa La Angostura
Cumelén Country Club, que se extendió hasta el faldeo de Cerro Bayo, hoy cuenta con 170 hectáreas, que se distribuyen de la siguiente manera: 72 corresponden a lotes, 49 son reservas naturales, 35 están dedicadas a espacios comunes, principalmente deportivos, y al club house, que era el casco de la estancia de Exequiel Bustillo. El resto, son calles internas.
Cualquier persona que disponga del capital suficiente puede comprar una casa dentro del loteo. No existe un proceso de admisión. Sin embargo, para convertirse en socio de Cumelén Country Club y gozar de todos sus beneficios es necesario, además de tener una propiedad, ser presentado por tres socios. En los últimos tiempos, dado que el club experimentó un crecimiento orgánico sostenido en el tiempo y su infraestructura es limitada, sólo se generan vacantes por bajas de socios. Si nadie se va, nadie entra.
El club hoy cuenta con aproximadamente 1400 socios de todas las categorías, entre activos, juveniles, cadetes y menores. También hay socios honorarios. Mayoritariamente son familias que se fueron agrandando con las nuevas generaciones que se van incorporando.
Hay un código que rige la convivencia entre los vecinos: la discreción. Se sabe que luego de muchos años de disfrutar del country como invitados, Mauricio Macri y Juliana Awada estrenaron su propia casa en 2022. Se trata de una propiedad construida en cuatro módulos, revestidos en chapa negra, sobre un terreno que está en primera fila frente al lago Nahuel Huapi, en la bahía de San Patricio. Su anfitrión, en los años previos, fue el empresario de la construcción Nicolás Caputo, “hermano del alma” del ex presidente, quien solía prestarles su casa, una de las más antiguas del country, llamada “Kitty Mapu”. Está también Luis Caputo, ministro de finanzas del macrismo. La guía de teléfonos se destacan los apellidos Roviralta, Miguens, Blaquier, Otero Mosegur, Roemmers, Fernández Madero, Tezanos Pinto, Kocourek, Cohen, Quintana… En los últimos años, entre sus visitantes frecuentes se destacan Guillermo Alejandro y Máxima, reyes de los Países Bajos.

Para De Mendieta es imposible separar la historia de Cumelén Country Club de la de Villa La Angostura. “El club nació en 1950 y se consolidó a la par del pueblo, que era un pequeño poblado de 500 habitantes. Y si bien la mayoría de los propietarios solo vienen algunos meses al año, Cumelén tuvo un rol muy importante en el desarrollo de la zona”, asegura.
-¿Cómo es la relación entre la comunidad de Villa La Angostura y los vecinos de Cumelén?
-Cumelén logró una gran integración. Los socios del country hacen mucha ayuda social y colaboran con distintas instituciones de la villa. Creo que lo más importante es que lo hacen en silencio, no lo difunden. Yo conozco, con absoluta certeza, que el presupuesto que tiene Cumelén para beneficencia es mayor que el presupuesto que tiene la municipalidad para ayuda social. Eso hay que reconocerlo, siempre fue así. Es más, el centro de esquí Cerro Bayo se hizo por iniciativa de Jean Pierre Raemdonck, pero la plata la pusieron los socios de Cumelén. Sin Cumelén no existiría Cerro Bayo.

-¿La casa de Bustillo aún sigue en pie?
-Sí. El casco de la estancia, donde estaba la casa de Exequiel Bustillo, se conserva intacto: ahí funciona el club house del country. Es un lugar de reunión.
-¿Qué opina cuando se cuestiona a Cumulén por ser un lugar asociado a la elite argentina?
-Pienso que el bajo perfil es algo que los distingue. En ningún momento ellos hacen ostentación del poder económico que en definitiva tienen sobre la comunidad. Eso es algo que nosotros valoramos.