Mediante un sistema constructivo económico y muy liviano, la unidad pudo crecer en altura. Y lo fundamental: recuperar el patio.
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La hoja en blanco dice que existen solo 30m2 para construir, en el corazón de una manzana palermitana, un pequeño oasis en el que no falten contacto con la naturaleza, luz natural y aire, mucho aire. La realidad diría que, mejor, olvidarse. A lo que una mente aguda le retrucaría que, ante los condicionamientos, siempre existirán grandes ideas. Testigo de esa capacidad para hacer lo mejor con lo que uno tiene es este PH, hoy el paraíso personal de la arquitecta Milagros Ratto.
Cuando lo descubrió, se encontró con un espacio diminuto que había sufrido el peor atentado contra la identidad de esta tipología tan nuestra: el patio había sido techado para ganar superficie. Esas dos limitaciones catapultaron el ingenio de Milagros y el de su amigo, colega y socio en Kohan-Ratto Arquitectos, Brian Kohan. Obsesionados con recuperar el vacío perdido, fueron capaces de dejar de pensar en metros cuadrados para hacerlo en metros cúbicos y, así, dar a luz una reversión fresca de la edificación original de los años 40.
Haber planteado el segundo nivel como entrepiso hizo que el living “ganara metros” con la doble altura.
Lleno de luz
La cocina se configuró en una isla revestida en eucalipto que oculta el horno, el microondas y sostiene un discreto anafe eléctrico. El pequeño recorte en el frente de la isla permite poner una banqueta sin quitar espacio del salón. Amoblamiento de melamina blanca (Estudio Kohan-Ratto). La alzada se hizo con cerámicos grandes con una junta casi imperceptible.
"Para generar la mayor cantidad de espacio libre, el gran desafío siempre es pensar creativamente los lugares de guardado."
Arq. Brian Kohan
Los límites entre el estar, la cocina y el patio se diluyen mediante el mismo piso de cemento alisado y carpinterías de hierro con tres puertas (la del medio, plegable) que abren el living por completo.
Más allá de las puertas, el vidrio sube hasta hacer de la pared una superficie totalmente transparente. Una decisión que cambió la experiencia de la casa por completo
Áreas elevadas
"Hicimos lo contrario de lo que generalmente se hace: en lugar de ganar metros techando el patio, nos propusimos recuperar el vacío. Cuando desmantelamos el techo de chapa, esa pequeña porción del terreno se convirtió en mi jardín. ¡Y apareció la enredadera del vecino!"
Arq. Milagros Ratto
Para lograr el efecto de una fachada continua, revistieron los muros con esta chapa de veta fina y aspecto delicado cuyo sistema de encastre oculta los tornillos. Además, no requiere mantenimiento.
Para el dormitorio, también una pared vidriada de piso a techo. “Si bien los ambientes son chicos, todos están asociados con algo que te permite proyectarte fuera de ellos”. Las carpinterías tienen un espacio previsto para colocar cortinas roller. La madera de eucaliptus se dispuso en placas fenólicas para los pisos de las plantas superiores y en tablones para los peldaños de las escaleras.
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