Desde los comienzos del mundo, el ser humano intenta interpretar, conocer, ordenar y clasificar la naturaleza. Culturas antiguas, como la griega, la romana y la china, se han abocado a esta interminable tarea. Aquí nos ocuparemos de los botánicos que hicieron historia, quienes fueron –y son– los que dedicaron su vida a desentrañar el mundo vegetal.
Pioneros de la Antigüedad
Si intentamos trazar una línea de tiempo para conocer los primeros pasos en la botánica, imposible no empezar por Teofrasto. Fue un filósofo griego nacido en 372 a.C., discípulo de Platón y de Aristóteles, y sus conocimientos abarcaron la geología, la física, la metafísica y la botánica. Dentro de su obra se encuentran Historia de las plantas, donde hizo la primera clasificación sistemática de las plantas con sus propiedades medicinales, y La causa de las plantas. Ambas publicaciones fueron un gran aporte hasta la llegada del Renacimiento. Es considerado el padre de la botánica.
Puede destacarse el trabajo realizado por Dioscórides (40 d.C.-90 d.C.), médico de la antigua Grecia, quien divide el reino vegetal en: plantas medicinales, alimentarias y venenosas. Durante la Edad Media hubo un gran paréntesis en los avances de la botánica ya que esta ciencia se circunscribió al estudio de las plantas para uso medicinal.
En el auge de la ciencia
Muchos, pero muchos años después, en el siglo XVII, el naturalista inglés John Ray describe 19.000 plantas. Para su identificación utiliza el latín, y sigue el esquema de Teofrasto, denominado polinominal, que consistía en enumerar sus principales características. También dividió las plantas en dos grandes grupos: monocotiledóneas y dicotiledóneas. Entre 1686 y 1707 publicó su libro Historia generalis plantarum, donde describía las plantas descubiertas.
Casi en la misma época y geografía, Thomas Fairchild (1667-1729), jardinero londinense, propietario de un vivero en las afueras de Londres que no poseía estudios científicos, fue el primero en conseguir hibridar una flor: logró una variedad de clavelina. Aunque fue un gran avance para la ciencia, el descubrimiento tardó en darse a conocer por razones religiosas, ya que se podía entender como una intervención en el orden natural, además de que coincidió con la llegada de numerosas plantas desde Asia y América.
En 1730, nace en los Países Bajos Jan Ingenhousz, investigador, médico, botánico y químico. A él le debemos el descubrimiento del proceso de la fotosíntesis. Además, realizó experimentos para medir la cantidad de oxígeno que consumían y liberaban las plantas en el proceso de respiración, y demostró que las plantas eliminan CO2 durante la noche.
En la época luminosa del Renacimiento se realizaron brillantes descubrimientos y avances. Carl von Linné (1707-1778), médico y botánico sueco, dejaría para siempre su legado con la creación del sistema binominal, una forma fácil y utilizada hasta nuestros días para nombrar a los seres vivos. Creó entonces el sistema que consiste en la utilización de dos términos para nombrar a las plantas: el primero corresponde al género (y se escribe en mayúscula) y el segundo a la especie (y se escribe en minúscula). Además agrupó los géneros en familias y las familias en clases.
El 14 de septiembre de 1769 nace en Alemania Alexander von Humboldt, geógrafo y naturalista. Colecciona plantas de distintas regiones y es en Francia donde conoce al joven botánico Aimé Bonpland, quien se convertiría en su compañero de expediciones. En 1799 zarparon ambos desde España en la corbeta Pizarro rumbo a Venezuela y por el camino fueron recolectando distintas plantas. En Perú, Humboldt además estudió el guano de aves como fertilizante. Después se dedicó a recopilar todo el material obtenido en 33 volúmenes titulados: Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. Por su parte, Bonpland regresa a América donde se casa y se instala.
Años más tarde, Heinrich Gustav Adolf Engler (1844-1930), botánico y taxónomo polaco, crea el sistema de clasificación de familias y géneros de plantas que lleva su nombre. Fue director del Jardín Botánico de Berlín desde 1880 hasta 1921.
Las mujeres botánicas
En esas épocas, el estudio de las ciencias estaba vedado para las mujeres, pero como en todo, hay excepciones.
Jane Colden (1724-1766) fue la primera botánica americana, relevó más de 300 especies de la flora de Nueva York y produjo un sistema para imprimir las hojas; además, fue una excelente ilustradora botánica. La francesa Jeanne Baret (1740-1804) fue una botánica destacada y la primera mujer en dar la vuelta al mundo, aunque se hizo pasar por varón para poder subir al barco. Trabajó con el botánico Philibert Commerson, conquien se casaría tiempo después. Juntos recolectaron más de 6.000 especies de plantas, de las cuales algunas llevaron el nombre de commersonii en honor a él. Recién hace poco tiempo fue reconocido el aporte de Jeanne a la botánica y Solanum baretiae fue nombrado en su honor.
Blanca Catalán nació en España (1860-1904), en el seno de una familia aristocrática de la época. Aunque no tuvo estudios científicos, heredó de su madre el amor por las plantas y de ella aprendió a reconocer especies y a hacer herbarios. Descubrió especies de España que hasta el momento eran desconocidas.
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