Ocho historias de amor para festejar el día de San Valentín, entre personajes apasionados a romances inolvidables
Del nuevo capítulo de Bridget Jones a los estrenos en plataformas, en donde se puede ver también imborrables clásicos
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El festejo del día de San Valentín es una costumbre relativamente reciente de este lado del mundo. Aunque algunas de las tradiciones relacionadas con el día de los enamorados empiezan a incorporarse localmente. Sobre todo en el mundo audiovisual que en sincronía con lo que sucede en el hemisferio norte para estas fechas se llena de propuestas románticas. Hay estrenos en cine como la nueva entrega de las aventuras de Bridget Jones que llegó esta semana a las salas de cine de todo el mundo, incluida la Argentina, además de películas y series ya conocidas que cada 14 de febrero vuelven al ruedo. Porque, más allá de lo que diga el calendario, cada una de ellas representa lo mejor, lo más novedoso, emocionante y entretenido del género romántico.
Los estrenos
Cualquier espectador aficionado a las comedias románticas sabe que tras su triunfal resurgimiento entre finales de los años 80 y los noventa, el género, que alguna vez representó una de las apuestas más lucrativas para Hollywood, perdió su brillo. Y el lugar privilegiado en los estudios de cine que empezaron a dirigir su negocio hacia películas que pudieran interesar a los espectadores más jóvenes, que permitieran la venta de merchandising y habilitaran la posibilidad de secuelas. Tres características que en principio no parecerían encajar con las comedias románticas. Sin embargo, el lanzamiento de Bridget Jones: loca por él, desafía ese preconcepto. Se trata, después de todo, de la cuarta entrega de la saga sobre el personaje interpretado por Renée Zellweger. Adaptada, como el resto de los films, de las novelas de Helen Fielding, la nueva película sigue al querido personaje en un momento crucial de su vida sentimental y de su llegada a la madurez. La búsqueda del amor de la singular londinense continúa 24 años después con algunas ausencias y la presencia estelar de Hugh Grant y Emma Thompson.
Para los que prefieran ver un largometraje estreno en casa, mañana estará disponible en Apple TV+ El abismo secreto, el film protagonizado por Anya Taylor Joy y Milles Teller que lleva la idea de amor a la distancia a su sentido más literal. El romance combinado con elementos de ciencia ficción imagina a cada uno de ellos como los guardianes de un abismo que podría ser la puerta al infierno, un bosque encantado o el lugar de un terrible virus que las fuerzas de seguridad de occidente y oriente patrullan desde fines de la Segunda Guerra Mundial. Sin saber su ubicación geográfica o exactamente qué es lo que están custodiando, Levi (Teller) y Drasa (Taylor-Joy), vigilan cada uno desde su torre y aunque las reglas no lo permiten, empiezan a establecer un vínculo de camaradería que deviene en un romance con potencial trágico.
Por otro lado, Netflix lanzó hoy La dolce casa, uno de sus ya acostumbrados romances de protagonista masculino norteamericano en un bucólico paraje europeo. En este caso se trata de Eric Field (Scott Foley), un viudo que viaja a un pueblo italiano para tratar de evitar que su hija Olivia (Maia Reficco) compre una vieja casa a restaurar en el lugar. Allí, Eric conoce a Francesca (Violante Placido) la alcaldesa del pueblo decidida a que se realice la transacción. Así, en la búsqueda de reconectar con Olivia, Eric se topa con la posibilidad de un nuevo amor y un cambio de vida que no estaba en sus planes. Convencional, pero entretenida, La dolce casa, cumple su cometido gracias a su encantador elenco encabezado por Foley, al que muchos recordarán como el dulce Noel de la serie Felicity, aunque ahora el actor ya haya pasado de interpretar a un estudiante universitario a ser el padre de uno. Bridget Jones: loca por él, disponible en salas; El abismo secreto, desde mañana en Apple TV+; La dolce casa, disponible en Netflix
La sorpresa

Mi yo del futuro es el poco inspirado título con el que se encuentra este fantástico film en Prime Video. Al contrario de lo que sugiere su nombre, esta película que combina la típica historia de adolescente en el proceso de dejar su pueblo natal para ir a la universidad, con el relato de un primer amor y algunos elementos de fantasía, resulta en un largometraje extraordinario. Todo gira en torno a Elliot (Maisy Stella), una joven que con 18 años recién cumplidos pasa sus últimos días en casa recorriendo los lagos de la zona con sus amigas, ignorando a sus padres y hermanos y teniendo encuentros furtivos con la chica que le gusta. Segura de sí misma, intrépida y curiosa, Elliott decide festejar su cumpleaños probando una combinación de hongos alucinógenos que le producen un efecto inesperado: luego de consumirlos, convoca a su yo del futuro, interpretada por la siempre brillante Audrey Plaza. A partir de ese encuentro, Elliott cambia su forma de ver el mundo al aplicar todos los consejos de su encarnación futura. Todos excepto uno: la advertencia de correr para el otro lado si llega a cruzarse con un tal Chad (Percy Hynes White) no consigue que Elliott se mantenga alejada del nuevo empleado de su padre, un tal Chad. Lo que sigue es una historia de amor, varias en realidad, de aceptación y acercamiento a la madurez delicadamente enhebradas por la directora y guionista canadiense Megan Park. Disponible en Prime Video.
Clásicos

Las numerosas adaptaciones de las novelas de Jane Austen ocupan un lugar de privilegio tanto en el cine como en la TV. Las comedias de modales o los melodramas románticos fueron trasladados a las pantallas con diversos grados de fidelidad con el texto original, pero pocas versiones resultaron más exitosas y perdurables que la que realizó Joe Wright hace veinte años. Su Orgullo y prejuicio protagonizado por Keira Knightley y Matthew MacFadyen, como los perfectos Elizabeth Bennett y Darcy es el mejor ejemplo de un clásico moderno, una película cuya puesta en escena, dirección de cámaras y de actores resiste el paso del tiempo y obliga a quedarse viéndola cada vez que aparece en pantalla. Un efecto que en su momento también generaba Algo para recordar, el drama romántico protagonizado por Cary Grant y Deborah Kerr, que dirigió Leo Mcarey en 1957. La historia de amor entre Nickie (Grant), un mujeriego listo para casarse por interés, y Terry (Kerr), una cantante desilusionada con la idea de un romance, no solo es una perfecta representación del proceso de enamoramiento, sino que cuenta también con una resolución que inspiró a una nueva generación de directores y guionistas como Nora Ephron, que construyó la trama de Sintonía de amor alrededor de la obsesión que siente el personaje de Meg Ryan por aquella película, que hace que su cita culmine en el último piso del edificio Empire State. Disponibles en Max y Disney+, respectivamente
Romance para todos
Una de las críticas más certeras que rodean a las comedias románticas es su miope concepto del amor como un vínculo solo susceptible de retratar cuando se trata de una pareja heterosexual. Durante muchos años, el género utilizó a los personajes homosexuales como el remate de los chistes, los amigos desprejuiciados de los protagonistas que no parecían tener vida propia y mucho menos la posibilidad de enamorarse en la pantalla. En los últimos tiempos, los films románticos empezaron a incorporar a la diversidad en sus fórmulas, aunque usualmente se tratara de películas independientes y sin pretensiones de masividad. Eso cambió rotundamente en 2023 con el estreno de Rojo, blanco y sangre azul, la comedia estrenada en Prime Video. La adaptación de la exitosa novela de Casey McQuiston cuenta el vínculo primero belicoso y luego amoroso entre Alex (Taylor Zakhar Perez), el hijo de la presidente de los Estados Unidos y el príncipe Henry (Nicholas Galitzine), segundo hijo del rey del Reino Unido. Con el estilo de una comedia juvenil tradicional y mucho de cuento de hadas, el film logró una popularidad que excedió hasta los pronósticos más optimistas de sus realizadores. Ya recuperados de la sorpresa, anunciaron la secuela e insinuaron la posibilidad que la historia de Alex y Henry resulte en una trilogía. Disponible en Prime Video.
La serie

Algunas de las historias de amor más perdurables y emotivas son las que terminan en tragedia. Ahí están Romeo y Julieta como el ejemplo más acabado de que el verdadero amor no siempre incluye un final feliz. Algo de esa lógica podría aplicarse a My Lady Jane, la divertida, romántica y original serie que estrenó Prime Video el año pasado y que lamentablemente decidió cancelar después de su primera temporada. En ocho episodios, la muy libre versión del relato histórico sobre el corto reinado y posterior muerte de Lady Jane Grey, imagina a su heroína como una joven independiente (interpretada por Emily Bader) que se resiste a los planes de su madre para hacerla ascender al trono de Gran Bretaña lo que implica casarla con Lord Guildford Dudley (Edward Bluemel), el misterioso hijo del poderoso Lord Dudley. Lo que comienza como una enemistad insalvable entre los jóvenes nobles deriva en un amor fantástico, en más de un sentido. Original, divertida y romántica, My Lady Jane es uno de esos programas de paso injustamente fugaz por las pantallas que vale la pena ver, más allá de que sus protagonistas se hayan quedado con las ganas de comer las proverbiales perdices del cuento. Disponible en Prime Video.
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